El desastre de la Starliner de Boeing ha sido mayúsculo. En España fuimos testigos de su aterrizaje en la Tierra sin tripulación, poniendo fin a su agónica misión tras una serie de fracasos consecutivos. Algo que lógicamente, no ha pasado desapercibido ante los atentos ojos de la NASA, que esperaba que la nave recibiera la certificación para usarse como nave para las rotaciones de astronautas. Ahora, la NASA confiará en SpaceX otra vez para sus rotaciones de astronautas.
Así lo ha anunciado la propia NASA, en un comunicado en el que detalla las actualizaciones para su plan de tripulación comercial para 2025. Básicamente, ha dado a conocer el itinerario de sus dos misiones de rotación de astronautas para ese año: la misión Crew-10 para febrero de 2025 y la misión Crew-11 para julio de ese mismo año. El problema (especialmente para Boeing) es que la misión Crew-10 ahora otorgada a SpaceX estaba prevista para la Starliner, bajo el nombre Starliner-1.
La agencia espacial estadounidense ha adelantado la Crew-10 de SpaceX a no antes de febrero de 2025, en un vuelo que estaba originalmente ideado para la Starliner de Boeing. Un vuelo que se constituiría como el primer vuelo operacional con astronautas a bordo de la fallida nave de Boeing, y que ahora será suplida por SpaceX. Una demostración de que la NASA no ha apartado la vista de los sucesivos problemas de la Starliner en estos últimos meses.
La Starliner no volará en febrero
El nuevo plan para estas misiones de vuelos de rotaciones pasará esencialmente por SpaceX. La misión Crew-10 se lanzará en febrero de 2025, y tendrá a bordo a los astronautas de la NASA Anne McClain como comandante y a Nichole Ayers como piloto, junto a los especialistas Takuya Onishi (JAXA) y Kirill Peskov (Roscosmos). Será la Crew Dragon de SpaceX la que realice estas rotaciones; el plan original es que también se recurriera a la Starliner de Boeing.
La idea es que estos astronautas lleguen a la ISS para llevar a cabo investigaciones científicas y demostraciones de tecnología. Será la tripulación de la Crew-9 la que le ceda el testigo a estos astronautas. Entre ellos estarán Suni Williams y Butch Wilmore, los astronautas de la NASA que llegaron a la ISS en el primer vuelo de la Starliner y que quedaron atrapados en ella tras los fallos técnicos de la nave de Boeing.
Por otro lado está la misión Crew-11, también de SpaceX, y que se consolidará como el segundo vuelo de rotación de tripulación del 2025 de 6 meses. Se lanzará no antes de julio y servirá principalmente para, en palabras de la NASA, "satisfacer las necesidades de la estación espacial, incluido el alojamiento de vuelos de reabastecimiento y otras operaciones a bordo dl laboratorio en órbita".
¿Y qué hay de la Starliner? Es un hecho que todos los problemas sufridos por la nave han echado para atrás la ansiada certificación de la NASA para habilitar la Starliner como nave apta para el transpore de astronautas. La agencia sigue dispuesta a otorgar dicha certificación a Boeing, siempre y cuando todos estos problemas queden solucionados.
En este sentido, la NASA asegura tener sobre la mesa opciones que favorezcan esta certificación, "incluidas ventanas de oportunidad para un posible vuelo Starliner en 2025", según especifica la agencia. De hecho, está por ver si la NASA exigirá a Boeing otro vuelo de prueba que revele sus capacidades operativas para conseguir la certificación. Unos vuelos que por otro lado y de forma esperable, han quedado totalmente retrasados.
La NASA no se fía de la Starliner
La nave de Boeing sufrió enormes contratiempos en su camino a su primer vuelo oficial. Tras una innumerable retahíla de retrasos, fallos y aplazamientos de lanzamientos, la Starliner pudo despegar el pasado 5 de junio llevando a Williams y Wilmore a la ISS. Un vuelo que si bien pudo realizarse, no estuvo exento de problemas.
Ambos astronautas iban a pasar un período de 8 días en la Estación Espacial Internacional, una estadía que ha acabado convirtiéndose en un proceso de 8 meses enteros, ya que se alargará a 2025. Mientras la Starliner se mantuvo acoplada a la ISS, los responsables de la misión detectaron fugas de helio en 5 de los 28 propulsores instalados en la nave, causados posiblemente por una corrosión presente en uno de los sellos. Problemas que la NASA y Boeing están revisando en estos momentos.
Las siguientes semanas estuvieron marcadas por la incertidumbre, hasta que en agosto de este año, la NASA programó un regreso no tripulado de la nave desde la ISS, dejando dos asientos libres en la Crew-9 de SpaceX para que los dos astronautas pudieran volver. Un escenario horrible para Boeing al que hubo que sumarle el hecho de que la nave pudiera volver sin problemas a la Tierra.