Submarino Yakutsk durante la ceremonia de botadura

Submarino Yakutsk durante la ceremonia de botadura OCK

Defensa y Espacio

Yakuts, el nuevo submarino ruso extremadamente sigiloso que puede lanzar misiles Klibr a 2.000 km de distancia

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A pesar del frente abierto en Ucrania y los embargos internacionales, la industria naval de Rusia mantiene su capacidad de construcción de embarcaciones de guerra con los submarinos como punta de lanza. Hace sólo unos días, en los Astilleros del Almirantazgo de San Petersburgo, el Kremlin ha botado otra unidad de sumergible perteneciente a la familia Tipo 363.3 bajo el nombre de Yakutsk. Se trata de un buque diésel-eléctrico, similar a los de la serie S-70 que operó la Armada de España, que promete ponerse en servicio en los próximos meses.

La embarcación fue trasladada desde la nave de construcción del astillero hasta el dique flotante, tal y como recoge Naval News. Una vez sobre el agua y gracias a remolcadores, el submarino ganó flotabilidad y en unos días emprenderá su última fase de producción en las instalaciones.

En la actualidad, el buque se encuentra preparándose para las últimas pruebas dentro de las instalaciones y, según explicó el mismo fabricante, el Yakutsk está listo al 90%. "Después del lanzamiento, el submarino pasará por una serie de trabajos de equipamiento en el muelle de los astilleros", explican desde la compañía.

Submarino hermano del Yakuts, en un desfile militar naval de Rusia en 2023

Submarino hermano del Yakuts, en un desfile militar naval de Rusia en 2023 Wikimedia

El equipo conjunto de marinería e ingenieros del astillero también llevará a cabo maniobras de amarre, pruebas en el mar y, por último, pruebas estatales de validación de la tecnología. "Después de lo cual, el submarino será transferido a las filas de la Armada rusa", en concreto, a la Flota del Pacífico.

"Para los constructores navales comienza el periodo más importante, el de la finalización del barco a flote", según señaló Vladímir Korolev, asesor del director general de la compañía estatal USC, encargada del submarino.

El funcionario ruso también comentó que los buques de esta serie "se comportaron excepcionalmente bien tanto durante los acontecimientos sirios como durante una operación militar especial", se desconoce si haciendo referencia directa a Ucrania. "Se han confirmado todas las características tácticas y técnicas incluidas en el barco por el diseñador, todas las capacidades y el potencial de combate".

Submarino clase Kilo

Los sumergibles pertenecientes al proyecto 636.3 están designados por la OTAN como clase Kilo II Mejorada (Improved Kilo II, en su nominación original en inglés). Se trata de una iteración respecto a la plataforma original —denominada Kilo— que se diseñó entre finales de los 70 y principios de los 80 para su uso dentro de las filas de la extinta Armada de la Unión Soviética.

Tres submarinos de la clase Kilo, similares al recién botado, atracados en un puerto ruso

Tres submarinos de la clase Kilo, similares al recién botado, atracados en un puerto ruso Wikimedia

"El submarino diésel-eléctrico de clase Kilo de Rusia es uno de los programas navales más exitosos de la historia moderna", aseguran desde el Instituto Naval de Estados Unidos (USNI). Durante las últimas 4 décadas, los astilleros han fabricado más de 60 unidades de esta familia y más de 60 todavía se mantienen en servicio en armadas como la de Argelia, China, India, Irán, Birmania, Polonia, Vietnam y la propia Rusia.

Fruto de este éxito tanto nacional como de exportaciones, la compañía a cargo de esta saga de sumergibles todavía mantiene la producción hoy por hoy con una importante cartera de pedidos. Además, los ingenieros han ido mejorando la plataforma para actualizarla y adecuarla a las necesidades de la guerra naval actual y a su capacidad de proyección internacional.

Los primeros submarinos entraron en servicio a principios de la década de 1980 y, en años posteriores, la construcción de los navíos se llevó a cabo en diferentes localizaciones dentro de la unión soviética. Estos trabajos se llevaron de forma paralela al desarrollo de una versión alargada, que tomó el nombre de Tipo 636 en la década de los 90, que a la postre la OTAN los denominó clase Kilo II.

"Los submarinos se caracterizaron por una mejora en las capacidades sigilosas, la propulsión y la automatización", recalcan desde USNI. "A principios de la década de 2010, el 636 se modernizó aún más hasta convertirse en la variante actual, el proyecto 636.3 o clase Kilo II Mejorada".

El primero de esta nueva variante, bautizado como Novorossiysk, comenzó a construirse en 2010 como punta de lanza de un pedido de 6 unidades que el Kremlin realizó para desplegarlos en la Flota del Mar Negro. Esta tanda se finalizó en 2016, justo al mismo momento que Moscú ordenó la fabricación de otra media docena de unidades para la Flota del Pacífico, entre las que se encuentra el submarino Yakutsk que acaba de botarse.

La versión Kilo II Mejorada tiene un desplazamiento de 2.350 toneladas en superficie y 3.100 toneladas en inmersión, aunque algunas fuentes cifran en 3.950 este último dato. Lo que sí está claro es que tienen una eslora de 73,8 metros por una manga de 10.

Submarinos clase Kilo II, hermanos del que se acaba de botar

En cuanto al propulsor, emplea un esquema diésel-eléctrico con 2 generadores de combustión y una sola hélice de siete palas y paso fijo. Esto le proporciona una velocidad máxima sumergida de 37 kilómetros por hora, una autonomía de 45 días y una dotación compuesta por 52 personas. La cota máxima de inmersión de 300 metros.

Armamento

Todos los submarinos de la clase Kilo de todas sus variantes están equipados con 6 tubos lanzadores integrados en la proa de la embarcación, desde donde pueden dispara torpedos o desplegar minas navales. Algunas de las unidades han sido convenientemente modificadas para acomodar a la familia de misiles Kalbr (Calibre, en castellano) para ejecutar ataques a tierra o contra otras embarcaciones a larga distancia.

Los submarinos de esta familia tienen espacio para transportar un máximo de 18 torpedos o, en su defecto, 24 minas navales. En cambio, tan sólo pueden llevar 4 misiles Kalibr como armamento. 

"Los de la clase Kilo II Mejorada realizaron por primera vez ataques de largo alcance contra objetivos del Estado Islámico en Siria durante 2015", señalan desde USNI. Y, desde 2022, los submarinos rusos de este tipo han hecho "un uso extensivo del misil Kalibr para atacar Ucrania"; por lo que las declaraciones del Vladímir Korolev seguramente vayan dirigidas a esta "operación militar especial".