Más allá del diseño, desarrollo y fabricación de los cohetes y de las cargas que llevan en su interior, uno de los desafíos a los que se enfrenta la industria espacial europea es la logística. La plataforma de operaciones de cabecera para la Agencia Espacial del Viejo Continente se encuentra en Kourou (Guayana Francesa), un territorio de ultramar situado a más de 5.000 km de España desde donde despegan los Ariane 6 y los Vega C, como el último de la misión Sentinel.
Para dar solución a esta necesidad, ArianeGroup —la compañía detrás de ambos modelos de cohetes— encargó en 2018 la creación de un nuevo concepto de embarcación especialmente concebida para el transporte de componentes para los lanzadores. Se trata del buque Canopée, al que EL ESPAÑOL-Omicrono ha podido subirse mientras se encontraba atracado en el Puerto de Pariacabo, también situado en Kourou.
Además, el Canopée es el primer carguero industrial híbrido, que combina una propulsión tradicional empleando combustible con un conjunto de 6 velas para ayudarse del viento en sus travesías transatlánticas. "Se trata de un barco de fabricación europea y clave para [la logística de] ArianeGroup", señaló Eric Le Nechet, director de transporte y logística para Francia y Kourou de ArianeGroup, quien dio la bienvenida al barco.
Gigante portacohetes
El Canopée "permite contar con un transporte muy seguro para el lanzador Ariane 6, para el que ha sido diseñado específicamente", continuó Le Nechet. Sin embargo, el cohete de fabricación italiana Vega C también tiene cabida a bordo cuando se necesita transportar.
Mide 121 metros de eslora por 21 de manga y 49 metros de altura desde la línea de flotación cuando va cargado hasta la parte superior de las velas. "Con estas dimensiones, el objetivo principal es poder transporta un Ariane 6 completo en un solo viaje, en la versión 4 boosters", explicó el experto.
El Ariane 6 cuenta en la actualidad con un par de versiones que se emplean dependiendo de las necesidades del lanzador. La más simple es la denominada 62, ya que emplea un núcleo de propulsión central junto a dos boosters colocados a ambos lados. Es el mismo tipo que se empleó en el vuelo inaugural.
Asimismo, existe una segunda versión más potente que recurre a 4 propulsores extra rodeando, a 90 grados, el núcleo central. Por especificaciones, el Canopée puede transportar todos los elementos necesarios para llevar a cabo un lanzamiento con este último modelo, incluyendo los boosters y su combustible sólido.
La capacidad de carga es de 5.000 toneladas y el desplazamiento puede alcanzar las 11.000 toneladas, repartidas en 3 niveles de carga. La cubierta más inferior se dedica al transporte de todo tipo de bienes con ambiente controlado, como pueden los satélites de la próxima misión.
La central, la situada entre la inferior y la cubierta principal, es la zona designada para el transporte del perclorato de amonio. Este compuesto químico se mezcla con un aglutinante para conformar una pasta que servirá como combustible sólido para los motores de los boosters o de la etapa inicial Vega C.
La cubierta principal es la encargada de acoger las grandes estructuras de los lanzadores. Ahí se incluye el cuerpo central del cohete, los propios boosters, las etapas superiores de propulsión y la cofia donde se integra la carga a llevar al espacio.
El barco entró en servicio a finales del año 2022 realizando el primer trayecto desde el astillero en Países Bajos hasta la Guayana Francesa. "La cadencia de viajes, cuando estemos a pleno rendimiento, pueden ser hasta 11 al año", aseguró Eric Le Nechet. Algo que planean conseguir entre 2025 y 2026.
Buque híbrido
"Se trata de un barco híbrido que combina la propulsión con combustible convencional y el viento", explicó Le Nechet. "El principal objetivo del capitán es optimizar la velocidad de la embarcación respecto a la hora de llegada estimada". Esto, tal y como indicó, es clave en una industria con unos plazos tan estrechamente establecidos como los que maneja la industria aeroespacial.
El retraso de una pieza del lanzador, por secundaria o mínima que sea, puede desencadenar un efecto dominó que termine afectando a toda la misión. El Canopée va recorriendo varios puertos de Europa para cargar los materiales, lo que dificulta el establecimiento de una cronología precisa para que puedan recibir los componentes en Kourou.
