La rivalidad entre Samsung y Apple pasará a la historia y será discutida durante generaciones. No solo porque ambas son las marcas más importantes en el sector de los smartphones; sino también por sus líos legales, que apenas cerraron el mes pasado.
Aunque Samsung y Apple ya no tengan citas pendientes en el juzgado, eso no significa que se hayan convertido en los mejores amigos. Están juntos por una necesidad mutua, y nada más. Para Samsung, los acuerdos de hardware con Apple suponen unos ingresos importantes; y para Apple, el fabricante coreano es el único que es capaz de alcanzar sus estándares.
Apple quiere dejar de depender de sus mejores proveedores
El miedo que tienen los de la manzana es depender en excesivo de un sólo fabricante; de esa manera, corren el riesgo de conseguir malos acuerdos y de fallar lanzamientos por cualquier problema. Es por eso que, desde hace ya un par de años, Apple está intentando independizarse de los fabricantes en los que más ha confiado.
Hoy mismo se ha sabido que los nuevos iPhone no usarán módems de Qualcomm; todo un cambio que favorece a Intel. Y no era el único que se esperaba para la nueva generación de iPhone, que será lanzada probablemente en octubre.
Apple quería dejar de depender en exclusiva de Samsung para sus pantallas; y para ello llegó a un acuerdo con LG para suministrar al menos algunas de las pantallas OLED de la nueva gama.
En concreto, el modelo más crítico sería el de 6,5 pulgadas; el iPhone más grande de la historia probablemente se llamará iPhone X Plus, o similar. Sin embargo, informes de la prensa coreana afirman que LG está teniendo serios problemas para suministrar pantallas para Apple.
La pantalla del iPhone X Plus será de Samsung y no de LG
LG ya dio el primer paso enviando muestras a Cupertino; y es en base a estas que Apple tomó la decisión de confiar en el fabricante. Desde entonces, LG no ha cumplido con los plazos establecidos. En concreto, aún no ha realizado las pruebas necesarias para la producción masiva de pantallas; y teniendo en cuenta la demanda que se prevé, eso son malas noticias.
Esta prueba es necesaria para asegurarse de que no hay fallos en el proceso de fabricación; una cosa es fabricar unas pocas pantallas de prueba, y otra muy diferente fabricar miles de ellas. Si el porcentaje de error en estas pruebas es demasiado alto, puede indicar un error que solventar antes de la producción real.
Esto ha retrasado la producción, que ahora se espera para el próximo septiembre; y ya para entonces será demasiado tarde para Apple, que quiere asegurarse de que está lista para la importante campaña de fin de año. Esto no deja a Apple con otra alternativa que buscar otro proveedor.
Y aquí es donde entra su salvadora, Samsung. Gracias a los Galaxy y a los propios iPhone, Apple sabe que Samsung tiene la capacidad para producir las pantallas en la especificación que requiera; es sólo que no quería pedírselo. Pero no va a tener más remedio dada la situación de LG.
En estos momentos, todo apunta a que Samsung proveerá pantallas para el iPhone X Plus; sin embargo, eso no significa que todos los dispositivos vayan a usar las mismas pantallas. LG continuará la producción, ahora como proveedor secundario; se encargará de cubrir la producción que Samsung no pueda, y de producir pantallas para reparación y sustitución.
Noticias relacionadas
- Análisis del LG 65SM9010: la tecnología Nanocell demuestra lo que vale en este televisor
- Los podcasts originales de Apple están cerca, ¿debería temblar la competencia?
- El nuevo MacBook Air tiene un SSD mucho más lento que el modelo anterior, ¿Apple lo ha vuelto a hacer?
- La mejor alternativa deportiva a los AirPods por fin ha llegado a España... y es de la propia Apple