A partir de ahora los vertidos de crudo no resultarán tan difíciles de limpiar gracias a esta esponja que ha desarrollado el Argonne National Laboratory.
En España conocemos de primera mano las terribles consecuencias que causan los vertidos de crudo en el mar. Puede que hayan pasado 15 años desde el incidente del Prestige pero el impacto medioambiental del chapapote fue tan grande que difícilmente lo vamos a olvidar.
Además de los errores humanos, gran parte de la culpa de que el vertido contaminase toda la costa cantábrica fue de los rudimentarios métodos de contención que se usan en la actualidad. Ni quemarlo ni atrapar los residuos de la superficie son alternativas viables, puesto que no sólo suponen un gran impacto si no que además no acaban con el crudo que se desplaza bajo la superficie.
De ahí que la esponja anti-chapapote del el Argonne National Laboratory de Estados Unidos resulte revolucionaría. El invento se basa en un estudio previo del mismo laboratorio en el que consiguieron averiguar qué tipo de estructuras complejas eran capaces de retener el petróleo. Con esta información en mente acabaron desarrollando una esponja de celulosa tratada con “átomos de óxido de metal”.
Es completamente reutilizable
Una combinación que, según el co-inventor Seth Darling, “ofrece una posibilidades sin precedentes”. Y es que a diferencia de otras esponjas, ésta sólo atrapa el chapapote que flota por el agua lo que maximiza su eficiencia. Pero lo mejor de todo es que se puede adaptar para atrapar todo tipo de sustancias y entornos, lo que lo convierte en una solución de lo más flexible.
Además, es un sistema de gran eficiencia puesto que no sólo se puede reutilizar la esponja si no también el crudo que se recupera. De momento sólo se ha probado en espacios controlados pero los resultados han sido muy favorables. “El material es extremadamente resistente. Hemos realizado cientos de pruebas y todavía no hemos visto romperse ninguna esponja”, asegura Darling.