El equipo técnico de vuelo de la nave Starship ha decidido que el Super Heavy no regrese a la base de lanzamiento. Tras un primer intento satisfactorio hace un mes, este segundo vuelo de prueba empleando el sistema Mechazilla para atrapar a la plataforma al vuelo no se ha llevado a cabo según lo esperado. En su lugar, cuando eran las 23:07 en España peninsular, el cohete ha tocado la superficie del agua del Golfo de México y ha explotado a continuación.
El despegue se ha llevado a cabo desde del puerto espacial Starbase (Boca Chica, Texas), el centro de operaciones de SpaceX, el mismo lugar de lanzamiento de la anterior misión y con la presencia de Donald Trump en las instalaciones. El cohete Super Heavy ha impulsado a la nave Starship hacia el espacio durante los primeros 2 minutos y 39 segundos, momento en el cual ambas plataformas han tomado caminos diferentes.
Tal y como se ha podido ver en directo, el Super Heavy no ha ejecutado la maniobra de vuelta a la plataforma de lanzamiento tal y como tenían planeado. En cambio, se ha dirigido a la zona de amerizaje frente a la costa y en pleno Golfo de México. Este esquema de vuelo se trata del plan B que tenían los ingenieros de la compañía espacial en caso de que el director de la misión no diera el visto bueno.
Esto puede ocurrir por motivos muy dispares, desde mala meteorología hasta fallos del cohete o de la propia Mechazilla. Por el momento, desde SpaceX tan sólo han comentado que el Super Heavy se estaba preparando para realizar un amerizaje en el Golfo de México, sin dar más explicaciones.
Por su parte, el plan de vuelo de la Starship consiste en ejecutar una trayectoria orbital y regresar a la Tierra en un punto establecido del océano Pacífico, donde espera un equipo de SpaceX para recuperar la nave espacial. La compañía ya acumula cierta experiencia en esta maniobra debido a que la cumplieron con éxito en los dos lanzamientos anteriores.
La importancia de este tipo de misiones radica en la utilidad de la torre Mechazilla como primer y elemental paso para incrementar el número de lanzamientos, al tiempo que se reduce considerablemente el tiempo entre uno y otro. La torre tiene integrados un par de brazos móviles los cuales se encargan de sujetar el cohete Super Heavy a su vuelta a la superficie y sin que este llegue a tocar tierra firme.
Gracias a ello, desde SpaceX esperan que el propulsor puede utilizarse en más de una ocasión para lanzar las naves Starship que se colocan en la parte superior. Y de esta forma cumplir con las necesidades para llevar a cabo los programas de exploración espacial, entre los que se encuentra la vuelta del humano a la Luna a través de Artemis y la vida interplanetaria —en Marte— que Musk pretende conseguir en los próximos años.
"Los objetivos incluyen que el cohete regrese nuevamente al sitio de lanzamiento para la captura, reencender un motor Raptor de la nave mientras está en el espacio y probar un conjunto de experimentos de escudo térmico", explican desde SpaceX. La única carga dentro de la Starship ha sido un plátano, convenientemente atado a la estructura de la aeronave.
Las actualizaciones del hardware para el vuelo de este martes "añaden redundancia adicional a los sistemas de propulsión del cohete, aumentan la resistencia estructural en áreas clave y acortan el tiempo necesario para descargar los propulsores del cohete después de una captura exitosa".
Por otro lado, "los diseñadores de la misión también actualizaron los controladores del software y los criterios de asignación para el lanzamiento y el regreso del cohete", explican. Estas áreas de mejora, tanto de hardware como de software, dan una pista sobre los problemas más urgentes que se han ido encontrando los ingenieros de SpaceX y en qué ramas se encuentran trabajando en la actualidad.
La nave al completo, teniendo en cuenta las dos plataformas, mide 121 metros de alto por 9 metros de diámetro. La capacidad de transportar carga se ha establecido entre 100 y 150 toneladas en modo totalmente reutilizable.
En cuanto al cohete Super heavy, mide 71 metros y acomoda 3.400 toneladas de propelente en sus depósitos. Emplea una combinación de metano y oxígeno líquidos para alimentar a los 33 motores Raptor que protagonizan el primer impulso del vehículos espacial. Por otro lado, la nave espacial mide 50 metros e incorpora 6 motores Raptor que actúan de segunda etapa de propulsión.