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El beneplácito de Biden para permitir a Ucrania usar armamento de largo alcance contra suelo ruso ha desembocado en una escalada sin precedentes de la cual España es testigo. Tras un primer ataque con misiles estadounidenses ATACMS perpetrado por los de Zelenski, le siguió una segunda ofensiva blandiendo los Storm Shadow, misiles británicos disparados contra Rusia poco después. Ahora ha sido Putin el que ha respondido con un ataque mediante misil balístico intercontinental contra una "infraestructura crítica".

En este caso, Rusia ha echado mano de los misiles Kh-47M2 Kinzhal, cuya traducción en castellano sería "Daga" y que se engloban dentro de la categoría de misiles hipersónicos ALBM de lanzamiento aéreo. Disponen de capacidades nucleares y sorprenden gracias a sus brutales especificaciones, como su alcance máximo de 2.000 kilómetros y la posibilidad de alcanzar velocidades de Mach 10.  

Este jueves Rusia ha lanzado entre las 5:00 y las 7:00 horas un total de siete misiles crucero Kh-101, un misil balístico intercontinental RS-26 y uno de estos misiles aerobalísticos Kinzhal. El objetivo en este caso han sido fábricas "e infraestructura crítica" ubicados en pleno centro de Ucrania, en la ciudad de Dnipró. Desde la Fuerza Aérea de Ucrania aseguran haber podido derribar seis de los siete misiles de crucero, pero no pudieron ni con el Kinzhal ni con el misil balístico.

Misiles hipersónicos 

Los misiles Kinzhal o Daga rusos comenzaron su andadura en el servicio militar en diciembre de 2017, y se constituyeron en su día como una de las seis nuevas armas estratégicas presentadas por el mismísimo Vladímir Putin el pasado mes de marzo del año 2018. Sigue presente en las Fuerzas Aeroespaciales de la Federación Rusa (VKS) y usa como plataformas de lanzamiento los aviones Mikoyan MiG-31K como los bombarderos Tu-22M3, estos últimos en formatos de 4 misiles.

La idea detrás de los misiles Kinzhal y el motivo principal de su desarrollo radican en las necesidades de Rusia de crear un misil aire-tierra que pueda penetrar entre las defensas aéreas de las fuerzas de la OTAN, tales como los Patriot desplegados en Polonia por Estados Unidos o los sistemas de combate Aegis. Tanto es así, que estos misiles se han diseñado específicamente para ser disparados tanto desde lanzadores habilitados en camiones terrestres o desde aviones a gran altura.

Un misil hipersónico ruso sujeto a un caza.

El hecho de que este misil sea hipersónico ayuda precisamente a este fin, debido a que funcionarios de defensa de EE.UU han dejado claro las dificultades que las arquitecturas de radar convencionales tienen para detectar y rastrear este tipo de armamento. Ya en el año 2022, el (por el momento) presidente Joe Biden certificó que Rusia ya estaba usando estos misiles hipersónicos contra Ucrania. 

El diseño de los misiles Kinzhal incluye una primera etapa que proviene de los misiles 9K720 Iskander, un tipo de misil balístico de corto alcance cuyo desarrollo comenzó a finales de los años 80. Pueden acertar a objetivos tanto fijos como móviles y puede acelerar a velocidades hipersónicas prácticamente segundos después de que se produzca el lanzamiento, con una precisión máxima de un metro.

Lanzamiento del Iskander Ministerio de Defensa de Rusia

Diciembre del 2017 fue el mes elegido para formar la primera unidad operativa de estos misiles Kinzhal, en el Distrito Militar del Sur en Ajtúbinsk. En mayo de 2018, Rusia usó hasta diez MiG-31K capaces de usar misiles Kinzhal en un régimen de servicio de combate experimental. Los Daga disponen de sistemas de guiado satelitales e inerciales con control remoto, y su velocidad máxima se sitúa en un rango entre las 10 y las 12 veces la del sonido (es decir, un balance de 12.300 a 14.700 kilómetros por hora).

Si bien su alcance es de 2.000 kilómetros, cabe destacar que dicho rango se consigue con los bombarderos MiG-31K; con los interceptores Tu-22M3, este alcance sube hasta unos impresionantes 3.000 kilómetros. Los misiles Daga pueden montar ojivas nucleares y convencionales de hasta 480 kilos de peso, unas especificaciones que se suman a unas dimensiones nada desdeñables de 8 metros de longitud y 1 de diámetro (junto a un peso de 4.300 kilos)

En diciembre del año 2018, varios aviones armados con los Kinzhal habían realizado hasta 89 vuelos de patrulla, y no fue hasta el verano del 2019 que el misil se presentó al público en el concurso internacional Aviadarts. A finales de ese mismo año, se llevó a cabo su primera prueba de lanzamiento, en el Ártico. 

Casi tres años después, en marzo del 2022, Rusia usó por primera vez los misiles Kinzhal, y de forma muy similar a como han realizado este último ataque contra Ucrania. En esa ofensiva, Rusia atacó una instalación de almacenamiento de armas en las proximidades del pueblo de Deliatin, en la zona occidental de Ucrania. Poco antes de invadir el país, Rusia ya movió varias unidades MiG-31 a una base aérea de Kaliningrado.

¿Por qué tan peligrosos?

En la categoría de misiles hipersónicos se engloban todos aquellos dispositivos capaces de superar 5 veces la velocidad del sonido siempre y cuando se mantenga una relativa baja altitud. Estos dos factores son los que confieren esas capacidades de 'sigilo' a estas armas, ya que hace a dichos misiles prácticamente indetectables.

No es en absoluto un tema baladí. Cuando Biden anunció el uso de estos misiles hipersónicos, llegó a asegurar que era "casi imposible" detener a esta clase de armamento precisamente por este motivo. Eso sí, añadiendo a su juicio que estos misiles tienen "la misma ojiva que cualquier otro misil lanzado. No hay mucha diferencia", afirmó el actual presidente.

Infografía de detección del misil Lina Smith

Existen, al menos conocidos, dos métodos distintos para lanzar este armamento hipersónico. El primero consiste en usar un cohete para impulsar un vehículo planeador sin motor, pero con capacidad para maniobrar. El misil se impulsa a velocidades de infarto en la primera etapa de lanzamiento, y la aerodinámica y la atracción gravitatoria ayudan al misil a acertar.

Se estima que el segundo método es el que habría usado Rusia para lanzar sus misiles Kinzhal. En este caso, se emplea un motor de reacción diseñado específicamente para trabajar a estas velocidades hipersónicas. La principal ventaja de este sistema es que añade una valiosísima versatilidad para permitir a los atacantes lanzar los Kinzhal desde todo tipo de plataformas, ya sean bombarderos, barcos, submarinos o cazas.

¿Y por qué se necesita una baja altitud? Simple: los escudos antiaéreos. Estados Unidos, así como otras muchísimas potencias en todo el mundo poseen completos escudos antiaéreos desplegados que los protegen de este tipo de amenazas. La curvatura de la Tierra se suma a esta reducida altura, lo que imposibilita que los sistemas antimisiles detecten y derriben los misiles a tiempo.

Esto ha llevado a que Estados Unidos y otros países ya estén desarrollando escudos adaptados para estas amenazas hipersónicas. No obstante, desde Ucrania se han esmerado en relatar las vulnerabilidades de los Kinzhal y sus esfuerzos para contrarrestarlos. En mayo de 2023, el ejército de Zelenski afirmó haber derribado un total de 18 misiles que hacían objetivo a Kiev, entre los que se encontraban seis hipersónicos Kinzhal.