El Ministerio de Defensa de España ha ido enviando en los últimos años una serie de lotes con material armamentístico a Ucrania. Desde tanques Leopard hasta los blindados de transporte TOA, pasando por el sistema antiaéreo Hawk. Se trata de una de las baterías con más décadas de servicio en el ejército español, que ya se enviaron a las Fuerzas Armadas de Zelenski hace meses. Ahora, una más acaba de poner rumbo al país en guerra.
"Ante la petición expresa de sistemas de defensa aérea por parte del presidente Zelenski, la ministra Robles anunció el envío inmediato de una batería Hawk", según señalan desde Defensa. En ella se integran "los seis lanzadores de misiles también donados por España y ya situados en Polonia".
En noviembre de 2022, 9 meses después de que empezara la invasión rusa, el Ministerio de Defensa ya ordenó el envío de cuatro lanzadores de misiles Hawk pertenecientes al Ejército de Tierra. Desde entonces, este armamento ha servido con éxito en las Fuerzas Armadas a la orden de Zelenski.
Según el Comando de la Fuerza Aérea de Ucrania, una sola unidad de Hawk ha sido la responsable de derribar un total de 14 misiles de crucero rusos y 40 drones Shahed —tipo kamikaze— desde que se puso en funcionamiento. En particular, 13 de esos misiles corresponden con los modelos Kh-59, mientras que el restante pertenece a la clase Klibr (Calibre).
Los Kh-59 derribados por el sistema español cedido están diseñados específicamente para misiones tácticas ejecutadas por la aviación y pueden incorporarse a una amplia variedad de cazas como los Su-24, Su-30 o los más modernos Su-57. Por otro lado, el Kalbr derribado pertenece a una serie de misiles que entraron en servicio en los años 90 y pueden lanzarse desde submarinos o embarcaciones de superficie.
Hawk español
El sistema antiaéreo Hawk (siglas de Homing All the Way Killer) se desarrolló en los años 50 en Estados Unidos por la compañía Raytheon y entró en servicio en 1959 en el ejército del mismo país. A España llegó muy poco después, en los años 60, y desde entonces se ha mantenido operativo en el Regimiento de Artillería Antiaérea 74, que cuenta con dos grupos de misiles situados en El Copero (Sevilla, donde está la base) y en el acuartelamiento de Cortijo de Buenavista (Cádiz).
Una batería de Hawk se compone de un total de 6 lanzadores, cada uno de los cuales puede desplegar un misil interceptor, además del resto de sistemas de detección y el puesto de mando y control. En el 2021, el Ejército de Tierra recibió algunas unidades actualizadas al estándar Hawk XXI. Tras un tiempo de puesta a punto en Grecia y fueron trasladadas a las instalaciones gaditanas.
El objetivo, según publicó el Ejército de Tierra en su revista, es lograr que siga operativo y con un adecuado nivel de munción más allá del 2030. De este modo, Defensa dará un plazo suficiente para que se pueda llevar a cabo la adquisición de un sistema de misiles que sustituirá al Hawk.
Con el estallido de la guerra de Ucrania por la invasión rusa, la cartera de Margarita Robles ha enviado varios lotes de baterías a Kiev para su despliegue en el frente. Los trabajos de actualización pretendían terminarse —para los dos grupos— en 2023, aunque en la actualidad el estado de los mismos se desconoce.
Este sistema antiaéreo, encargado de la detección, identificación, seguimiento y destrucción de objetivos aéreos a media y baja altura se ha convertido en uno de los sistemas más comunes en su clase. Tras diversas modificaciones, EEUU comenzó su sustitución en los años 90 por los misiles Patriot y estuvieron en servicio en ese país hasta 2002 en el Cuerpo de Marines.
Sin embargo, gracias a sus actualizaciones, hoy sigue siendo una alternativa viable para la defensa antiaérea. Aún así, muchos países lo han descartado al tratarse de un equipo en vías de quedar obsoleto, y han puesto en servicio nuevos sistemas antiaéreos con mayor rendimiento.
Los interceptores Hawk, que pesan unos 630 kilos, son misiles semiactivos, es decir, que necesitan datos de un radar iluminador. Este se encarga de proporcionar en tiempo real la información de vuelo, así como la distancia, la altitud, la orientación y la dirección de las aeronaves o misiles enemigos, tanto a la unidad de control como a los lanzadores y al misil. Por su parte, el radar de adquisición tiene un alcance de hasta 120 km de distancia y 80 km en altura.
Torretas españolas
El último equipo armamentístico español que ha aparecido por sorpresa en Ucrania ha sido la torreta Guardian 1.5 fabricada por la compañía madrileña Escribano Mechanical & Engineering. Lo ha hecho, además, a bordo de un blindado TOA de los que ha cedido el Ministerio de Defensa.
Hasta ahora, no había aparecido ni una sola imagen de la Guardian 1.5 integrada en vehículos en Ucrania, aunque se filtró hace meses su presencia allí. La adquisición por un número desconocido de unidades forma parte de un contrato entre el ejército ucraniano y la empresa española Escribano Mechanical & Engineering, tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL - Omicrono.
Las primeras unidades del TOA comenzaron a llegar al Ejército de Tierra entre 1963 y 1964 hasta llegar alrededor de las 1.300 activas. Actualmente, España tiene inventariados 1.250 TOA M113 de los cuales quedarán la mitad tras la retirada paulatina anunciada por el Ministerio de Defensa en 2021.
El TOA M113 tiene una longitud de 4,9 metros con una anchura de 2,7 metros y una altura sobre la ametralladora de 2,5. Su motor diésel de 6 cilindros le confiere una autonomía superior a los 400 kilómetros a una velocidad punta de 64 kilómetros por hora —en zonas pavimentadas— y un peso en orden de combate de 12 toneladas. También cuenta con capacidad anfibia gracias a que las orugas sirven como propulsores.
La Guardian 1.5 "es una estación de armas remota ligera y compacta que ofrece una versatilidad para operaciones diurnas y nocturnas", tal y como la describe el fabricante. Puede operar con diferentes calibres como 12,7 mm, 14,5 mm, 7,62 mm, 5,56 mm y AGL de 40 mm. El sistema tiene la capacidad de integrar también lanzafumígenos de 76 mm y protección balística.