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Durante la madrugada en España del pasado 5 de noviembre la industria aeroespacial logró un importante hito: Japón lanzó al espacio con éxito LignoSat, que destaca por ser el primer satélite de madera del mundo. Ahora, un poco más de un mes después, la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) ha compartido a través de sus redes sociales un impresionante vídeo del momento en el que lo pone en órbita

La Estación Espacial Internacional ha aprovechado su cuenta en X, red social conocida antiguamente como Twitter, para mostrar en un vídeo que apenas dura unos pocos segundos el momento exacto en el que puso en órbita terrestre LignoSat, el primer satélite de madera del mundo; además de otros dos cubesats, que son satélites en miniatura de forma cuadrada. 

Desarrollado por la Universidad de Kioto y la empresa constructora japonesa Sumitomo Forestry, el satélite de madera LignoSat llegó a la Estación Espacial Internacional a bordo de una nave espacial Dragon de SpaceX, empresa aeroespacial del magnate Elon Musk, a comienzos del mes de noviembre. Un satélite que permanecerá en órbita seis meses y ayudará a los investigadores a conocer cómo se comporta este material en el espacio

Para fabricar este innovador satélite, los investigadores utilizaron hinoki, que es un tipo de magnolio autóctono de Japón y que cuenta con una importante resistencia contra el agrietamiento, el estrés térmicos, los rayos cósmicos y la radiación solar. LignoSat está construido con paneles de madera de 10 centímetros de largo usando técnicas tradicionales del país nipón, prescindiendo de tornillos y pegamento.

En cuanto a sus detalles, LignoSat cuenta con sensores a bordo que recogerán datos y permitirán a los investigadores a controlar el rendimiento del satélite y averiguar hasta qué punto es capaz de soportar las condiciones extremas del espacio. Actualmente cuando un satélite metálico se retira de la órbita terrestre baja, los operadores intentan deshacerse de él enviándolo a la atmósfera terrestre, donde gran parte se quema durante su descenso a gran velocidad. 

Sin embargo, las partes que no se queman pueden alcanzar la superficie de la Tierra y las partículas de óxido de aluminio resultantes terminan contaminando el medioambiente. Lo que supone un gran problema. En ese sentido, un satélite de madera se desintegrará al completo y ayudaría a reducir la cantidad de basura espacial en la órbita cercana a la Tierra. "A principios del siglo XX, los aviones eran de madera. Un satélite de madera también debería ser factible", explicó el mes pasado Koji Murata, profesor de Ciencias Forestales de la Universidad de Kioto y miembro del equipo LignoSat.