Marta Sanz
Publicada

Ya son 47 las personas que han cruzado la línea Kármán a bordo de la cápsula New Shepard de Blue Origin. Este martes 25 de febrero, Jesús Calleja se sumará a esta lista en la misión NS-30 de la compañía de Jeff Bezos, fundador de Amazon. Se trata de una experiencia única, que se vive a bordo de un cohete con una tecnología consolidada, pero que siempre implica riesgos. 

Misiones como el viaje de Starliner a la ISS en 2024, cuyos astronautas tendrán que volver desde la ISS con SpaceX, demuestran la complejidad de los viajes espaciales, así como la seguridad con la que estos se diseñan. La seguridad de las misiones tripuladas ha aumentado considerablemente en las últimas décadas tras accidentes como la pérdida de la tripulación del Challenger en 1986 durante el lanzamiento.

Debido a este y otros fallos, se han establecidos fuertes sistemas de emergencia y la posibilidad de abortar cualquier misión para traer de vuelta a los astronautas a salvo. Blue Origin y su cohete New Shepard es un ejemplo, aunque sus viajes no sean tan complejos ni largos como los de las otras misiones mencionadas.

Prueba del sistema de emergencia de New Shepard Blue Origin

El propio Jeff Bezos estrenó su cohete en el primer lanzamiento tripulado, demostrando su confianza en la tecnología que sustenta estos viajes. Solo ha sido necesario activar el sistema de emergencia una vez en los numerosos lanzamientos que ha realizado esta empresa y ocurrió en una misión sin tripulación. 

En septiembre de 2022, la misión transportaba tres docenas de cargas científicas. A un minuto y cuatro segundos del lanzamiento el sistema de aborto del vuelo se activó y la cápsula salió despedida del resto del cohete. Esto sucedió después de que el cohete pasara por el punto Q máximo, el punto en el que el vehículo enfrenta la presión dinámica máxima durante el ascenso.

Después de una misión de varios meses, Blue Origin determinó que la anomalía se debío a un fallo termoestructural de la tobera del motor BE-3PM que llevó a una exceso de temperatura. Al detectarse este fallo del funcionamiento, el sistema de aborto se activo automáticamente separando la cápsula del cohete. El estudio de este error sirvió para seguir mejorando el diseño y seguridad del vuelo que hoy probará Calleja.

Hay que tener en cuenta que la nave ya viaja a una velocidad superior a los 3.700 kilómetros por hora (más de 3 veces la velocidad del sonido) durante el lanzamiento. La separación repentina de la cápsula puede ser una experiencia intensa para los tripulantes, aunque con ello salven la vida.

Una vez separada del propulsor, el equipo de paracaídas de la cápsula permiten que esta regrese a tierra firme con control y a una velocidad segura para quienes se encuentran en su interior. Incluso se ha contemplado el fallo de este sistema de frenado, en el anterior vuelo de prueba, también sin tripulación, se pudo ver como uno de los paracaidas no se desplegaba correctamente, lo que no impidió que la nave se posara con control.