En la época de la guerra electrónica, de los pulsos de microondas que fríen —literalmente— los chips de las aeronaves y de los misiles guiados al milímetro como los que tiene España, los lanzallamas continúan sirviendo para acabar con algunas amenazas desde una perspectiva tan simple como efectiva. En la guerra de Ucrania, ambos bandos están empleando el fuego directo en el campo de batalla incorporándolo en diferentes plataformas como drones o blindados al tiempo el Ejército de Zelenski usa ATACAMS para atacar Rusia.
El último de los ejércitos en anunciar un arma lanzallamas ha sido el ruso. A través de una publicación en la aplicación de mensajería Telegram, las fuerzas a la orden del Kremlin mostraron un nuevo dron que escupe fuego.
Se trata de una pequeña aeronave, que podría ser de categoría comercial y que lleva acoplado un depósito lleno de una mezcla incendiaria y un actuador para desplegar las llamas en el momento que el operador así lo ordene. El objetivo, según indicaron, es el de contrarrestar a los drones ucranianos que tantas bajas personales y materiales están causando.
"Parece ser un dron comercial tipo cuadricóptero que lleva un pequeño tanque lleno de una sustancia inflamable", ha explicado Federico Borsari, investigador residente del Centro de Análisis de Políticas Europeas de Estados Unidos, a Defense News. La información sobre esta nueva creación rusa es muy escasa y tan sólo ha hecho acto de presencia en el vídeo distribuido por internet.
Al otro lado de la línea y hace tan sólo un par de meses, Ucrania desplegó por primera vez su dron lanzallamas. Denominado Dragonfire (Fuego de dragón, en su traducción directa del inglés), este arma tan particular emplea una mezcla reactante (termita) que deja caer sobre la superficie objetivo para calcinar todo lo que pilla a su paso.
Lanzallamas ruso
Ese dron cuadricóptero (que tiene cuatro motores) ha sido específicamente desarrollado para atacar a los drones enemigos, según explica Samuel Bendett, asesor de tecnología militar rusa en el Centro de Análisis Navales, al mismo medio. También señala que en el vídeo publicado se puede escuchar una voz no identificada que dice: "Básicamente incorporamos otro UAV", haciendo referencia a un vehículo aéreo no tripulado.
Si bien a simple vista parece un método tan espectacular visualmente como efectivo, muchos expertos dudan realmente del correcto rendimiento y la practicidad en el terreno táctico. El dron ruso cuenta con la maniobrabilidad propia de una aeronave de su tipo, pero el control del sistema de lanzallamas se torna más complejo.
Tal y como comentan, hacer coincidir el flujo de fuego con un potencial objetivo en movimiento es prácticamente imposible. Tampoco parece haber un sistema complejo que controle la cantidad de combustible que se arroja, por lo que la capacidad de ataque podría verse limitada a sólo unos segundos.
"Si este tipo de dron va a hacer eso a otro UAV, tiene que ponerse en posición y ser muy preciso", recalca Bendett. "Esto puede funcionar contra algunos que se quedan flotando en el mismo lugar para observar, de lo contrario, si el dron se mueve, será muy difícil disparar este tipo de líquido a un objetivo en movimiento".
Asimismo, el analista Borsari señaló la limitada cantidad de líquido inflamable que la aeronave puede transportar. Este tipo de drones se diseñan fundamentalmente para capturar imágenes y equiparlo con cualquier sistema extra lastra sus especificaciones de persistencia en el aire, así como la maniobrabilidad o la rapidez.
"A medida que el dron agota el líquido inflamable y la presión del mecanismo de pulverización disminuye, el calor que regresa puede dañar el propio dron y hacer que se estrelle si el operador lo mantiene en el aire", añadió Borsari.
Dragonfire de Ucrania
En septiembre, coincidiendo con los últimos compases del verano y las semanas más secas de todo el año, la 108ª Brigada de Defensa Territorial Independiente de Ucrania mostró un vídeo de un dron Dragonfire lanzando llamas contra una pequeña extensión de árboles. Según recogió Forbes, se trata igualmente de un dron convenientemente modificado para arrasar con algunas posiciones rusas.
La munición arrojada va cayendo a la superficie al tiempo que arde desde el dron y acaba explotando unos pocos segundos después. El Ejército de Zelenski emplea una fórmula compuesta fundamentalmente de aluminio y óxido de hierro que provoca una reacción exotérmica que puede resultar muy peligrosa en condiciones descontroladas.
Por ejemplo, hierro fundido puede llegar a proyectarse desde el centro de la reacción provocando quemaduras muy severas al contacto con la piel humana. Asimismo, empleada en grandes extensiones, puede desencadenar incendios si da con maleza seca.
Al igual que ocurre con la plataforma rusa, los detalles sobre el uso del dron ucraniano son realmente escasos y ambos métodos enfrentan exactamente los mismos problemas y desafíos tecnológicos. Por lo que puede existir un componente extra que motive su despliegue en el campo de batalla.
"El uso principal de estos drones de termita [como se conoce al compuesto ucraniano] es como defoliante para eliminar la cubierta de árboles y follaje que las tropas y vehículos rusos están utilizando para esconderse", señaló Justin Bronk, investigador principal en el Royal United Services Institute de Londres. Quien también añadió que "probablemente se pretendía que fuera un arma psicológica debido a la naturaleza de los efectos que producía la termita en contacto con la piel".