Apenas 24 horas después de las explosiones que sacudieron Líbano con miles de 'buscas' de los miembros de Hezbolá estallando de forma repentina y coordinada, se han producido nuevos incidentes similares en el sur del país y en los suburbios de la capital, Beirut en más dispositivos electrónicos de baja tecnología, en concreto en los walkie-talkies. El impacto ha sido tan certero que una de esas explosiones tuvo lugar cerca de uno de los funerales organizados por el grupo armado, y todas las miradas vuelven a apuntar a los servicios secretos de Israel como posible responsable de los hechos.

En la acción coordinada de este miércoles, en vez de pequeños dispositivos como los 'buscas', lo que han estallado según las primeras informaciones y testigos presenciales son walkie-talkies, radios y otros sistemas de comunicación a los que han tenido que recurrir y que disponen de más espacio para esconder una mayor cantidad de explosivos. De momento hay numerosas incógnitas en torno a los hechos, y también se mencionan paneles solares, ordenadores portátiles y lectores de huellas dactilares como causantes de las explosiones.

Según Sky News, tras los primeros estallidos los miembros de Hezbolá presentes en el funeral de cuatro personas "recogieron todos los walkie-talkies y les quitaron las baterías". Al igual que los 'buscas', estos dispositivos son utilizados en lugar de los teléfonos móviles porque no están conectados a Internet y son más difíciles de rastrear, pero se puede acceder a ellos a través de señales de radio. Ahora, cualquier dispositivo con batería parece ser susceptible de su uso como artefacto explosivo, una nueva era con el uso de la tecnología doméstica como arma de guerra.

Los enigmas sin resolver

De momento, Israel sigue sin pronunciarse sobre su posible responsabilidad en el ataque. No parece que otros actores internacionales puedan estar detrás de un movimiento así, ni por sofisticación tecnológica ni por interés geopolítico. Por su parte, el Mosad ha dado sobradas muestras a lo largo de las últimas décadas de que sí es capaz de una operación tan arriesgada y compleja. 

El teniente general Herzi Halevi, jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, declaró que "el país ha elaborado planes para emprender acciones adicionales contra Hezbolá y está preparado para atacar. Tenemos muchas capacidades que aún no hemos activado... hemos visto algunas de estas cosas, me parece que estamos bien preparados, y estamos preparando estos planes de cara al futuro. En cada etapa, el precio para Hezbolá tiene que ser alto", añadió Halevi.

De hecho, el caso recuerda al de Yehie Ayash, conocido como El Ingeniero, líder del ala militar de Hamás y experto en bombas, que fue asesinado por Israel en 1996. El método utilizado entonces por los servicios secretos israelíes fue hacerle llegar a través de un amigo un teléfono móvil trampa. Contenía 50 gramos de explosivos detonados a distancia, capaces de provocar su muerte de forma inmediata.

El modelo de walkie-talkie utilizado habría sido el IC-V82 de la compañía nipona Icom, aunque se desconoce —como el martes— cuál ha sido el método utilizado por el atacante para conseguir que todos exploten a la vez. Si la intercepción de la cadena de suministro para los 'buscas' resultaba compleja, el introducir explosivos y un sistema para aprovechar la composición de las baterías de litio para provocar su estallido parece una operación mucho más grande, coordinada e incluso sugiere la presencia de agentes infiltrados sobre el terreno.

Cuándo fueron manipulados los explosivos

Tras lo sucedido ayer, fuentes de Inteligencia afirman que Israel colocó explosivos en los 'busca' de Hezbolá. Hasta ahora, los indicios apuntan a que el grupo armado adquirió los localizadores en febrero, según Al Jazeera. Fue entonces cuando el líder del grupo, Hassan Nasrallah, ordenó a sus mandos que dejaran de utilizar teléfonos móviles, ya que podían ser interceptados y vigilados fácilmente por los servicios de inteligencia israelíes.

El origen sería un lote de 5.000 'buscas' entregado a los mandos de Hezbolá hace 5 meses, que habrían sido manipulados con explosivos. Los primeros datos apuntaban a la empresa taiwanesa Gold Apollo como responsable del envío, pero el Gobierno taiwanés y la propia compañía han emitido un comunicado de prensa asegurando que no ha efectuado exportaciones de dispositivos buscapersonas al Líbano en los últimos años.

Un 'busca' ruggerizado similar al utilizado por los miembros de Hezbolá Gold Apollo Omicrono

Sin embargo, sí ha licenciado a la empresa húngara BAC, con sede en Budapest, la fabricación de su modelo AP924, que según las fotos que circularon ayer en redes sociales se corresponde con el utilizado por los integrantes de Hezbolá. Esta empresa húngara sería la responsable del envío al Líbano a través de Irán.

