Dron SeaGuardian

Dron SeaGuardian General Atomics

Defensa y Espacio

Así es SeaGuardian, el dron que revela la posición de los submarinos: permanece en el aire 40 horas y lanza sonoboyas

La compañía californiana General Atomics acaba de probar la capacidad de detección antisubmarina de su dron naval más capaz en Estados Unidos.

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Una parte esencial de la guerra antisubmarina se realiza desde plataformas aéreas. Por su excelente maniobrabilidad, rapidez y flexibilidad, los más especializados son algunos modelos muy concretos de helicópteros —como el MH-60R que tendrá la Armada de España— y aviones. Sin embargo, hasta ahora los drones habían quedado relegados a un segundo plano, con tareas menores en este campo de intervención.

La compañía californiana General Atomics, que fabrica el dron naval SeaGuardian, acaba de anunciar que ha conseguido incrementar de forma notable las capacidades de detección de submarinos por parte de su aeronave no tripulada. Los ensayos se realizaron a finales del pasado enero, pero no ha trascendido hasta ahora a través de un comunicado.

El SeaGuardian empleado para la prueba lanzó con éxito varios sensores antisubmarinos a través de un sistema de dispensación de sonoboyas que, por el momento, todavía está en preproducción. Las sonoboyas son una clase de sensores baratos y desechables que se emplean fundamentalmente para la detección de submarinos.

Dron SeaGuardian

Dron SeaGuardian General Atomics

Al contacto con el agua, las sonoboyas despliegan una serie de hidrófonos que se quedan sumergidos para escuchar el posible movimiento de embarcaciones al mismo tiempo que deja una antena al aire para la transmisión de los datos recopilados. Tras la retirada de los aviones P3 Orión a finales de 2022, en España este tipo de tareas recaen en algunos modelos de helicópteros de la Armada y, en un futuro, también se incorporarán los C-295 MPA con esta capacidad.

Sin embargo, la posibilidad de contar con esta capacidad dentro de drones tan avanzados en términos de autonomía y carga como el SeaGuardian permite un impulso extra a estas tareas. Además, este tipo de plataformas también pueden operar a bordo de portaeronaves lo que mejora todavía más su flexibilidad y que se alinearía con los intereses de España, que ya opera un modelo similar desde tierra y quiere convertir el portaeronaves Juan Carlos I en base de operaciones para drones.

El dron que desvela submarinos

Si bien el SeaGuardian lleva varios años en el mercado, desde General Atomics han diseñado un modelo específico de accesorio capaz de desplegar sonoboyas para realizar un "procesamiento de datos térmicos, de profundidad y acústicos", tal y como explican desde la compañía californiana.

En los ejercicios realizados, el SeaGuardian "detectó, rastreó y analizó eficazmente objetivos submarinos mientras recopilaba inteligencia acústica crítica", continúan. "Esta demostración representa un gran avance en las capacidades no tripuladas y marca un hito importante al demostrar que una aeronave de este tipo puede realizar operaciones de guerra antisubmarina persistentes de extremo a extremo", ha declarado David R. Alexander, presidente de General Atomics Aeronautical Systems.

SeaGuardian desplegando una carga

SeaGuardian desplegando una carga General Atomics

"El éxito de estas pruebas allana el camino para mejorar las capacidades de guerra antisubmarina del MQ-9B SeaGuardian", ha continuado. "Esperamos seguir colaborando con la Marina de Estados Unidos mientras exploran soluciones innovadoras para operaciones marítimas distribuidas en el ámbito submarino".

El MQ-9B SeaGuardian es una evolución del Reaper que actualmente opera el Ejército del Aire y del Espacio de España situándolo un paso más allá en cuanto a avances tecnológicos abordo y un potencial de ataque del que carece el modelo español.

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"Contiene actualizaciones de hardware y software, así como una mayor tolerancia a la fatiga estructural y los daños", según apunta la propia General Atomics. Por otro lado, también cuenta con un software de vuelo más sólido y mejoras que le permiten llevar a cabo operaciones en condiciones climáticas adversas.

El propio fabricante lo describe como el dron perfecto para tareas de guerra antisuperficie, guerra antisubmarina, asistencia humanitaria, operaciones SAR (Búsqueda y Rescate en el mar) y apoyo a las fuerzas de seguridad (tráfico de drogas, inmigración ilegal, piratería...). General Atomics también apunta a que se está llevando a cabo un desarrollo para poder aplicar el MQ-9B en las misiones antiminas.

SeaGuardian

SeaGuardian General Atomics

En lo relativo a especificaciones, el MQ-9B SeaGuardian cuenta con una envergadura de 24 metros —similar al de un avión comercial de alcance regional—, una longitud de 11,7 metros, un motor turbopropulsado de hélice firmado por Honeywell y un peso máximo al despegue de 5.670 kilogramos. El resto de especificaciones se completan con un techo de vuelo superior a 12.000 metros y una autonomía máxima de 40 horas.

En 2020, justo antes de la salida de Trump de la Casa Blanca en su primer mandato, Marruecos solicitó la adquisición de varias unidades de este modelo de dron tan particular. Con la llegada de la administración Biden, el proceso de compra quedó paralizado y, desde entonces, no se ha vuelto a publicar ninguna información oficial.

Predator español

El MQ-9 Reaper, antes conocido como Predator B, es el dron más avanzado de cuantos opera el Ejército del Aire y del Espacio de España. Tiene su base en Talavera la Real (Badajoz) y se encuadra dentro del 223 Escuadrón del Ala 23, desde donde ha participado en algunos despliegues y participado en misiones en las islas Canarias.

Predator B español volando

Predator B español volando Ejército del Aire y del Espacio

La primera unidad recaló en territorio español en 2018 y la última hizo lo propio en 2020. La versión adquirida por el Ministerio de Defensa no contaba con capacidad de ataque originalmente, algo que cambió a finales de 2023 cuando se decidió dotarles de misiles aire-tierra tipo Hellfire.

En cuanto a especificaciones, este dron es de los más avanzados en la actualidad a pesar de tener casi dos décadas a sus espaldas. Posee una autonomía que puede superar las 27 horas de vuelo, una altitud máxima de 15.240 metros (superior a la de cualquier avión de pasajeros convencional, exceptuando algunos reactores privados), un peso en vacío de 2.223 kilogramos y un peso máximo al despegue de 4.780 kilos.

Dron Predator B

El resto de especificaciones técnicas se completan con un radio de acción de 1.850 kilómetros, una velocidad máxima de 482 kilómetros por hora y una de crucero que oscila entre 276 y 313 kilómetros por hora. Con una longitud de 11 metros y una envergadura de 20, se necesita un piloto y un operador para volar el dron.

La adquisición de los cuatro Predator supuso un desembolso de 158 millones de euros en los que se incluyó todo el proceso de compra, adiestramiento, material auxiliar y el equipamiento extra que el Ejército del Aire decidió instalar. Dentro de esta última categoría se incluyen varios sistemas de vigilancia de largo alcance, detección de objetivos de seguimiento, búsqueda y designación láser.