La empresa que dirige Sam Altam, responsable de crear a ChatGPT, el chatbot más popular en España, comenzó el 2024 prohibiendo a cualquiera utilizar la tecnología para "dañar a sí mismo o a otros", en parte, refiriéndose al uso de la IA en armamento. A pocas semanas de final de año, OpenAI anuncia que su inteligencia artificial se implementará en los productos de Anduril, la empresa que se hace de oro con los drones baratos para Ucrania.
El uso de la inteligencia artificial en defensa no es nuevo: Israel, por ejemplo, se encuentra inmersa en la integración de la IA en decisiones tan importantes como la detección y el ataque a objetivos desde el aire. Los drones son su principal objetivo con los que prescindir del uso de pilotos, pero llegar más lejos que con el pilotaje remoto.
El empleo de la inteligencia artificial en el armamento ha abierto un gran debate ético y moral en el que, por el momento, existe un consenso que establece la presencia humana —el llamado man in the loop— que supervise el funcionamiento y, en última instancia, decidir sobre el disparo. Sin embargo, OpenAI se había resistido hasta el momento a vincular su tecnología con este sector.
La empresa de Altman prohibió a cualquiera utilizar sus modelos de IA para desarrollar armas o cualquier uso militar y bélico. El 10 de enero, su normativa se suavizó al indicar simplemente la prohibición de utilizar la tecnología para “dañar a sí mismo o a otros", para más adelante anunciar que trabajaría con el Pentágono en el desarrollo de software para ciberseguridad, no en armamento.
Esta semana, Anduril ha emitido un comunicado para explicar su colaboración con OpenAI "para desarrollar e implementar de manera responsable soluciones avanzadas de inteligencia artificial (IA) para misiones de seguridad nacional". En el texto no se especifican los detalles del acuerdo, pero se menciona la necesidad de reforzar la capacidad defensiva de Estados Unidos. "La carrera cada vez más intensa entre Estados Unidos y China para liderar el mundo en materia de inteligencia artificial hace que este sea un momento crucial."
Según recoge la revista del MIT, Liz Bourgeois, portavoz de OpenAI, asegura que "esta asociación es coherente con nuestras políticas y no implica aprovechar nuestra tecnología para desarrollar sistemas diseñados para dañar a otros". También aludiendo a la defensa nacional en Estados Unidos, otros gigantes de la IA como Google han colaborado antes con el Pentágono, pero con una fuerte oposición dentro de su plantilla. Los empleados de Google realizaron huelgas en 2018 por el uso de su tecnología en un programa que podría usarse para mejorar la orientación de los ataques con drones.
Anduril no solo trabaja en la fabricación de drones militares. La empresa de Palmer Luckey, gurú que creó las primeras gafas de Facebook, se ha asociado también este año con Microsoft para mejorar el rendimiento de las nuevas gafas de combate para el Ejército de Estados Unidos. Esta herramienta visual promete ser un gran apoyo táctico para los militares en el campo de batalla.