El modelo concreto es un buscapersonas ruggerizado (muy resistente a golpes, agua, polvo, temperaturas...) con batería suficiente para 85 días y capaz de recibir mensajes de texto de hasta 100 caracteres.

Según The New York Times, Hungría descarta que BAC haya participado en la fabricación de los dispositivos. En un comunicado, el gobierno de Viktor Orbán afirma que "la empresa en cuestión es un intermediario comercial, sin ningún centro de fabricación u operativo en Hungría. Tiene un gerente registrado en su dirección declarada, y los dispositivos en cuestión nunca han estado en Hungría".

Líbano se enfrenta a una serie de sanciones de EEUU y la UE y Hezbolá figura entre las organizaciones terroristas registradas por países como Japón o Reino Unido. Eso reduce las posibilidades de suministro y dificulta las transacciones directas, especialmente cuando se trata de dispositivos tecnológicos. 

Elijah J. Magnier, veterano corresponsal de guerra y analista internacional, ha afirmado en la red social X que los buscas adquiridos por Hezbolá se encontraban en manos de un tercero y permanecieron en un puerto (no identificado) durante tres meses antes de ser trasladados finalmente al grupo libanés.

Hezbolá sospecha que fue durante ese tiempo cuando Israel consiguió colocar los explosivos y modificar los aparatos. Además, el Mosad habría incluido pequeñas bolas de metal alrededor de las baterías, para que la fuerza explosiva propulsara la metralla "aumentando significativamente la letalidad de la explosión".

Cómo explotaron

Un antiguo artificiero del ejército británico explicó a AP que un artefacto explosivo tiene cinco componentes principales: un contenedor, una batería, un dispositivo de activación, un detonador y una carga explosiva. "Un busca ya tiene tres de ellos. Sólo habría que añadir el detonador y la carga".

Así, los servicios secretos israelíes habrían intervenido la cadena de suministro de Hezbolá para cargar entre 1 y 20 gramos de pentrita o PETN, un material altamente explosivo, junto a las baterías. Esta sustancia, que se suele usar como potenciador en explosiones de pequeño calibre, sería la causante de los graves daños sufridos por los integrantes de Hezbolá y todos los que se encontraran a su alrededor.

Explotan cientos de Walkie Talkies en Líbano.

El sobrecalentamiento de una batería de litio puede llevar a su explosión, pero los buscas tienen baterías diminutas, que por sí solas no deberían ser capaces de causar graves heridas, amputaciones y muertes. Las explosiones coordinadas a la misma hora sugieren que la activación estaba destinada a causar el mayor daño posible. El objetivo sería dejar sin medios para comunicarse a Hezbolá primero, y hacer estallar un día después a sus sustitutos, dispositivos más grandes, con más batería y más espacio para explosivos.

En el caso de los walkie-talkies, la causa que apuntan varios informes son unas nuevas baterías que contenían una pequeña cantidad de explosivos ocultos. El cargamento, que habría llegado recientemente a Hezbolá, habría sido interceptado y manipulado por los servicios de inteligencia de Israel. Otros señalan un modus operandi similar al de los 'buscas', la intercepción de la cadena de suministro previa a su llegada a manos del grupo armado libanés.

Cómo los activaron

Una de las teorías apunta a que, para activar las explosiones, los 'buscas' habrían recibido una gran cantidad de mensajes consecutivos, posiblemente con contenido que no podían descifrar. Eso pudo inducir a que los dispositivos estuviesen funcionando constantemente, hasta generar un sobrecalentamiento que provocó los estallidos. "Algunas personas sintieron que los buscas se estaban calentando y los tiraron antes de que explotaran", señalan testigos presenciales en declaraciones recogidas por el Wall Street Journal

Los testimonios dan fuerza a esta teoría. Algunos supervivientes han declarado que, antes de explotar, el dispositivo se notaba caliente al tacto, y varios de ellos se salvaron precísamente porque creían que estaba sufriendo una falla y lo soltaron en un lugar seguro. Los usuarios que tenían el dispositivo en bolsas o en el bolsillo no se dieron cuenta y sufrieron la explosión de lleno.

Otros informes señalan que, si se habían implantado detonadores y modificado el hardware de los dispositivos, el accionamiento remoto puede ser tan sencillo como un único mensaje capaz de provocar las explosiones simultáneas. En el caso de los walkie-talkies de la multinacional japonesa Icom, el procedimiento se estima similar, aunque de momento se desconoce el método concreto.