
Lanzamiento de misil Neptune
Long Neptune, el nuevo misil con el que Ucrania puede llegar a Moscú: más de 1.000 km de alcance con explosivos
El presidente ucraniano Zelenski ha informado que esta nueva arma ya ha entrado en combate en un ataque contra una refinería rusa.
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Los acercamientos entre Rusia y Ucrania con la mediación de EEUU, no han impedido que, en los últimos días, se registren varios ataques a ambos lados de la línea de batalla. Uno de los últimos más importantes ha sido el que ha impactado contra la refinería rusa de Tuapse y que ha provocado la destrucción de un importante depósito de combustible. Para efectuar tal misión, el ejército ucraniano ha empleado el misil de crucero Long Neptune, un arma con 1.000 kilómetros de radio efectivo y del que no existe nada equivalente en España.
"Es un nuevo misil ucraniano, muy preciso", según publicó el propio Zelenski a través de su canal de Telegram. El presidente ucraniano aprovechó la ocasión para dar las gracias a los "desarrolladores, fabricantes y militares" del país. "Tenemos resultados significativos, Long Neptune ha sido probado con éxito en combate", señaló.
La refinería que sirvió como blanco para el misil se encuentra aproximadamente a 1.000 kilómetros de distancia de territorio controlado por las tropas de Ucrania, lo que abre un nuevo escenario de capacidades por parte de Kiev en su proyección táctica contra Rusia.

Misil Neptune
"Tras el ataque del régimen de Kiev, [...] un tanque con unas 20.000 toneladas de gasolina se incendió en el almacén de combustible", declaró pocos días después el gobernador de la región. "El fuego abarcó más de mil metros cuadrados y se le asignó el cuarto grado de peligrosidad".
Hasta ahora, Zelenski no había publicado ningún reporte de impacto de un Long Neptune, por lo que se desconoce si se trata de la primera vez que lo utilizan en combate. Los misiles de crucero se caracterizan por viajar a una altitud relativamente baja que los hace más difíciles de interceptar por los escudos antiaéreos tradicionales a pesar de no contar con velocidades muy altas.
Nuevo misil de crucero
El Long Neptune es una versión de rango extendido del misil R-360 Neptune que Ucrania ya tenía en su arsenal. Este tipo de mejoras suelen estar representadas por un cambio en el sistema de propulsión y lanzamiento, con los que consiguen un incremento del rango operativo. Así como la integración de actualizaciones de superficies de vuelo y de guiado para lograr llegar al objetivo.
El desarrollo del R-360 Neptune comenzó poco antes de la invasión rusa de la península de Crimea en 2014 y se supo de su existencia por primera vez en 2015. Que a su vez está basado en el misil de crucero soviético Kh-35 y actualmente se ha desarrollado por el Estudio de Diseño Luch en la ciudad ucraniana de Járkov. Se trata, en origen, de un misil de crucero antibuque y conforma una de las armas más modernas de las que sirven en todo el ejército.
Neptune
El misil tiene su base de lanzamiento en la plataforma transportada USPU-360 instalada en un camión y está compuesta por un total de 4 misiles, un camión extra para recargar la munición y un vehículo de comando. Cuenta con un sistema de guiado por inerciales y una autonomía capaz de alcanzar los 300 kilómetros en su modelo base que comenzó a utilizarse hace ya varios años.
Sin embargo, según palabras de Zelenski, la versión Long puede alcanzar los 1.000 kilómetros de rango operativo, lo que amplía las capacidades tácticas de Ucrania a un nuevo nivel desde un arma antibuque a otra mucho más polivalente. Gracias a esta nueva versión, el Ejército de Kiev puede alcanzar más fácilmente Moscú y dejar de depender de los drones kamikaze que son más fáciles de derribar.
El formato de lanzamiento consiste en un vuelo subsónico —por debajo de la velocidad del sonido— impulsado por un motor de cohete que sobrevolará a unos 10 o 20 metros de altura los últimos metros antes de llegar al objetivo establecido. Unos segundos antes de alcanzarlo, el Neptune descenderá a tan solo 4 o 5 metros para impactar en la zona más sensible de un barco.
El Neptune, sin apellidos, tiene un peso total de 870 kilogramos con una ojiva de fragmentación explosiva que llega a 150 kilogramos. Esta carga explotará justo al tocar el buque objetivo, como parece que ocurrió con el Moskva y que los rusos pudieron confundir con una explosión en un almacén de munición. Se desconoce por el momento si los ingenieros ucranianos han cambiado alguna de las especificaciones de la cabeza de guerra del misil.

Neptune
"Estos misiles de crucero por sí solos no pueden cambiar el curso de la guerra, aunque haya muchos más que ahora", ha señalado Mykola Bielieskov, investigador del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos, al medio estadounidense Politico. "Tenemos la experiencia de Rusia, que nos ha lanzado muchos más misiles diferentes, y seguimos funcionando".
"Pero esto no significa que no necesitemos desarrollar el potencial de ataque, tanto en el contexto de la defensa estratégica actual como desde el punto de vista de la disuasión en el futuro", continuó el experto. "Misiles y drones realizarán ataques combinados".
Drones kamikaze
Hace sólo unos días, Reino Unido confirmó el envío de un número no desvelado de drones Altius 600M y Altius 700M fabricados por la compañía estadounidense Anduril. Se trata de municiones merodeadoras, un tipo de dron que está especialmente diseñado para monitorizar un área antes de atacar, a modo kamikaze, a los objetivos que ingresan en ella.
Los Altius-M, tanto los Altius 600M como 700M, ofrecen "el mejor tiempo de vuelo y alcance de su clase", aseguran desde la Anduril. "Al tiempo que aprovecha la autonomía para ejecutar equipos colaborativos y ataques coordinados".

Dron kamikaze Altius-600
Se trata, además, de una "plataforma versátil" que puede desplegarse desde tierra, mar o aire para "llevar a cabo múltiples tipos de misiones". Entre las que tienen encomendadas estos dos modelos de dron se encuentran aplicaciones de espionaje a distancia, señuelo, inteligencia, retransmisión de comunicaciones, guerra cibernética y combate cinético.
Los drones Altius "aprovechan la autonomía para actuar como un verdadero multiplicador de fuerza", explican desde la compañía. Esto permite que un solo operador controle varios activos simultáneamente y "ha demostrado ataques coordinados, reconocimiento automático de objetivos y trabajo en equipo colaborativo con el operador en el bucle".

Dron Altius impactando contra un blindado
Otro de los aspectos a destacar de esta familia de drones es que cuenta con una bahía de carga modular para que los usuarios finales puedan decidir qué sistemas se incorporan a bordo. Para ataques cinéticos, que parece ser la aplicación que tendrán en Ucrania, Altius-M ofrece "múltiples opciones de ojivas y buscadores para cumplir con la misión táctica".