Una idea innovadora tiene, en la mayoría de casos, que cumplir con un requisito que puede definir su éxito o su fracaso: su equilibrio. Una idea innovadora tiene que ser útil y tiene que servir para algo; de nada sirve tener una idea que al final del día no nos otorga ninguna utilidad tangible. Sobre todo en un mundo en el que es difícil seguir el clásico dicho de 'reinventar la rueda'.
Samsung lo ha intentado con el Samsung Space Monitor, un (valga la redundancia) monitor con resolución 4K con un enfoque específico en la productividad. ¿La idea? Ahorrar espacio con un curioso diseño que pretende ahorrarnos todo el espacio posible en nuestro escritorio. Un diseño que, como razonaremos más adelante, se nos antoja un poco arriesgado.
Pero, ¿es este un simple reclamo publicitario? ¿U obedece a una utilidad real? Para llenar nuestros labios de miel antes de empezar con el análisis, debemos remarcar un dato que la misma firma coreana ha dado acerca de este curioso monitor: es capaz de ahorrar hasta un 40% de espacio en nuestra mesa.
Un diseño ingenioso
¿Cuál es la premisa de este monitor? En OMICRONO ya hablamos de él anteriormente; lo que busca Samsung con estos dispositivos es ocupar el menor espacio en la mesa posible. Los monitores son una parte esencial de nuestro setup (si nos ceñimos al anglicismo), y en ocasiones nuestros escritorios pueden verse abrumados por monitores que ocupen demasiado espacio en este, impidiendo que añadamos más cosas a la mesa.
La idea de Samsung, útil o no, ha sido harto ingeniosa; el monitor no tiene una peana clásica como las que vemos en los monitores convencionales, sino una peana que se engancha al borde de la mesa. Una "pinza" se acopla al borde de nuestra mesa, y mediante un sistema mecánico de plegado el monitor puede cambiar su posición para que o bien no ocupe en absoluto espacio o bien lo podamos poner justo delante de nosotros.
En este análisis no nos centraremos tanto en el producto, sino en los resultados que ofrece. Pero para ello antes debemos explicar el concepto que da vida al Samsung Space Monitor; y no podemos negar que es una idea refrescante en un mercado parco de ideas hasta el momento.
El pie de este monitor de 32 pulgadas no tiene una peana como tal, sino la pinza antes mencionada. Esta se acopla al borde de la mesa haciendo que tanto el monitor como su cuerpo estén absolutamente pegados a la pared. En la instalación vemos un pequeño sacrificio; para poder acoplar la peana a la mesa, tendremos que retirarla unos centímetros más de la cuenta. No obstante, una vez que hagamos esto, no lo tendremos muy complicado.
Bajo la pinza superior, tenemos una inferior que hace uso de un tornillo que, junto a una pequeña pieza, hace presión contra la parte inferior de la mesa. Cuanto más lo apretemos más sujeta se quedará la pinza a la mesa; no hace falta mucha presión y de hecho este es un punto positivo para el monitor de Samsung, ya que incluso habiendo "apretado" poco, la pinza se ha mantenido extremadamente sujeta y fija.
En la pinza tendremos el centro de toda la experiencia: la bisagra. Esta se podrá inclinar para poner el monitor en distintas posiciones, tema del que hablaremos un poco más adelante. Una vez lo acoplemos todo y peguemos la mesa a la pared, veremos que no sólo la "peana" ocupa muy poco espacio en la mesa, sino que además tanto la pantalla como su cuerpo quedarán pegados a la pared, dando una sensación de minimalismo y limpieza que agradecemos mucho, sobre todo los usuarios más desordenados.
Debemos tener en cuenta varios detalles. El cuerpo que tiene la pinza en la base va atornillada al monitor con 4 tornillos y será imprescindible atornillarla antes de usar el monitor. Por otra parte, la pinza admite un grosor de borde máximo de 90 centímetros. Si el borde de tu mesa supera ese grosor, entonces puede que sea demasiado gordo para albergarla.
Una gran idea
Para entender la experiencia de uso mejor, necesitamos conocer las especificaciones de este monitor. Aquí va la lista:
- Pantalla: LCD VA de 31.5 pulgadas en resolución 4K UHD a 60 Hz. Relación de aspecto 16:9.
- Resolución exacta: 3840 x 2160 píxeles.
- Características del panel:
*250 nits de brillo.
