Desde que Donald Trump tomó posesión del cargo el pasado 20 de enero, los movimientos geopolíticos están erosionando la confianza de algunos de los países con los que Estados Unidos mantenía relaciones diplomáticas y de colaboración militar muy estrechas, como es España. En el ojo de este huracán está el caza F-35 y, más concretamente, los multimillonarios programas de adquisiciones por parte de esas mismas naciones aliadas que se encuentran ahora mismo pendientes de un hilo.
El primer país que se mostró escéptico con el caza fue Alemania, poco después de que Estados Unidos decidiera cortar la ayuda de inteligencia a Ucrania. La tesis que se defiende desde Berlín va alineada con la posibilidad de que La Casa Blanca deje fuera de combate a los F-35 si así lo deciden por cuestiones políticas o estratégicas que no gusten a la Administración Trump.
Alemania cuenta con un contrato cerrado con Lockheed Martin —y avalado por el Departamento de Defensa de EEUU— por 35 unidades de F-35 por un valor de 8.300 millones de euros. Por el momento y de forma oficial Fuerza Aérea alemana tiene previsto recibir las primeras unidades en 2026, aunque la intención de cancelación o reducción del pedido se encuentra vigente.
Caza F-35 de la Fuerza Aérea de EEUU
Similar es el caso de Portugal, el primer país en oficializar el retiro de la compra del caza estadounidense. Nuno Melo, ministro de Defensa, dijo que las Fuerzas Armadas portuguesas no seguirán adelante con la compra de aviones Lockheed Martin F-35 que tenían acordados desde 2024. El presupuesto del programa ascendía a 5.500 millones de euros durante 20 años y las primeras entregas se habrían efectuado alrededor de 2030.
"Este aliado nuestro, que siempre ha sido predecible a lo largo de las décadas, podría traer limitaciones en el uso, en el mantenimiento, en los componentes y en todo lo que tiene que ver con asegurar que los aviones estarán operativos", señaló Melo en una entrevista.
El tercer país en discordia es Canadá, que ya arrastraba una relación complicada con Trump debido a la guerra arancelaria y a las continuas amenazas del presidente estadounidense de anexionarse el país por la fuerza económica. El Ministerio de Defensa canadiense firmó un contrato con Lockheed Martin para la adquisición de un total de 88 unidades de F-35 por unos 13.000 millones de euros.
Los primeros 16 cazas tienen previsto llegar a principios del 2026, mientras que el resto del pedido se encuentra ahora mismo en el aire. De hecho, el titular de la cartera de Defensa canadiense dijo el pasado viernes en una entrevista que ya se encuentran mirando alternativas, con la industria europea como telón de fondo y varios modelos de cazas ampliamente disponibles.
Fábrica de F-35 en Fort Worth (Texas)
La baza de Estados Unidos con el F-35 es que es el único caza de quinta generación disponible comercialmente. Entre sus capacidades destacadas está la de ser invisible a los radares y a contar con un nivel muy alto de sistemas enfocados a la guerra electrónica, algo que las alternativas —dentro de la cuarta generación— no consiguen.
A cambio, los fabricantes europeos permiten al usuario final un nivel mucho mayor de acceso a la tecnología, por lo que sistemas críticos para la aeronave se mantienen bajo su poder. También, en general, son plataformas menos dependientes de servicios externos deslocalizados.
Eurofighter
Las últimas versiones del Eurofighter, como las que recibirá España a través del programa Halcón, han conseguido unos niveles altísimos en capacidades esenciales para la aeronave como puede ser el radar de nueva generación o los protocolos de intercambio de información con todo tipo de plataformas.
El programa Eurofighter Typhoon nace en los años 80 como una iniciativa de algunos países europeos por fabricar sus propios cazas con independencia de Estados Unidos, quien por entonces disponía de los más avanzados.
Dos cazas Eurofighter españoles
El primer vuelo del Eurofighter se produjo en 1994 y no fue puesto en servicio hasta el 2003. En estos 22 años, el caza ha vivido algunas modificaciones y actualizaciones dotándolo de equipamiento modernizado por parte de diferentes compañías, al mismo tiempo que se ha incrementado el catálogo de municiones compatibles.
