La exploración espacial está viviendo una época con mucho movimiento. Una de las empresas que más actividad está teniendo es SpaceX, de Elon Musk, que ha revelado sus planes para lanzar cinco naves no tripuladas a Marte en dos años y ya ultima los detalles del próximo lanzamiento de Starship, que se podrá seguir en directo desde España. Mientras tanto, en China ya están poniendo en marcha a su gran rival: Nebula 1, una nave que acaba de realizar un impresionante vuelo de prueba.

Deep Blue Aerospace, empresa aeroespacial comercial china, ha realizado recientemente la primera prueba de recuperación vertical a gran altitud de su cohete reutilizable Nebula 1 desde un puerto espacial de Ejin Banner, al norte de China. Un ensayo que ha supuesto un hito importante, ya que ha sido la primera prueba de recuperación a gran altitud de un vehículo de lanzamiento orbital en el país asiático. Aunque, eso sí, no fue del todo exitoso, ya que en la fase final del aterrizaje se produjo una anomalía.

Según ha detallado la compañía, el cohete reutilizable Nebula 1 llegó a completar con éxito 10 de las 11 principales tareas de verificación durante el vuelo de prueba; que se puede ver en unos impresionantes vídeos a vista de dron. Un lanzamiento en el que el cohete encendió tres motores y ascendió hasta una altitud predeterminada, donde se apagaron dos de ellos. Después, se basó en el empuje de un único motor para estabilizar su ascenso y, posteriormente, controló su descenso tras alcanzar la altitud máxima. 

Después, y a una altura designada, Nebula 1 desbloqueó y desplegó con éxito sus patas de aterrizaje. Sin embargo, durante la fase final de vuelta a tierra se produjo una anomalía, lo que llegó a provocar daños parciales en el cohete, según ha informado la propia compañía aeroespacial china en un comunicado de prensa. En total, este vuelo de prueba duró alrededor de 179 segundos (casi tres minutos) y en él la nave aterrizó a menos de 0,5 metros del punto estimado.

La compañía china ha llevado la prueba a cabo bajo estrictos protocolos de gestión de la seguridad, para garantizar que no se produjera ningún tipo de incidente a lo largo del proceso. El primer análisis de datos tras la prueba determinó que, durante la fase final de apagado del aterrizaje, se produjo una anomalía en el servo de control del empuje del motor que seguía los comandos de control. Esto hizo que la nave reutilizable aterrizara a una altura superior a los límites de diseño, provocando algunos daños en el cohete.

Deep Blue Aerospace también ha señalado en el comunicado sus planes para realizar otra prueba de recuperación vertical a gran altitud en noviembre. En ella, la empresa aprovechará las lecciones aprendidas de este primer intento, en el que la nave se alimentó con menos de una quinta parte de su capacidad total de propulsante. Un cohete que utiliza un motor de ciclo abierto de oxígeno líquido y queroseno y que tiene un cuerpo de 3,5 metros de diámetro y una primera etapa de unos 21 metros de altura; y que es capaz de alcanzar la órbita y ser reutilizado.