No todos los días te encuentras a un empleado criticando a su propia empresa; mucho menos cientos de ellos. Pero esa es la crisis en la que está inmersa Amazon en estos momentos, un gigante tecnológico que ha conseguido enfadar a sus propios trabajadores con sus últimas decisiones.
La lucha contra el cambio climático fue la chispa que encendió una llama que se ha convertido en incendio. Todo empezó con una simple protesta de un grupo de trabajadores sobre lo que consideraban acciones insuficientes de Amazon en la crisis climática.
La reacción de Amazon no tardó, pero no fue la que este colectivo deseaba: la compañía decidió actualizar su política para controlar lo que decían sus empleados, implementando castigos que pueden llegar al despido si un trabajador hace declaraciones públicas que no estén aprobadas por sus superiores.
Los empleados contra Amazon
Como tal vez era de esperar, esta medida no solo no ha cumplido el propósito de callar a los críticos, sino que ha avivado las protestas y las ha extendido a otros departamentos de la compañía. Amazon ha sido acusada de usar tácticas más propias de una mafia que de una empresa puntera, amenazando con acabar con el sustento de los trabajadores que se atrevan a alzar la voz.
Como resultado, Amazon tiene entre manos un problema mucho mayor que hace un mes; como demuestra la publicación de un manifiesto conjunto, firmado por cientos de empleados de Amazon. En la página se recopilan todo tipo de opiniones sobre las polémicas en las que la compañía se ha visto inmersa en los últimos años; desde el mencionado cambio climático a la prohibición que ha motivado esta última protesta.
No quedan trapos sucios por airear. Los empleados muestran su rechazo, entre otras cosas, al uso de la nube de Amazon de parte del gobierno estadounidense para la persecución de inmigrantes ilegales; un jugoso contrato público que ya despertó dudas entre los empleados de Amazon, muchos de ellos inmigrantes.
Tal vez una de las críticas más duras es la relacionada con Ring, el servicio de cámaras de seguridad para el hogar que Amazon compró en 2018; desde entonces, Ring ha sido una fuente continua de polémica, principalmente por el efecto que tiene en nuestra privacidad.
El problema de Ring
Max Eliaser, ingeniero de Amazon, alega que vender este tipo de cámaras, que se conectan a servidores centrales y permiten compartir grabaciones, no son compatibles "con una sociedad libre". Se refiere a las revelaciones de que empleados y subcontratas de Ring tuvieron acceso a vídeos grabados con las cámaras de Ring; inicialmente este programa tenía como objetivo mejorar el servicio, pero recientemente Ring confesó que algunos empleados accedieron a vídeos sin limitación y con un acceso que no consideraban "aceptable".
Ring también fue protagonista de un serio problema de privacidad las pasadas navidades, cuando sus cámaras fueron el objetivo de una oleada de ataques hacker. Pese a que inicialmente la compañía descartó que fuese un problema, luego aceptó que podía hacer más para proteger la privacidad de los usuarios, incluyendo la autenticación en dos pasos.
Para Eliaser, estos problemas no pueden ser solucionados con una regulación del mercado, porque considera que no puede haber un equilibrio. Por todo esto, pide a Amazon que Ring sea cerrada de inmediato, y que nunca vuelva.
Una decisión drástica para la que fue la segunda mayor compra de la historia de Amazon, pero que desde entonces le ha provocado muchos problemas. El último, enfrentarse a sus propios empleados, que por el momento no está claro si podrán seguir en sus puestos de trabajo después de incumplir la política de la compañía.