Hemos pasado las últimas semanas utilizando el Slimbook Pro X, un portátil que promete ser el mejor equipo con Linux en su categoría. ¿Será capaz de ser apto para los usuarios más exigentes de la plataforma GNU Linux?
Ya hemos hablado en otras ocasiones de Slimbook, una pequeña empresa valenciana que destaca por ofrecer portátiles especializados en Linux, un sistema que sin llegar a ser tan mayoritario como Windows, sigue siendo una alternativa de gran nivel para una gran parte de usuarios.
Un típico problema que tiene Linux como sistema es que no siempre es totalmente compatible con el PC que ya tenemos, por lo que contar con alternativas que garantizan total compatibilidad y evitar pasar por el proceso de instalación es un gran valor añadido. Pero este no es el único valor añadido del Slimbook Pro X.
Características técnicas del Slimbook Pro X
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Pantalla
-14.4 pulgadas 16:9
-True Color sRGB 99 por ciento
-Tecnología anti fugas
-Marcos reducidos
-Brillo de 300 nits
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Procesador:
-Intel i7-10510U
-4 núcleos y 8 hilos
-Frecuencia base: 1.8 GHz y boost de 4.6 GHz.
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GPU:
-Nvidia MX250
-2GB GDDR5
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Memoria RAM:
-Configuraciones de 8, 16 y 32 GB.
-Frecuencias
-2400 MHz
-2600 MHz
-No soldada
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Sistema operativo:
-Linux (con varias distros a elegir)
-Windows
-Se puede elegir
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Almacenamiento:
-2 ranuras SSD M.2 (con opción a NVMe en ambas)
Variantes:
-250 GB / 500 / 1 TB
-Opción a RAID 0/1
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Puertos:
-2 x USB 3.1 Gen 1 (Tipo A)
-1 x USB 3.1 Gen 1 (Tipo C) sin soporte de carga.
-1 x USB 2.0 (Tipo A)
-1 x jack de 3.5 mm
-1 x HDMI
-1 x RJ-45 Ethernet 10/100/1000 Mbps
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Batería:
-Autonomía de hasta 11 horas
-Carga rápida de 1 hora
-Adaptador externo de 65 W
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Audio:
-Sound Blaster Cinema 5
-Altavoz multicanal
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Otros:
-Lector/grabador de DVD o CD opcional
-Cámara frontal 720p
-Segunda cámara con reconocimiento facial
-Wi-Fi
-Intel 3165N a 433Mbps
-Intel 9560 AC a 1730 Mbps
-Bluetooth 5.0
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Dimensiones: 320 x 210 x 16,8 mm
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Peso: 1,1 kg
Un diseño ultracompacto que no renuncia a nada
El Slimbook Pro X llama la atención desde un primer momento por su diseño, probablemente una de sus mayores fortalezas.
Se trata de un equipo que utiliza una aleación de aluminio y magnesio en casi su totalidad. Esta aleación ofrece una buena relación entre resistencia y ligereza, y es que con un peso de 1,1 kilos, el Slimbook Pro X es muy ligero.
Si que apreciamos algunas zonas en las que utilizan plástico, siendo necesario para las antenas del WiFi.
En la espalda del equipo tenemos el logo de la compañía.
A pesar de ser un equipo compacto, tenemos una gran selección de puertos. En el lateral izquierdo apreciamos el bloqueo Kengsinton, un puerto Gigabit Ethernet, dos USB y jack combo de auriculares y micrófono.
En la parte derecha tenemos el cargador de corriente, puerto HDMI, un tercer USB y puerto USB C. Quizás habría estado bien disponer también de un lector de tarjetas SD, pero tampoco podemos quejarnos teniendo en cuenta la cantidad de puertos que han integrado en el equipo.
Pasando a la zona principal tenemos un teclado plateado y un trackpad de buen tamaño.
La pantalla ocupa casi la totalidad de su superficie. Esto permite que a pesar de ser un portátil con pantalla de 14” ocupe el espacio de otros equipos con pantallas de 13 pulgadas. Gran aprovechamiento.
Un equipo hecho para trabajar durante horas
Cuando necesitamos un equipo de trabajo, nuestras necesidades van más allá de tener el último procesador y mucha memoria. No nos confundamos, las características técnicas siguen siendo importantes, pero no son ni de lejos las únicas que importan. Menos en un equipo portátil.
Tener una buena pantalla es imprescindible para poder trabajar con comodidad, sin tener que forzar la vista y con una buena precisión en los colores. Y el panel de este equipo nos encanta, al tener un brillo de 300 nits (apto para usar en exteriores, pero no a plena luz del sol) y espacio de color sRGB del 99%. Además, es un panel mate, por lo que no tendremos que sufrir las molestias que causan los reflejos de la luz como ocurre en las pantallas brillantes.
