Los avances tecnológicos y la IA están obligando a los ejércitos y las empresas de armamento a replantear sus plataformas pasadas y futuras. La automatización va ganando peso gracias a drones capaces de operar por tierra, mar y aire, como se está pudiendo comprobar desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Más allá de nuevos desarrollos como Bolt, los drones kamikazes que están listos en 5 minutos y pueden atacar de forma autónoma, varios programas pretenden adaptar viejos conocidos como los Black Hawk a operaciones sin piloto.
El objetivo es que sean capaces de realizar operaciones complejas como el rescate con una participación humana prácticamente nula. En ello llevan trabajando más de una década Sikorsky (subsidiaria de Lockheed Martin) y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Pentágono. El último hito de este acuerdo es la firma de un contrato por 6 millones de dólares para instalar el avanzado sistema de autonomía de vuelo MATRIX, una suerte de 'cerebro robótico', en el helicóptero experimental UH-60M Black Hawk del Ejército de EEUU.
Hasta ahora, la aeronave había superado diversas pruebas que demostraban su capacidad para aumentar la seguridad y la fiabilidad de los vuelos con un solo piloto o en vuelo totalmente autónomo. Sin embargo, este es el paso decisivo para poder poner a prueba las capacidades del conocido como MX a las órdenes del Mando de Desarrollo de Capacidades de Combate (DEVCOM) del Ejército de EEUU.
"Las aeronaves dotadas de autonomía reducirán la carga de trabajo del piloto, mejorarán drásticamente la seguridad del vuelo y darán a los comandantes la flexibilidad necesaria para llevar a cabo misiones complejas en espacios de batalla disputados y congestionados, de día o de noche y en cualquier condición meteorológica", aseguró Rich Benton, vicepresidente y director general de Sikorsky, en un comunicado de prensa.
Este anuncio ha llegado casi a la vez que una demostración llevada a cabo a mediados de octubre, durante la reunión anual de la Asociación del Ejército de los Estados Unidos en Washington DC. Allí, visitantes y altos mandos del US Army pudieron presenciar cómo "un helicóptero Black Hawk integrado con el sistema de autonomía MATRIX de Sikorsky puede recibir órdenes de misión remotas en tiempo real. A continuación, llevar a cabo esa misión por sí solo, utilizando sus sistemas autónomos de a bordo, sin control remoto ni intervenciones del piloto".
Misiones autónomas
El objetivo final de esta integración es alargar la vida útil de los Black Hawk de los que dispone el ejército estadounidense, una cantidad cercana a las 2.000 unidades, y crear nuevas plataformas avanzadas. El propio Benton hizo mención a sus intenciones de hacer viables estos helicópteros hasta la década de 2070.
A diferencia de otros sistemas autónomos, MATRIX pretende ir un paso más allá y "no es un simple director de vuelo que sigue una ruta planificada", según Sikorsky. En su lugar, el sistema está diseñado para actuar de forma totalmente independiente, "reaccionando al entorno dinámico de combate para evitar amenazas, optimizar la ruta y ejecutar procedimientos de emergencia en caso necesario".
Sus primeros pasos se dieron en 2020, bajo el paraguas del programa ALIAS (Aircrew Labor In-cockpit Automation System) de DARPA, cuando la compañía añadió a un helicóptero experimental UH-60A controles de vuelo fly-by-wire. Estos sirven para reemplazar los controles de vuelo manuales convencionales por una interfaz electrónica.
Las primeras pruebas realizadas con éxito se remontan a 2022, cuando se llevaron a cabo dos escenarios de vuelos autónomos simulando condiciones reales. El primero consistía en probar un reabastecimiento médico de larga duración, en el que el helicóptero Black Hawk voló 133 kilómetros cargado con 400 unidades de sangre real y simulada con un peso total de 226 kilogramos.
Al llegar a los 100 km de su punto de despegue inicial, la aeronave descendió a un valle llegando a una altitud de 60 metros sobre la superficie mientras volaba a 185 km/h. Este descenso es una maniobra que realizan los pilotos humanos para enmascarar la firma radar y así no ser detectados por los enemigos.
La segunda prueba consistió la entrega de carga y evacuación de heridos en una misión combinada. El helicóptero despegó con una carga externa de 1.180 kilogramos unida a una eslinga de 12 metros y voló a 185 kilómetros por hora durante 30 minutos hacia una zona de aterrizaje designada.
Durante el vuelo el Black Hawk fue redirigido simulando un escenario en el que se necesitaba neutralizar una amenaza cerca del sitio de aterrizaje principal. Sikorsky demostró cómo un operador de tierra con una radio segura y una tableta puede tomar el control del helicóptero sin tripulación, ordenarle que suelte la carga de la eslinga y luego aterrizar para evacuar a una víctima de un lugar cercano.
Una vez que el maniquí en una camilla estuvo asegurado dentro de la cabina, el operador de tierra ordenó despegar a la aeronave. Durante el vuelo de regreso, un dispositivo de monitorización de salud integrado con el sistema de comunicaciones del helicóptero transmitió los signos vitales del paciente en tiempo real a un equipo médico en tierra.
En julio de 2024, Sikorsky y DARPA presentaron el Black Hawk MX a militares estadounidenses y funcionarios del Departamento de Defensa, con una demostración en la que órdenes de misión sencillas y de alto nivel eran emitidas desde una tableta, tanto con el operador en tierra como en la cabina.
Durante la prueba más reciente, llevada a cabo hace unas semanas durante la reunión anual de la Asociación del Ejército de los Estados Unidos, la presidenta de Lockheed Martin Rotary and Mission Systems, Stephanie Hill, fue la encargada de dirigir el Black Hawk autónomo.
Sin ser piloto, Hill pudo ordenar desde la tablet el despegue, vuelo, realización de un circuito y aterrizaje de la aeronave en Connecticut, a 500 km de distancia, lo que demuestra la versatilidad y facilidad de uso del sistema. Eso sí, durante la prueba siempre hubo presentes pilotos de seguridad en la cabina, aunque no tuvieron que intervenir en ningún momento.
Pieza clave
El Sikorsky UH-60 Black Hawk es uno de los helicópteros de transporte militar más empleados del mundo. Entre sus usuarios, además de Estados Unidos, se encuentran México, Corea del Sur, Turquía, Brasil, Marruecos o Australia, entre otros. Se calcula que actualmente están operativos más de 4.000 Black Hawk en los 28 países donde se ha distribuido repartidos en las diferentes versiones y modelos que se han ido lanzando.
El Black Hawk se comenzó a fabricar en 1974 y entró oficialmente en servicio en 1979 en el ejército de Estados Unidos y se convirtió en la espina dorsal de la rama de transportes de personal en guerras como la de Afganistán. Cuenta con una capacidad de carga interna de 1.450 kilogramos, 11 personas sentadas y 4.100 kilogramos externamente.
Tiene una longitud de fuselaje de 15,27 metros, con una anchura de 2,36 metros y un peso en vacío de 5.675 kilogramos, alcanzando las 10 toneladas de peso máximo al despegue. Cuenta con un par de motores General Electric que desarrollan una potencia de 1.890 caballos cada uno, consiguiendo una velocidad máxima de 296 km/h y una de crucero de 282 km/h.
La autonomía de combate de 590 kilómetros que se combina con un techo de vuelo de 5.800 metros. Algunas versiones del Black Hawk cuentan con armamento a bordo formado por ametralladoras, misiles, cohetes y bombas. En este término, ni Sikorsky ni DARPA han informado que se pueda emplear la versión autónoma para realizar misiones de ataque.