*2500:1 de contraste.
*Velocidad de respuesta: 4 ms.
*Cobertura del 100% sRGB y 72% de NTSC 1976
*Modo PIP / PBP / Juegos - Conectividad: 1 HDMI / 1 mini DisplayPort 1.2 / 1 USB de servicio.
- Energía: clase B.
- Consumo: 53 vatios.
- Peso y dimensiones: 714.5 x 757.2 x 115.5 mm / 7 kg, ambas mediciones con peana.
Antes de meternos de lleno en la calidad y características del monitor, hemos de contaros nuestra experiencia. Hemos estado probando el Samsung Space Monitor usándolo como dispositivo principal de forma intensiva; hemos tratado de ponerlo en todas las situaciones posibles, jugando, trabajando, editando multimedia y navegando con él.
El monitor tiene una usabilidad muy específica. Tanto el cuerpo en el que se sujeta el monitor como este mismo son planos y sin curvas, lo que hará que se pueda pegar a la pared muy fácilmente. La bisagra de la base de la peana nos permitirá tanto alejar el monitor junto a su cuerpo como acercalo, pudiéndolo poner literalmente sobre la mesa. Es decir, que si lo queremos, podremos conseguir que el panel toque la superficie de la mesa. En mi caso, mi mesa queda pegada a la pared, una situación ideal para que el monitor quede pegado a esta y así ocupe (todavía) menos espacio.
El monitor, si bien no se puede inclinar de lado a lado, sí se puede incinar hacia arriba o hacia abajo, llegando incluso a poder poner la pantalla mirando hacia arriba. Sin duda la parte más beneficiosa del diseño del monitor de Samsung radica en su facilidad de manejo. Debido a que el cuerpo y la pantalla son planos (y que la bisagra es muy suave), ajustar el aparato y moverlo de posición se convierte en un proceso muy suave y muy liviano, que hace que todo sea pan comido.
Mientras que otros monitores tienen problemas en este aspecto, el Space Monitor no los tiene. Es muy sencillo mover el dispositivo para que quede exactamente como tú quieres; simplemente coges la pantalla de los bordes inferiores y lo mueves exactamente como tú quieras. Podemos poner más recto el cuerpo y a su vez la pantalla podemos inclinarla hacia abajo, para otorgarnos una suerte de vista en picado.
El sistema tiene mucho potencial en diversos usos, sobre todo en el multimedia. Los escenarios en los que mejor nos ha venido han sido sin duda en los referentes al multimedia. Cuando estamos en Lightroom o Camera Raw y queremos editar una fotografía con mayor nivel de detalle, simplemente tendremos que inclinarnos y acercar el monitor y ajustarlo a nuestra posición. Mover la peana es todo un gustazo y en ningún momento nos ha dado sensaciones negativas, todo lo contrario; el proceso rezuma estabilidad y no creemos que vaya a fallar en ningún momento, manteniendo la pantalla segura.
Esto es importante, ya que en todo el tiempo que hemos estado usando el monitor, hemos cambiado su posición multitud de veces y hemos estado dándole caña para probar si nos daba algún tipo de sensación de debilidad. En absoluto; ha aguantado todo lo que le hemos echado y tanto la bisagra como el cuerpo son perfectamente capaces de soportar la pantalla y mantener todo su peso, incluso en posiciones complicadas. Todo un bravo a Samsung por este apartado.
A nivel de productividad, primero hemos de coger los propios números de Samsung para determinar qué tan útil nos ha parecido esta idea. Samsung clama que obtenemos hasta un 40% más de espacio con este sistema, ya que además de evitarnos las molestas patas de peana que suelen montar los monitores (sobre todo los gaming) la misma base del monitor es especialmente pequeña. El razonamiento es sencillo: a más espacio, mejor organizado podremos tener el escritorio y más cosas podremos tener sobre él.
Lo cierto es que no estamos seguros de si estas cifras de Samsung son especialmente precisas, pero es innegable que este sistema otorga algo más de espacio y limpieza a nuestra mesa. Nos hemos visto sorprendidos ya que, siendo honestos, al principio nos esperábamos que esto fuera más una 'gimmick' que otra cosa. Para nada, ya que además de aprovechar su funcionamiento, nos ha venido bien para poner algo de orden.
