La guerra entre Ucrania y Rusia es el primer conflicto armado en el que los drones han tenido un papel tan importante. De todos los tamaños y con diferentes objetivos esta tecnología se ha convertido en un arma diaria entre ambos bandos, algunos enviados por España. Esta nueva integración militar ha dado como resultado imágenes sorprendentes como duelos entre dispositivos de los dos bandos, pero lo que nunca se podría esperar es ver a estos equipos aéreos luchar con armas tan rudimentarias como un palo.

Las fuerzas ucranianas, que reciben armamento de la OTAN, a la que pertenece España, han difundido estas curiosas imágenes en las que un dron ucraniano conseguiría neutralizar a un modelo utilizado por el ejército ruso con una rama. Esta técnica choca con las tecnologías de vanguardia que integran los drones como la inteligencia artificial para localizar y analizar los movimientos enemigos.

En el incidente, según se observa, el dron ucraniano, cuyo modelo no ha sido identificado se acerca con un palo hacia la hélice del dron ruso con la intención de dañar su motor y derribarlo en pleno vuelo. Por las imágenes se deduce que el dron ruso atacado es un ZALA 421-16E.

El ZALA 421-16E es un vehículo aéreo no tripulado (UAV por sus siglas en inglés) Se emplea para vigilancia y reconocimiento de las maniobras del enemigo. Para ello está equipado con una cámara de alta definición con la que transmitir su visión desde el aire del terreno. También podría hacer uso de un láser para medir distancias. Derribarlo, supone proteger la posición de tropas ucranianas, aunque hasta ahora no se había visto una técnica como esta. 

Con una autonomía de 7 horas aproximadamente, puede volar a 110 km/h. Este dron puede ascender para visualizar el terreno a una altura de 3,6 km como máximo y puede operar a una distancia de 150 km. El ZALA 421-16E5 cuenta con un sistema de aterrizaje de cojín de aire y puede operar a una distancia de hasta 150 km, con un techo operativo de 3,6 km.

El ejército ucraniano ya ha demostrado con anterioridad cierta originalidad a la hora de protegerse de estos espías metálicos. Llegaron a desplegar una enorme red de 6.000 micrófonos ocultos. Los drones pueden pasar inadvertidos por su pequeño tamaño, pero no son silenciosos y ese defecto puede ir en su contra. Pero de estas trampas tecnológicas a usar una rama cualquiera como arma, hay un trecho.