La batería también es un factor importante a la hora de usar el portátil durante horas. Y lo cierto es que aquí es más complicado establecer el uso que un equipo puede llegar, ya que depende de muchos factores (capacidad de CPU que usen las aplicaciones o los gráficos que utilicemos). Aquí diría que un uso promedio del Slimbook Pro X da para 4-6 horas de trabajo en mi caso (escribiendo artículos o programando en Visual Studio Code). Una autonomía que sin ser sobresaliente, es válida para varias horas de trabajo.
El tercer componente imprescindible en la experiencia en portabilidad sería el teclado y trackpad. Entre los teclados de portátil, el del Pro X nos ha sorprendido por lo cómodo que es para escribir durante horas. Las teclas son grandes y ofrecen poco espacio entre ellas, tenemos un pequeño recorrido y una respuesta agradable. Si que hay un pequeño detalle que no me ha gustado, y es que el teclado al ser plateado, la retroiluminación termina “camuflando” las letras, haciendo que la retroiluminación solo sea útil en ocasiones donde la iluminación ambiental es totalmente inexistente.
El trackpad tiene un tamaño aceptable, aunque hacer click en él es quizás un poco duro. No es un problema para hacer click, doble o triple click (ya que al ser capacitivo reconoce estos toques sin presión) pero si que puede complicar la experiencia de arrastrar y soltar un poco.
Pero, ¿qué tal en términos de rendimiento?
- Procesador Intel Core i7-10510U.
- Procesador gráfico Nvidia MX250.
- 8GB de memoria RAM con opción a 16 o 32.
- 250 GB de SSD, ampliable hasta 2 SSD NVMe con opción a RAID0 o RAID1.
Aunque ya lo mencionamos en la ficha técnica, es importante recordar las capacidades técnicas de este dispositivo y el valor de ellas. En nuestro caso hemos utilizado la versión más básica, con 8 GB de RAM y 250 GB de SSD.
Slimbook usa primeras marcas como Kingston o Samsung, por lo que a nivel de componentes tenemos gran fiabilidad. A nivel de rendimiento no deberías esperar ni más ni menos que otros portátiles con componentes similares.
Quizás, al ser un portátil tan ligero si tenemos algunas restricciones a nivel térmico, una limitación física razonable que impide que tengamos un rendimiento sostenido en tareas que exijan un alto nivel de recursos computacionales. Esta restricción existe en todos los equipos que se encuentran en la categoría de ultraportátiles, por lo que tampoco es un defecto por si mismo. Al final, si quieres una mayor disipación, vas a tener un mayor tamaño y peso.
Los gráficos Nvidia MX250 no son recomendables para un uso poco exigente en movilidad, ya que el portátil se calienta más, los ventiladores comienzan a hacer más ruido y la batería se agota más rápido. Son gráficos que solo recomendamos para jugar o aplicaciones que requieran gráficos en 3D, donde si que obtendremos un aumento de rendimiento que se agradece.
El valor añadido de estar especializado en Linux
Convencer a un usuario para que se pase a Linux no suele ser una tarea fácil. Al tratarse de un sistema libre y ampliamente apoyado por la industria tiene muchas fortalezas, como la seguridad y privacidad o el enfoque hacia el rendimiento, permitiendo que tu PC tenga una vida más duradera. Y todo esto es importante en una época en la que parece que cada nueva actualización de Windows 10 rompe algo.
Pero no solo vivimos de puntos fuertes, y en época de cambios es más importante solventar más los inconvenientes que fijarse en las virtudes. Y cuando hablas de Linux hay tres principales inconvenientes:
- Dificultad para instalarlo: para un usuario básico esta es una gran barrera, y es que hay varios temores (como romper algo) que uno debe superar. Es cierto que aprender a hacerlo es asequible con la cantidad de recursos que hay, y una vez instalado una vez ya te parecerá fácil para siempre.
- "Esto no funciona”: tras instalar el sistema, cosas que antes funcionaban ahora no, como el Wi-Fi o el Bluetooth. Esto no es que Linux sea mal sistema, ni mucho menos, sino que el fabricante de ese componente no se ha tomado la molestia de permitir que sus componentes funcionen en Linux.
- Aplicaciones para el día a día: a menos que seas programador, lo más probable es que en Linux tengas menos oferta de software, esto es un hecho. No obstante, en los últimos años la situación ha cambiado mucho, y es que como la mayoría de aplicaciones populares usan tecnología web, eso hace que sean multiplataforma. Navegar por Internet o comunicarte con aplicaciones de mensajería (Telegram, WhatsApp, Discord) funcionan al mismo nivel. Incluso jugar es más fácil que nunca con la compatibilidad de Steam.
-En aplicaciones profesionales no te va a quedar con otra que seguir dependiendo del sistema que sea necesario. Pero al menos para uso personal es un sistema que podrás aprovechar en casa.
Y es aquí donde empresas como Slimbook brillan, ya que de un plumazo nos hemos desecho de dos de los tres principales inconvenientes que la mayoría de usuarios afrontan con Linux. Al estar especializados en Linux, los portátiles de Slimbook vienen con total compatibilidad del sistema, además de instalar la distribución que queramos.
