La reciente foto selfie de un satélite impactado por un trozo de basura espacial ha recordado a muchos en España la situación con la sostenibilidad del espacio. Propuestas para acabar con la basura espacial no faltan, incluyendo imanes revolucionarios, potentes rayos láser para destruir restos de satélites y un largo etcétera. Se acaba de descubrir que el satélite más antiguo de Reino Unido (convertido ahora en chatarra espacial) se ha desplazado sin motivo aparente.
El medio BBC ha recordado el curioso caso del satélite Skynet-1A, un satélite de más de 50 años de antigüedad que ha sido movido de forma misteriosa. El satélite debía estar en un punto del espacio concreto después de cesar su actividad, pero sorpresivamente, está a medio planeta de distancia de dicho emplazamiento. Una entidad o autoridad desplazó el satélite hace años para cambiar su posición, y no se sabe quién o quiénes lo hicieron.
Y mucho peor: tampoco se sabe el motivo, ya que no hay razón aparente que justifique este movimiento del Skynet-1A. Aunque puede parecer un problema baladí, no lo es en absoluto. El Skynet-1A se encuentra en un pozo de gravedad a 105 grados de longitud oeste, lo que lo acerca peligrosamente a otros satélites. Si este dispositivo acaba chocando con otros equipos, el desastre podría ser mayúsculo.
El caso del misterioso satélite
Antes de nada ¿qué tipo de satélite tenemos entre manos? Este satélite pertenece a la familia de satélites Skynet, destinados a comunicaciones militares. En la década de los años 60, Reino Unido se sumó a la por aquel entonces Unión Soviética y Estados Unidos para desarrollar sus propios satélites de comunicaciones: así nacieron los Skynet, que debían permanecer en órbita geoestacionaria sobre el Océano Índico.
El primero de estos satélites fue el Skynet-1A, el primer satélite lanzado en el año 1969. Cabe destacar que el satélite, pese a operar en el sistema satelital de comunicaciones de Reino Unido, es de fabricación estadounidense ya que fue construido por la compañía ahora desaparecida Phlco Ford. Y sí; su lanzamiento se llevó a cabo apenas pocos meses después del histórico alunizaje del Apolo 11, que puso a Neil Armstrong y Buzz Aldrin sobre la superficie de la Luna.
La relación de Estados Unidos con el proyecto fue tal, que el mismo Skynet-1A fue lanzado por un cohete Delta, de la Fuerza Aérea Estadounidense. Incluso sucedió que los estadounidenses controlaron primero el satélite, probando totalmente el software de Reino Unido para el control de Skynet-1A antes de pasarle los mandos a la Real Fuerza Aérea (RAF). Así lo detalla a la BBC el doctor Aaron Bateman.
Pasados los años, el satélite acabó por dejar de funcionar y pasó a ser otro elemento más de basura espacial. Tal y como expone el experto Stuart Eves en el blog de la Red Global para la Sostenibilidad en el Espacio (GNOSIS), una vez la RAF obtuvo el control del Skynet-1A, este operó en "una longitud de aproximadamente 40º Este en el arco geosteacionario". Informes de la RAF relatan operaciones del satélite en períodos que oscilan entre principios de los 70 y finales del 1973.
A finales de ese año, y siempre según los informes de la RAF, el Skynet-1 se situaba en el pozo gravitacional centrado en 75º Este. La atracción gravitatoria, según los cálculos, habría debido haber llevado al satélite hacia el este, redirigiéndolo a la zona del Océano Índico, pero no ha sido así. El doctor Eves expone que la esfericidad de la Tierra y dichas atracciones deberían haber provocado "perturbaciones tanto de Este a Oeste como de Norte a Sur" en la órbita de Skynet.
"El movimiento Este-Oeste es una oscilación alrededor de uno de los 'pozos' gravitacionales que se encuentran aproximadamente a 75º Este o 105º Oeste en el anillo geoestacionario", explica el experto. "El período de esta oscilación es de alrededor de 800 días, y la amplitud de la 'oscilación' está relacionada con la ubicación original del satélite en relación con el fondo del pozo", apostilla.
