Aunque parezca una obviedad, normalmente usamos el teléfono en vertical. Incluso el diseño actual de los smartphones ha acabado determinado por esto; el notch (ya sea tipo gota o normal) arriba y un pequeño marco en la parte de abajo, haciendo que incluso no sean simétricos. Es cuestión de tiempo que el contenido como series o vídeos en vertical se hagan estándar en nuestros móviles.

Ya hay quiénes se están poniendo manos a la obra: existen dramas chinos que están grabados exclusivamente en vertical, pensados específicamente para los smartphones y sus pantallas. ¿Realmente tiene sentido? Sí, y de hecho, es más que probable que se instaure como el futuro del contenido en smartphones.

Los dramas en China nos dejan claro qué futuro nos espera en el contenido para móviles

No es un misterio que el contenido para smartphones está en constante adaptación. Empresas como Netflix, Spotify, Snapchat o incluso Instagram están constantemente adaptando su contenido para smartphones al formato vertical y que así sea más fácil consumirlos.

No obstante, esto encierra diversos problemas; no todas las pantallas son iguales, los formatos de pantalla tampoco (18:9, 19.5:9, 16:9…) y es mucho más cómodo adaptar un vídeo a un formato horizontal en el que se tiene mucha más información que en el vertical. En el vertical se pierde muchísima información y nos quedamos con una “fracción” de lo que se ve. Las compañías audiovisuales chinas ya están experimentando con este formato y ejemplos claros son, por ejemplo, el formato “Pantalla vertical” (竖 屏 剧).

Estos dramas cuyo guión, contenido y formato están específicamente pensados para su consumo en smartphones llevan ya un tiempo en el mercado; Tencent ya los introdujo en el año 2018 lanzando series cortas como My Boyfriend-ish Sister (Boy 的 男友 力 姐姐; Wǒ de nányǒulì jiějiě) y My Idiot Boyfriend (我 的 二 货 男友; Wǒ de èr huò nányǒu). No son las únicas obras; iQiyi, firma de bajo coste audiovisual, lo intentó con Ugh! Life! (生活对我下手了; Shēnghuó duì wǒ xiàshǒule) o Arg Director (导演 对 我 下手 了; Dǎoyǎn duì wǒ xiàshǒule), estrenado en 2019. Y la lista continúa.

Las características de estos dramas, comedias y demás producciones es que no se limitan únicamente a adaptar su contenido al formato vertical, sino que adaptan muchos más detalles. Estas son algunas de sus ideas:

Episodios muy cortos

Los guiones, diálogos y en general los capítulos son extremadamente cortos, de entre 2 a 5 minutos. Cada línea de diálogo, cada conversación y cada chiste está pensado para entrar e irse, ofreciendo una visualización dinámica perfecta para los más jóvenes cuando están en el transporte, en la escuela, etcétera. Son fácilmente consumibles y sacian el apetito televisivo de estos. Así, se busca que el espectador consuma muchos episodios seguidos y se pueden mezclar con los de otras series sin problemas.

Tiene más sentido del que parece; nosotros siempre cogemos el móvil con una mano y siempre es para mirar algo casual. Un contenido largo que además estuviera en formato vertical sería insufrible; esto es fácil de consumir y sobre todo no llena de más.

Se trata al formato vertical como a un género

Como decimos, esto no va de simplemente adaptar el contenido visual al vertical, sino de tratarlo como a un género. La comedia por ejemplo sigue el mismo patrón que el de un vídeo vertical; transmitir alegría en bocados pequeños y fáciles de digerir sin especial énfasis en el guión. La comedia, por ejemplo, es ideal para el contenido móvil.

Además, no todo cabe en el formato vertical. Diálogos intrincados, diálogos internos, giros abruptos de guión o historias especialmente complejas no entran en este formato. Se debe tener en cuenta el ritmo de la obra, su composición y el modo de enseñar su contenido. El formato vertical requiere pensar en todo esto y aunque la comedia no es la única que entra en esta fórmula, sí que es la más cómoda de adaptar a este formato.

Lo que ves tiene otro significado

Si bien los escenarios y en general el contexto del espacio visual no son bien aprovechados en este formato, sí lo es la información visual condensada. Estas obras suelen tener cortes de cámara rápidos, pantallas partidas para ver la cara o la situación de 2 personas, transiciones divertidas, etcétera. Perdemos el contenido espacial, pero lo ganamos en información visual; la escena cuenta mucho más ya que se centra mucho más en lo importante. La experiencia así resulta ser dinámica y fluida.

Mientras que las grandes pantallas de cine intentan meternos dentro de un mundo y una experiencia, las pantallas verticales y sobre todo más pequeñas nos ayuda, de nuevo, a creernos con menos paliativos lo que vemos en pantalla; nos transporta no a un mundo, sino a lo que queremos ver en pantalla y dándonoslo en dosis más rápidas y con más información en ocasiones se hace más disfrutable.

Y esto no ha hecho más que empezar. No hablamos de un contexto puramente referente a las obras chinas ya mencionadas, sino al formato vertical como tal. El smartphone es un medio nuevo, pero uno que gana popularidad a cada día que pasa. Los creadores de contenido y las empresas (además de la industria)  tendrán que afrontarlo de alguna forma, y viendo la rápida adaptación de algunas empresas audiovisuales a estos formatos, no pasará mucho tiempo hasta que acojamos en nuestros brazos lo mejor de cada mundo: el formato vertical y por supuesto el horizontal.