Imagen de archivo de un soldado y un dron

Imagen de archivo de un soldado y un dron SCMP Omicrono

Defensa y Espacio

Un dron con láser que vaporiza la grasa humana y corta el metal como mantequilla: así es la nueva aeronave de China

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Los drones, o vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés), están demostrando su enorme potencial en la guerra entre Ucrania y Rusia. Desde el inicio del conflicto, el despliegue ha ido desde soluciones caseras como un cuadricóptero con una ametralladora instalada en su parte inferior, hasta plataformas como Lord, el dron 'español' capaz de espiar y realizar ataques kamikazes contra los rusos. Los últimos desarrollos plantean su uso como misiles, lanzados a una velocidad de hasta 700 km/h contra sus objetivos.

Sin embargo, hay quien quiere ir un paso más allá. En China ya están trabajando en modelos de UAV capaces de utilizar armas láser con una potencia suficiente como para atravesar el fuselaje de aviones o el escudo de los blindados enemigos. Estos novedosos drones, sin más requisitos que una gran estabilidad en vuelo y capacidad de llevar carga útil, podrían funcionar en enjambres para acabar en cuestión de segundos con toda una compañía de tanques, por ejemplo.

La propuesta, detallada en un artículo publicado en la revista china Acta Armamentarii, corresponde a un equipo liderado por Li Xiao, investigador la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, dependiente del Ejército Popular de Liberación de China (PLA). De momento sólo son cálculos y simulaciones por ordenador, pero lo que plantea Li tiene un potencial enorme: un dispositivo compacto y ligero para que los drones reciban potentes rayos láser desde tierra y los puedan redirigir hacia objetivos enemigos con precisión, superando las limitaciones de este tipo de armas.

Mejorando las armas láser

En una carrera liderada por China y EEUU gracias a unidades ultracompactas y de gran potencia, además de elementos defensivos para bloquearlas, los ingenieros se están encontrando con algunos obstáculos de cara a la entrada en servicio definitiva de las armas láser. Las terrestres, como el Iron Beam israelí o el prototipo de Lockheed Martin para el ejército estadounidense, tienen una eficacia limitada debido a sus dificultades para superar obstáculos y la divergencia del haz láser a medida que aumenta la distancia con respecto al objetivo.

Los sistemas de armas láser montados en plataformas móviles terrestres están limitados por la propia altura del vehículo, de manera que sólo puede iluminar el objetivo de forma plana o en ángulo bajo. Aplicado en el campo de batalla, esto impedirá que actúe sobre objetivos que no están en su línea de visión o que sean demasiado pequeños como para identificarlos y rastrearlos, además de perder densidad de potencia. 

Emisor del rayo láser del Iron Beam

Emisor del rayo láser del Iron Beam Rafael Advanced Defense Systems

Para contrarrestar estos inconvenientes, Li Xiao y su equipo proponen utilizar pequeños drones comerciales. Ninguno tiene actualmente la capacidad como para montar un pesado cañón láser, que además de su peso necesita de una gran fuente de energía. Por eso, la iniciativa pasa por instalar un dispositivo de redirección capaz de 'rebotar' los rayos procedentes de plataformas terrestres. Eso permitiría evitar obstáculos físicos, iluminando las partes débiles del objetivo en un ángulo ajustable, además de concentrar y aumentar la potencia final del haz hasta 30 kW o más.

Estos UAV podrían situarse sobre su objetivo en un ángulo cercano y alto, especialmente cuando la protección superior del objetivo es débil (como las torretas de algunos tanques), para ofrecer una mayor capacidad de destrucción. Según los cálculos de los investigadores, el dispositivo podría ser 200 millones de veces más potente que un rayo de 1080 nanómetros de longitud de onda, capaz de causar ceguera con sólo cinco microvatios de potencia.

Según los resultados de las simulaciones por ordenador obtenidos por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, es más que suficiente para vaporizar la grasa subcutánea de los seres humanos al más mínimo contacto, además de cortar el metal como si fuera mantequilla

Cómo funciona

A lo largo de la investigación, los ingenieros liderados por Li Xiao plantearon dos estrategias distintas, aunque sólo una resultó viable. El dispositivo final tendría dos tubos en forma de telescopio, uno encargado de recibir el pulso láser y otro para refrejarlo. Guiados por servomecanismos de elevación ultraprecisos y plataformas giratorias, contarían con espejos reflectantes de alto rendimiento para poder concentrar el haz láser. 

Con esta estrategia, la distancia operativa total de estas armas sería superior a los 600 metros, siempre que la distancia entre el dron y el objetivo supere los 50 metros. Estos avances abren la puerta a que China los utilice en combinación con sus armas láser LWS y CLWS, todavía en fase de desarrollo.

Sin embargo, los investigadores reconocen que todavía quedan varios retos por superar para la entrada en servicio de estos reflectores. El más importante es cómo afectan al dron factores como el flujo de aire, que lo hace vibrar y puede desviar la trayectoria óptica calibrada. Para ello proponen la instalación de un aislador de vibraciones en el propio dron.

Una vez superadas estas limitaciones, Li Xiao (apodado Crazy Li según el South China Morning Post) y su equipo sostienen que este sistema de redirección de armas láser puede equiparse en enjambres de drones para aumentar su eficiencia. Con un algoritmo de planificación de trayectoria, esta estrategia puede servir para mejorar la velocidad de respuesta ante cualquier amenaza, y contrarrestarla con un arma rápida, efectiva y barata.