Por ende, si Skynet-1A hubiera fallado en su ubicación operativa en alrededor de 40º Este, debería estar oscilando unos 35 grados a cada lado de 75º Este, según Eves. Pero nada de eso. Los registros del Reino Unido, incluidos en el Registro de Objetos del Espacio Exterior de Reino Unido (que registra los objetos en órbita propiedad del país) explica que está mucho más lejos, cerca del fondo del otro pozo gravitacional, en 105º Oeste.
En resumidas cuentas, la gravedad debería haber llevado al satélite al Océano Índico y actualmente se encuentra a unos 36.000 kilómetros sobre el continente de América. Debido a que es prácticamente imposible que la gravedad haya sido la responsable de este cambio de posición, solo queda una opción: alguien redirigió el objeto con sus propulsores para llevarlo a su actual posición.
¿Quién, y por qué?
Eves cree que el objeto situado en esta posición es Skynet-1A, por sus perturbaciones Norte-Sur en su órbita. El experto determina que basándonos en lo que sabemos de física, es prácticamente imposible que "este cambio de longitud pudiera haber ocurrido como resultado de perturbaciones naturales", apostilla Eves. Por ende, es más que probable que se llevara a cabo "una secuencia deliberada de comandos para mover el satélite".
El problema es que esta serie de maniobras deliberadas (que no se sabe siquiera cuándo se dieron) deberían haber quedado registradas en algún lugar, especialmente porque la ubicación 105º Oeste no es visible desde Reino Unido. Se han consultado documentos antiguos, archivos en el registro nacional, y un largo etcétera pero no se han encontrado pistas sobre quién realizó estas operaciones. Algunos de estos registros, además, están perdidos o incompletos.
Estos registros incompletos apuntan a que el satélite quedó finalmente en manos de los estadounidenses en 1977, después de que la RAF perdiera de vista al satélite, pero no es algo totalmente confirmado. A esto hay que sumarle, tal y como apunta Eves, que el Comando Espacial de los Estados Unidos perdió datos orbitales históricos en el pasado, lo que habría afectado a los datos y registros del satélite.
Incluso sin saber la identidad del responsable del desplazamiento, el problema no acaba aquí. No hay motivos aparentes que justifiquen el posicionamiento actual de Skynet-1A. Es decir, no se sabe por qué alguien movería el satélite a una región así, en la que corre mucho más peligro de chocar. Y menos con qué autoridad. No es para menos, ya que Reino Unido podría tener un importante problema con todo esto.
Reino Unido es responsable
Existe un concepto en el terreno aeroespacial que refiere a la órbita cementerio. Esta es una zona orbital que se sitúa por encima de la órbita geoestacionaria en la que se colocan satélites como el propio Skynet-1A, y que básicamente sirve como cementerio para estos dispositivos.
Esta zona es el destino de los satélites al final de su vida para reducir al mínimo la probabilidad de colisiones con otros satélites operacionales. A modo de referencia, la órbita cementerio se encuentra a unos cientos de kilómetros sobre la órbita operacional. Este es el lugar en el que se debería haber destinado al satélite para evitar problemas, aunque cabe aclarar que la idea de la órbita cementerio es posterior al Skynet-1A.
¿Cuál es la situación, entonces? El hecho de que Skynet-1A se encuentre en 105º Oeste implica un auténtico peligro para otras misiones geoestacionarias que operen en las inmediaciones de dicha zona. "Lamentablemente, debido a que Skynet-1A se encuentra en el fondo de un pozo de gravedad, hay mucho tráfico de paso", lamenta Eves. Por otro lado, a nivel legal Reino Unido sigue siendo responsable del satélite como tal.
Aún con todo, Reino Unido está monitoreando totalmente el satélite desde su Centro Nacioanl de operaciones Espaciales. De momento, están observándolo para alertar a operadores de satélites implicados en caso de que haya un riesgo de colisión entre Skynet-1A y otros equipos. Es imposible prever que se produzca una colisión, al menos a corto plazo. Sin embargo, es un riesgo que el país deberá atajar en un momento dado, tarde o temprano.