Los drones han pasado de tener un papel muy secundario en algunas misiones de espionaje en el campo de batalla a convertirse en sustitutos muy útiles y efectivos de las aeronaves tripuladas convencionales. En España, los Predator son la plataforma más avanzada y se encuentran en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz), mientras que al otro lado del Estrecho de Gibraltar optan por reforzarse con modelos todavía más capaces al tiempo que ponen todo tipo de trabas al comercio de exportación en Melilla.
En mitad de su política de modernizar y fortalecer las Fuerzas Armadas Reales, Marruecos ha firmado la adquisición de drones con capacidad de ataque Bayraktar Akinci, fabricados por la turca Baykar. Tal y como ha indicado Hespress, el contrato llega 3 años después de recibir un total de 19 drones TB2 de la misma compañía y como siguiente paso a los buenos resultados obtenidos.
Si bien se desconoce el número total de plataformas adquiridas en este contrato reciente, así como la munición que lo acompañará en su despliegue, el Akinci supone un avance muy importante en las capacidades de Marruecos en la flota no tripulada. Tanto que se encuentra inmerso en una serie de pruebas para la integración de misiles balísticos de la también turca Roketsan.
Baykar y Roketsan acaban de completar el primer ensayo de ataque empleando un dron Ankinci junto con misiles supersónicos modelo IHA-230. Durante estas maniobras, la aeronave lanzó un par de proyectiles que alcanzaron los objetivos fijados situados a 155 kilómetros de distancia desde el punto de despliegue.
Desde Rabat, al final del primer mandato de Donald Trump en la Casa Blanca, se impulsó la compra de varias unidades de la versión naval del Predator fabricado por la estadounidense General Atomics. Aun teniendo el beneplácito de la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA), como supervisora de la venta de armamento al exterior, la Administración Biden paralizó el contrato y nunca llegó a prosperar. Una situación similar a la experimentada por el avión de espionaje G550, del que nunca más se supo al entrar el nuevo equipo de gobierno en EEUU.
Dron avanzado
El Bayraktar Akinci es una de las plataformas más modernas de cuantas ha desarrollado la compañía turca. La fase de diseño preliminar se completó en junio de 2019 y en diciembre de ese mismo año levantó por primera vez el vuelo. Como ocurre en casi todos los modelos creados por la industria turca, el primer y principal cliente fueron las Fuerzas Armadas del país, a las que se asignó un lote de 3 entregado en agosto de 2021.
Este contrato con la capital Ankara fue el que inauguró la vida operativa del Akinci en su propio país y su éxito internacional. Se encuentra en servicio —además de Turquía— en Pakistán, Líbano, Etiopía y Azerbaiyán. Y, a partir de febrero de 2025, en Marruecos.
Se encuadra dentro de los drones de gran altitud y larga persistencia, conocidos en inglés por las siglas MALE, ya que consigue mantenerse en el aire más de 24 horas de forma ininterrumpida a una altitud máxima de 12.200 metros, muy similar a la que alcanzan las aeronaves comerciales de pasajeros y carga.
"Con su diseño único de fuselaje y alas, el Byraktar Akinci es una plataforma de clase estratégica que puede transportar varias cargas útiles", según explican en la compañía. También resaltan que está equipada con aviónica apoyada en la inteligencia artificial dual que "admite el procesamiento de señales, la fusión de sensores y el conocimiento de la situación en tiempo real".
El Akinci es capaz de ejecutar "operaciones que se realizan con los aviones de combate". Para ello, lleva todo tipo de sistemas avanzados como el de apoyo electrónico, comunicación por satélite duplicado, radar aire-aire, radar anticolisión y radar de apertura sintética. Esto le permite desplegarse en misiones de defensa aérea como de ataque a superficie.
Entre las funciones avanzadas que integra se encuentra una arquitectura de sistema resistente a errores, unidades de actuadores redundantes, estación de control en superficie redundante y el despegue y aterrizaje autónomos e independientes del sistema de control en tierra firme.
En cuanto a las comunicaciones, el fabricante explica que disponen de conexión tanto en línea de visión directa con el aparato y también un modo más allá de esa línea de visión. Esto se consigue empleando satélites como repetidores de las comunicaciones y permite incrementar el rango de acción del dron.
En cuanto a las especificaciones, el peso máximo al despegue del Akinci es de 6.00 kilogramos, de los que 1.500 kilos corresponden a la carga que puede llevar a bordo. De la propulsión se encargan un par de turboprop con diferentes versiones de 450, 750 y 850 caballos de potencia que mueven las hélices situadas una en cada ala.
La velocidad de crucero es de 278 km/h mientras que la máxima que puede alcanzar el aparato es de 444 km/h. La longitud de la aeronave alcanza los 12,3 metros, la altura 4 y la envergadura 20 metros.
Misiles para cazas y más
Con la integración del nuevo misil balístico IHA-230 de la firma Roketsan, el dron cuenta con una capacidad de ataque muy superior y cada vez más cercano a la panoplia que puede equipar un caza tradicional tripulado.
El modelo en el que han estado trabajando recientemente incorpora un sistema de guiado inercial que puede funcionar de forma independiente respecto a las constelaciones de geoposicionamiento tradicionales como el GPS. Con ello consigue navegar con precisión en mitad de entornos electrónicamente comprometidos donde se crean interferencias para confundir a los receptores.
El rango operativo del IHA-230 es superior a los 150 kilómetros y depende en gran medida de la altitud y la velocidad de la plataforma desde la que se lanza, en este caso del dron Akinci. El misil cuenta con una cabeza de guerra de 42 kilogramos con la posibilidad de elegir entre ojivas de fragmentación, de perforación de blindaje y termobárica.
La panoplia de armamento compatible continúa con sistemas muy conocidos y probados en escenario real. Por ejemplo, misiles MAM-L y MAM-C de corto radio, L-UMTAS de medio radio, cohetes Cirit e incluso misiles aire-aire de los modelos Gokdogan (Merlín) y Bozdogan (Peregrino).
Estos últimos están específicamente diseñados para su incorporación a bordo de los cazas F-16 que tienen Turquía y Marruecos desde hace años y con el fin de reemplazar a los AIM-9 Sidewinder y AIM-120 AMRAAM de fabricación estadounidense. Ambos modelos entraron en servicio en julio de este mismo año.
El Akinci también cuenta con compatibilidad para bombas guiadas de varios modelos muy extendidos dentro del panorama internacional como son los MK-81, MK-82 y MK-83. Estas municiones incorporan un sistema de guiado acoplado a la bomba y llegan al objetivo empleando únicamente la gravedad.