El fiasco de la misión del Peregrino 1 que se pudo ver desde España no consiguió opacar el éxito del cohete Vulcan, que pudo protagonizar un despegue limpio el pasado 8 de enero. El nuevo cohete reutilizable desarrollado por ULA pudo probar sus buenos resultados y ahora desea intentarlo otra vez con su segunda misión de certificación (CERT-2). El Vulcan ya ha partido hacia el Complejo de Lanzamiento Espacial 41 (SLC-41) para las pruebas prácticas previas al vuelo de certificación.
El nuevo cohete que se postulará como el rival por excelencia del Falcon 9 de SpaceX realizará una prueba práctica conocida como Ensayo General Húmedo o WDR antes de su segunda prueba de vuelo. El día de lanzamiento la ULA llevará a cabo esta prueba completa para verificar que tanto el cohete, como el equipo de lanzamiento y los sistemas de la plataforma cumplen con lo requerido en la CERT-2.
La prueba WDR tendrá lugar en el SLC-41 de la ULA en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, y el lanzamiento final se realizará no antes del próximo viernes 6 de octubre a las 06:00 EDT (las 12 del mediodía en la hora peninsular española). La cuenta regresiva se iniciará desde el Centro de Operaciones de Vuelos Espaciales Avanzados (ASOC), ubicado a 6,4 kilómetros de la plataforma de lanzamiento.
El cohete Vulcan volará
Históricamente, el panorama de los cohetes espaciales reutilizables ha tenido a SpaceX y sus Falcon a la cabeza. La ULA (United Launch Alliance), la firma fundada por Boeing y Lockheed Martin en 2006, introdujo en esta nueva era a su Vulcan, que pudo despegar por primera vez en enero de este año. Una misión exitosa, pese al fracaso de Peregrino 1.
Esta misión CERT-2 es el segundo de los dos vuelos de prueba necesarios para cumplir con el proceso de certificación de ULA con la Fuerza Espacial de los Estados Unidos. Dicho lanzamiento tendrá una carga útil inerte y tendrá como objetivo demostrar la arquitectura del propio cohete logrando una trayectoria de escape de la Tierra. La idea es que la misión certifique al Vulcan como un vehículo idóneo para el transporte de cargas útiles de seguridad nacional para la Fuerza Espacial.
La misión llevará a la segunda etapa Centaur V con su carga útil al espacio profundo, lugar en el que se quedará orbitando alrededor del Sol. También servirá para ejecutar conjuntos de demostraciones del propio cohete y realizar experimentos "únicos" de la ULA. Por su parte, el WDR pondrá a prueba el hardware y los procedimientos a seguir para evitar en la medida de lo posible retrasos el día del lanzamiento.
En palabras de Mark Peller, vicepresidente sénior de Desarrollo de Vulcan y Programas Avanzados de la ULA, una vez se consiga la certificación, la misión "evaluará cambios adicionales en el diseño de la etapa superior y cómo se opera durante largos períodos en la costa para aumentar aún más su resistencia".
Tras la prueba WDR, la ULA pondrá en marcha la operación de cuenta regresiva para cargar el propio cohete con el propulsor criogénico. En la cuenta, se encenderán las etapas del cohete, se probará la aviónica del Vulcan y se producirán los preparativos finales para los sistemas terrestres. Así, el director de lanzamiento de la ULA deberá dar su aprobación para el proceso de abastecimiento del combustible.
Esta noticia llega en un momento agridulce para los Falcon 9 de SpaceX, los principales rivales del Vulcan de la ULA. El pasado 29 de septiembre la firma de Elon Musk tuvo que paralizar los lanzamientos debido a un fallo en la reentrada de la segunda etapa de uno de estos cohetes, causando que amerizara en un lugar no programado ubicado en el océano Pacífico.