En cuanto a especificaciones, el Eurofighter tiene una longitud de casi 16 metros, envergadura de 11 metros y un peso máximo al despegue de 23.500 kilos. Para ello, emplea un par de motores Eurojet EJ200 con postcombustión capaces de impulsar al caza hasta doblar la velocidad del sonido (2.400 kilómetros por hora) y alcanza una altitud máxima de casi 20.000 metros.
Los pilotos destacan la capacidad de ataque y maniobrabilidad de este modelo, convirtiéndolo en una plataforma realmente flexible y polivalente tanto en el territorio aire-aire como en el de aire-tierra. De los tres países que se han pronunciado recientemente sobre el F-35, sólo Alemania cuenta ya con los cazas Eurofighter. Además, su industria es una de las que mayor peso tiene dentro del diseño, desarrollo y fabricación del caza.
El sueco Gripen
El desarrollo del Saab JAS 39 Gripen comenzó a finales de los años 79, cuando el Gobierno sueco solicitó a la compañía el estudio para el diseño de un caza multipropósito para relevar al Saab 35 Draken. Tras unos años de trabajo de ingeniería, el primer vuelo se efectuó en 1988 y se introdujo oficialmente en la Fuerza Aérea del país escandinavo en 1996.
Saab Gripen en vuelo
En cuanto a capacidades, el Gripen es uno de los cazas multipropósito más respetados de todo el panorama internacional. En buena parte por las continuas actualizaciones y programas de modernización que Suecia ha ido enlazando desde que prácticamente la primera aeronave se incorporara a filas.
Dispone de un radar y sensores avanzados que le convierten "en una plataforma formidable contra la mayoría de los aviones de combate modernos" en términos de guerra aire-aire, según explica el analista Brandon J. Weichert en National Interest. Pertenece a lo que comúnmente se denomina cuarta generación plus, al igual que el Eurofighter.
"Se trata básicamente de una plataforma de avión de guerra de cuarta generación mejorada con tecnologías que normalmente se encontrarían en un avión de quinta generación". Principalmente en todo lo que está relacionado con la sensórica, como los radares, o sistemas de comunicación y compartición de datos avanzados con el resto de las tropas desplegadas.
El Gripen quedó segundo en el concurso llevado a cabo por el Gobierno canadiense a la hora de elegir un nuevo caza, justo por detrás del F-35 estadounidense. Con el potencial cambio de parecer, desde Ottawa podrían plantearse recurrir a los suecos, quienes ya confirmaron la posibilidad de fabricación del caza y su posterior mantenimiento en Canadá.
Rafale francés
La aeronave de Dassault es la tercera pata de los cazas hechos en Europa. Levantó el vuelo en 1986 y se introdujo en servicio en mayo de 2001. Desde entonces y dado el buen resultado cosechado durante sus primeros años, la compañía ha ido actualizando la plataforma introduciendo nuevas tecnologías propias de este siglo.
Este esquema de iteraciones, muy similar a los otros modelos europeos, le ha permitido mantenerse en la primera fila de los cazas multipropósito con más de 280 unidades fabricadas y clientes extranjeros como India o Egipto. Además, las buenas relaciones de Francia y Emiratos Árabes Unidos —que ya operan en Mirage— permitieron la firma de un contrato por 80 unidades de Rafale en 2021.
Avión de combate Rafale portando misiles ASMPA-R.
En cuanto a características técnicas, el Rafale cuenta con un par de motores de fabricación francesa que le permiten despegar con 24,5 toneladas, alcanzar una velocidad máxima de 1.900 km/h y una altitud de casi 16.000 metros.
En lo relativo al armamento, la aeronave de Dassault bebe directamente de la industria misilística francesa y europea. Es compatible con varios misiles aire-superficie como el Apache o el Storm Shadow y también otros aire-aire como los modernos Meteor, todos ellos fabricados por MBDA.
Además, uno de los aspectos clave de Francia con el Rafale es que es la plataforma de cabecera de los misiles nucleares ASMP-A. Desde París, la apuesta por este tipo de armamento es clara y se ha visto reforzada en los últimos años ante la perpetua amenaza de Rusia sobre Europa.