"Cuando comenzamos el viaje, el capitán con el encargado de planear la ruta intentan optimizar al máximo la velocidad mientras combinan la propulsión con el motor del combustible con la que usa el viento a través de las velas", afirmó. Gracias a ello, "podemos ahorrar entre un 30 y un 35% de combustible si lo comparamos con un buque de las mismas especificaciones realizando la misma ruta".
El mejor rendimiento del navío se encuentra entre los 10 y los 12 nudos (18,5 y 22,2 km/h, respectivamente). Esto ocurre porque "necesitamos mantener un régimen adecuado para el motor para evitar mantenimientos inesperados". Según los datos que manejas en el barco, la travesía atlántica la realizan en unos 12 días, dependiendo de las condiciones del mar y del viento presentes en la ruta.
El Canopée emplea un conjunto de velas diseñado por la compañía Ocean Wings, en particular la versión retráctil. Según explican desde la compañía, esté sistema está especialmente pensado para integrarse a bordo tanto en barcos de pasajeros y como los Ro-Ro, acrónimo en inglés para referirse a las embarcaciones en la que puede subir por sus medios los vehículos con ruedas.
Las particulares necesidades del barco portacohetes con un espacio diáfano en la cubierta principal junto a la gran compuerta de popa hace que las velas se adapten a la perfección. Cada una de las velas —que realmente la conforman una pareja— tiene un peso de 45 toneladas y suman 38 metros a la altura de la embarcación.
Una familia dentro
Además del gran espacio exterior donde se acomodan las piezas menos sensibles de los cohetes y las velas replegables, la zona de proa del barco no se diferencia mucho de cualquier embarcación de carga transatlántica. Muy cerca de la cubierta se encuentra una sala común donde los tripulantes —11 propios del barco más las personas encargadas de la carga— pueden pasar sus ratos libres. Cuenta con televisión, juegos de mesa, sofás y cualquier elemento propio del entretenimiento.
La siguiente planta está representada por los camarotes. "Aquí no hacemos distinción entre trabajos y puestos dentro del barco, todos tenemos las mismas comodidades", explicó Eric Le Nechet. "Es importante esto porque no suele ocurrir en barcos similares".
Los camarotes tienen una dotación de confort estándar. Cuentan con una cama individual, espacio de almacenaje, armarios, un pequeño escritorio y un baño privado. "Los de las personas que acompaña a la carga, como pueden ser ingenieros del cohete Ariane 6 o de los satélites que llevamos, tienen los mismos camarotes". En los trayectos con más personal, el Canopée puede acomodar hasta 21 personas.
Sin embargo, como pasa en cualquier barco de este tipo, la vida gira entorno a los fogones. "El chef es la persona más importante, mucho más que el capitán", dijo Le Nechet. La última instalación de la visita fue el puente de mandos, donde el capitán Victor Marais indicó la complejidad del manejo de la embarcación dada su capacidad híbrida.
"Empleando los sistemas automáticos integrados con las velas podemos alcanzar una reducción de combustible del 10%, aproximadamente". Sin embargo, el arte de navegación está en realizar un uso totalmente manual del sistema de Ocean Wings, que requiere de una elevada especialización fruto del entrenamiento y la experiencia en estos dos años de singladura marítima.
Del barco al espacio
Tras llegar a puerto, todos los componentes se trasladan por carretera a las instalaciones del Centro Espacial Europeo y se reparten entre los departamentos. Una vez comprobados tras el viaje, pasan un periodo de almacenaje que puede variar dependiendo de la programación.
En esta fase del trayecto, la carga de pago —el satélite, por ejemplo— recibe un trato diferencial y su estadía en la Guayana Francesa es la más corta posible para evitar cualquier tipo de contratiempo. En cuanto se da luz verde por parte de los ingenieros, se integra en la cofia a la espera de su colocación en la parte superior del cohete.
Es a partir de esta parte cuando la operativa cambia dependiendo del cohete que se va a utilizar para el lanzamiento. Vega C es un vehículo mucho más simple que el Ariane 6, ya que este último cuenta con varios boosters y un motor central alimentado por un combustible y un comburente en estado criogénico.
Sin embargo, en ambos planteamientos la integración total del cohete se realiza bajo un pórtico móvil. Se trata de una instalación de gran altura en la que las diferentes partes del lanzador se van colocando y acoplando en vertical. Unas horas antes del momento del despegue, la estructura se retira gracias a que va montada sobre unos raíles y deja al aire al cohete, que ya podrá ascender al espacio por sus propios medios.