¿La distribuqué? Distribución. Cuando hablamos de Linux, hablamos de un sistema operativo, pero no de todo lo que le rodea. Cada distribución es como una versión que usa Linux, un entorno de escritorio con utilidades concretas y aplicaciones específicas. Es parecido a como cuando hablamos de Android, que tenemos Android Puro y capas de personalización de diversos fabricantes, como One UI de Samsung o MIUI de Xiaomi, entre muchas otras.
En el caso de los ordenadores con Linux no estamos limitados a la versión que el fabricante elija, sino que disponemos de la libertad para elegir entre cientos de distribuciones. Pero probablemente si no sabías lo que era una distribución, menos ganas vas a tener de elegir una. No te preocupes, vamos a reducir la lista a dos recomendaciones que merecen la pena:
- Slimbook OS: Tomando las bases de Ubuntu (la distribución Linux más conocida a nivel mundial), Slimbook la ha optimizado para el Pro X, ajustando el mejor rendimiento e incorporando importantes añadidos como Slimbook Battery (excelente aplicación para controlar la gestión de la batería), un ajuste rápido para cambiar la gráfica utilizada o Slimbook Face, un sistema avanzado de reconocimiento facial del que hablaremos más adelante, entre varias opciones. Puedes leer más sobre Slimbook OS a fondo en un artículo de la propia compañía en la que explican con total transparencia todos los detalles.
- KDE Neon: Esta recomendación es personal mía, ya que es la distribución Linux con la que ya llevo casi un año utilizando a diario. Toma también Ubuntu como base, pero usa un entorno de escritorio más parecido a Windows, que además está muy centrada en ofrecer una experiencia pura y fluida. A nivel personal me parece la mejor distribución para cualquier perfil de usuario (ya se que es algo obvio que considere que sea la mejor por ser la que utilizo, pero confía en mi).
Si decides optar por un Slimbook, estas son dos opciones entre muchas más, por lo que la elección siempre será tuya. También puedes pagar por una licencia de Windows (o adquirirla por tu cuenta) e instalarlo o preguntar directamente por las alternativas.
Y un valor añadido que nunca imaginé que vería en Linux
Uno de los factores clave en la experiencia del Slimbook Pro X es su cámara infrarroja, algo que no esperaba encontrar nunca en un portátil con Linux.
Son varios los equipos con Windows que utilizan el sistema de Windows Hello para el reconocimiento facial. El hardware utilizado sería similar para este equipo, pero en el caso de Linux no existía una solución de software que nos permitiese utilizar un reconocimiento facial avanzado.
La tecnología infrarroja permite que el reconocimiento facial no pueda ser engañado por alguien que simplemente utilice una fotografía nuestra, además de poder reconocernos en situaciones de poca luz.
¿Y para qué sirve este sistema tan avanzado? Al igual que Hello, podrá permitirnos iniciar sesión en el equipo, pero en este caso, Slimbook Face va un paso más allá, y está integrado con los permisos de superusuario. Por otro lado, si piensas usar este equipo con Windows, la cámara infrarroja funcionará para Windows Hello.
Para usuarios avanzados de Linux esto es magnífico, ya que en todas esas ocasiones que hagas sudo en la terminal te evitará escribir la contraseña. Verás que parpadea una luz roja del escáner infrarrojo y conseguirá los permisos automáticamente.
La tecnología no está todo lo pulida posible, eso si, y aunque el escáner infrarrojos funciona perfectamente en interiores, en espacios muy iluminados es posible que falle. Es recomendable que realices un escaneo en cada uno de los espacios de trabajo que habitúes si ves que le cuesta reconocerte, ya que mejorará la precisión del escaneo. Por lo demás, es excelente.
Un ultraportátil que es excelente para todos
El Slimbook Pro X tiene grandes argumentos para ser tu próximo ultraportátil. Durante la review nos hemos centrado en su factor de mayor importancia, y es la del enfoque de ofrecer un equipo especializado en Linux de carácter premium, rompiendo el mito o creencia de que Linux debe de ser un sistema únicamente dedicado a aquellos que tienen un PC antiguo y no quieren disfrutar de lo mejor. Que Linux es capaz de dar vida a esos viejos equipos es también una realidad, pero no la única.
Pero incluso si piensas hacerte con un equipo de estas características y vas a ponerle Windows, sigue siendo un equipo que recomendamos para aquellos que busquen el formato más ligero y compacto, pero no quieran renunciar a la comodidad de tener puertos esenciales como los USB A, HDMI y Gigabit Ethernet.
No obstante, es un equipo que no esta diseñado para todo el mundo, pero si tus necesidades específicas requieren lo que el Slimbook Pro X ofrece, no te vas a arrepentir. He aquí el enlace a la web oficial de Slimbook para su compra.