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El mes de octubre se acerca a su fin dejando escenas sorprendentes en la actual industria espacial privada. SpaceX ha realizado con éxito la hazaña de recuperar parte de su gigantesco cohete en el aire. Además, los cohetes Falcon 9 han transportado al espacio las naves Hera y Europa Clipper, fruto de un consorcio europeo, con tecnologías desarrolladas en España. Ejemplos del ritmo que ha alcanzado la industria de cohetes privados. Es solo el comienzo, pues en el futuro más cercano se disipan otros servicios necesarios como el transporte y ordenación de la basta masa de satélites que rodean la Tierra y rodearán la Luna o Marte como plantean futuras misiones. 

A principios de este mes, la empresa Impulse Space ha recaudado 150 millones de dólares para avanzar en el desarrollo de dos líneas de vehículos centrados en la transferencia orbital de alta energía con los que pretenden "revolucionar el transporte espacial". Estos dos vehículos son Mira y Helios.

Un vehículo de transferencia orbital (OTV) son, por así decirlo, una camioneta espacial o remolcador. Un tipo de nave pensada para mover satélites de un lado a otro de la órbita, incluso para sacarlos de ella. En la actualidad hay alrededor de 8.000 satélites en órbita como indica, Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA). Esta cifra seguirá creciendo y requiere de una industria privada que se encargue de llevar y traer estos instrumentos.

"El mercado de satélites exige una mayor maniobrabilidad y una rápida capacidad de respuesta en órbita, lo que requiere los potentes vehículos de delta-v elevado de Impulse Space", dijo Scott Nolan, socio de Founders Fund, uno de los primeros inversores de SpaceX, empresa espacial en la que trabajó el ingeniero Tom Mueller, antes de fundar Impulse Space. Founders Fund ha liderado esta segunda ronda de inversión.

"Lo que Impulse quiere hacer es lo que SpaceX hizo para la órbita baja terrestre, pero para todo lo demás, todas las demás órbitas de alta energía". Helios serviría como una etapa adicional para el Falcon 9, ha explicado Tom Mueller.

Ascenso express

Los remolcadores espaciales han servido en las últimas décadas para impulsar al espacio las naves y recolocarlas desde una órbita a otra. Su tamaño puede variar mucho según la carga para la que esté diseñado. Actualmente se está valorando más su uso para poner orden en las abarrotadas órbitas donde se emplazan satélites y naves espaciales. Aunque también como opción para limpiar el espacio de basura espacial, es decir, estrellándolos contra la atmósfera y el mar, lo que le ocurrirá a la ISS en los próximos años.

Mira Impulse Space Omicrono

De estos los dos modelos de Impulse Space, solo el primero ya ha viajado al espacio en la misión LEO Express-1 realizada en 2023 y que incluyó el despliegue de una carga útil de un cliente en la órbita baja terrestre (LEO) y una elevación de 150 km en su apogeo completada en solo 75 segundos. La empresa describió esta operación como un éxito y ya está preparando la próxima LEO Express-2 con un Mira mejorado para finales de 2025. Mientras, continúa el desarrollo del remolcador Helios más grande, anunciado para 2026 que promete mover naves espaciales desde la órbita baja terrestre a la órbita geosincrónica (GEO) en menos de 24 horas.

La órbita geoestacionaria o geosíncrona, también conocida como GEO, es una región del espacio situada a unos 35.786 km de altura del ecuador terrestre, que permite a las naves espaciales permanecer sobre puntos fijos de la Tierra. Así, los satélites orbitan en la dirección de la rotación de la Tierra, lo que permite que apunten sus antenas a una dirección fija para mantener un enlace permanente con la superficie del planeta.

Desde allí operan todo tipo de satélites, sobre todo los meteorológicos, los destinados a comunicaciones y los que permiten mejorar la precisión de sistemas de geolocalización similares al GPS, pero también los encargados de detectar un ataque con misiles intercontinentales. Helios transportará en poco tiempo los satélites a las órbitas GEO, pero también MEO, Cislunar y más allá.

Este sistema puede ser más económico y rápido que lanzar a órbitas mayores un satélite desde la superficie. Pues las opciones existentes con pagar por un Falcon Heavy de SpaceX para volar directamente a GEO o Rocket Lab para que un cohete Electron deje el satélite en una órbita precisa, incluso siendo empujado tardaría meses. Por supuesto, no es la única empresa, la francesa Exotrail es otra de las que está explorando esta oportunidad de negocio espacial

Así es Helios

Helios utiliza un motor alimentado con oxígeno líquido y propulsores de metano. Se trata del motor Deneb, inventado por Tom Mueller, con 67 kN de empuje. Podrá transportar satélites de hasta 5.000 kilogramos de peso desde la órbita baja terrestre a la órbita geoestacionaria en menos de un día. Para ponerlo en perspectiva, la ISS pesa se compone de 420.000 kilogramos de materiales. 

Puede alcanzar entre 3 y 9 kilómetros por segundo dependiendo de la masa que transporte. Para ello consumirá hasta 14.000 kg de combustible en cada misión. Otros OTV como el ExoMG de la francesa Exotrail no ofrecen estas cifras, en concreto este último modelo mencionado ofrece hasta 1 km/s y una capacidad de carga útil de hasta 400 kg.

Esto supone un gran avance a los actuales tiempos de las misiones, es decir, llegar a GEO en horas, en lugar de semanas o meses. Se ha diseñado para poder viajar en una gran cantidad de cohetes: Falcon 9, Falcon Heavy, Starship, Terran R, New Glenn, Vulcan, MLV, Ariane 6 y H3.

La compañía también fue una de las tres seleccionadas por la NASA el 22 de agosto para ser incluidas en su contrato Venture-Class Acquisition of Dedicated and Rideshare (VADR), utilizado por la agencia para lanzamientos de misiones de satélites pequeños.