Si hoy te compras un móvil, te encontrarás con que tiene uno de tres posibles puertos de carga. Puede tener micro-USB, si es un modelo de gama baja o incluso media. Cada vez es más probable que use USB-C, especialmente en los modelos más caros. Y por último, si es un iPhone es seguro que usará el puerto Lightning.
Tener el mercado dividido en tres de esta manera puede parecer confuso, pero eso no es nada comparado con la situación en la que estábamos hace diez años. Es fácil olvidarlo porque queremos borrar esos recuerdos, pero hubo un tiempo en el que cada fabricante tenía su propio puerto de carga.
Eso obligaba a tener un cargador y un cable específico para cada dispositivo que tuviésemos, ya que normalmente no eran compatibles entre sí. Ya entonces, la Unión Europea pidió acción; pero la Comisión Europea evitó enfrentarse con los fabricantes, esperando que el propio mercado evolucionase hasta el cargador único.
Esperando el puerto de carga único
Los resultados de esta política no han sido malos, pero tampoco han cumplido lo que se esperaba. El mercado sigue fragmentado, especialmente por la negativa de ciertos fabricantes de adoptar el estándar de facto, que en estos momentos es USB-C. Y hablamos, por supuesto, de Apple.
A la compañía de la manzana nunca le ha gustado seguir los designios de los demás, y se ha empeñado en seguir usando su conector Lightning en todos los iPhone. Es cierto que Lightning tiene muchas ventajas, especialmente comparado con micro-USB; por ejemplo, es reversible, así que podemos enchufar el cable de cualquier manera, y durante mucho tiempo ha sido más rápido que las conexiones USB.
Pero a estas alturas, Lightning está obsoleto. Ya existe una conexión USB que también es reversible y que consigue altas velocidades: USB-C con el estándar USB 3.1. En este contexto, es menos comprensible que Apple siga con Lightning.
Esta negativa de Apple, y de muchos fabricantes que siguen usando micro-USB para rebajar los costes, puede forzar la mano de la Comisión Europea. El pasado lunes miembros del Parlamento Europeo pidieron acción a los comisarios, y estos accedieron a tenerlo en cuenta.
El comisario Maros Sefcovic respondió que la Comisión considerará un "enfoque legislatorio"; en otras palabras, podría crear una nueva ley que obligue a los fabricantes a usar un estándar, probablemente USB-C.
Usar sólo un tipo de conector no solo será beneficioso para los usuarios, que podrán usar el cargador que tengan a mano para todos sus dispositivos; también lo será para el medio ambiente, ya que se espera que la medida ayude a reducir los residuos generados por el sector.
Por el momento, semejante ley no existe, y la Comisión sólo se ha comprometido a tenerla en cuenta. Y a estas alturas, probablemente llegará tarde. La mayoría de fabricantes de móviles Android ya usan USB-C en muchos de sus dispositivos, y están abandonando micro-USB.
Y Apple puede ser la que ría la última, ya que estaría trabajando en un iPhone sin puertos, que se recargaría de manera inalámbrica y por lo tanto podría evitar la nueva ley.