Mi escritorio es mi lugar de trabajo y es absolutamente importante tenerlo limpio, bonito y bien organizado. Gracias al espacio "extra" que inevitablemente nos otorga el Samsung Space Monitor, nos hemos visto envalentonados para añadir más cosas. Mi iPad ya no queda tan "pegado" a la pantalla, como sí ocurre cuando uso mi pantalla habitual. Los periféricos también quedan más atrás y aunque unos inalámbricos hubieran ayudado a incrementar la sensación de limpieza, siento que tengo más espacio para poder moverlos por el escritorio.
No creemos que sea en absoluto algo determinante, tampoco nos equivoquemos. El regular la peana para acercarnos el dispositivo puede ser útil en determinadas situaciones, por ejemplo en el caso de que estemos usando un portátil y lo tengamos conectado a la pantalla y queramos acercárnosla. Este sistema no afecta directamente a su uso; podremos navegar igual, podremos trabajar igual y podremos hacer uso del monitor como si fuera otro cualquiera.
En lo que sí influye es en nuestros hábitos y en nuestra comodidad. No influye en la navegación web, pero sí en cómo navegamos nosotros. Al poder mover el monitor con esta libertad, podemos acercar el monitor en caso de querer ver una película (sobre todo si estamos con amigos). De nuevo, al editar fotografía o editar multimedia, la libertad de la que podemos hacer uso también nos permite acercar la vista y fijarnos en el detalle para realizar trabajos minuciosos.
El apartado en el que más impacta este sistema, y no es moco de pavo, es en la sensación que tenemos con nuestro escritorio. Inevitablemente este se sentirá más amplio, más limpio y en mi caso especial nos incentivará a ordenarlo y organizarlo todavía más para incluir accesorios realmente útiles. Cambia nuestra relación con nuestro entorno de trabajo y nos hace querer ser más ordenados.
Este mismo concepto permea en otros apartados del monitor de Samsung. Por ejemplo, su diseño plano permite que en caso de no tenerlo pegado a la pared se sienta más delgado y por ende menos "prominente" en el escritorio. Otro detalle muy interesante son las vías traseras para ocultar los cables. Estos pasadores nos permitirán (de forma algo limitada, todo hay que decirlo) pasar los cables por detrás del cuerpo para que no se vean en absoluto. Un buen punto.
En definitiva, la idea del "monitor que no ocupa espacio en la mesa" no es una 'gimmick', es decir, no es un truco publicitario. Realmente creemos que este es un beneficio real, pero cuyo impacto dependerá en mayor medida de cada usuario. En caso de que necesites todo el espacio posible en tu escritorio, verás en este Samsung Space Monitor tu Santo Grial.
Un monitor excepcional
Afortunadamente, la buena experiencia de uso respecto a productividad también se ha trasladado al uso puro y duro del monitor. No nos andaremos con paños calientes; nos encontramos ante una de las mejores alternativas en el mercado de monitores ciñiéndonos a la franja de precios entre los 400 y 600 euros. Porque además de ofrecer buenos resultados basados en su principal característica, este monitor ha resultado ser toda una herramienta con mucho que decir.
Hablamos de Samsung, y hablamos de una compañía con muchísimo rodaje en lo que a pantallas se refiere. El panel de este Space Monitor no es OLED, sino VA. Un panel que se queda a medio camino entre los TN (usados en monitores gaming) y los IPS, más enfocados en el terreno de la edición y consumo multimedia. Esto no le lastra en absoluto. Los LCD tipo VA han avanzado muchísimo en la reproducción de colores y en su desempeño, así que este Space Monitor no tendrá mucho que envidiarle a alternativas con paneles IPS.
En general estamos ante un grandísimo panel, signo de que Samsung no ha decepcionado incluso habiéndose salido del OLED, su terreno habitual. De base contamos con una muy buena resolución, 4K UHD con 3.840 x 2160 píxeles, que consiguen que las líneas paralelas a los ejes X e Y estén muy bien definidas. Los colores gozan de una muy buena uniformidad, y la retroiluminación del panel es homogénea.
Es decir, no nos encontramos fugas de luz prominentes, los cuáles se dan sobre todo en monitores más baratos y usualmente en las esquinas, incluso con paneles VA e IPS (no necesariamente TN). No vemos cambios de intensidad en la luz que arroja el monitor, y su cobertura del sRGB al 100% consiguen que la reproducción de colores sea muy buena. Esto es especialmente importante en caso de que editéis multimedia; no quedaréis insatisfechos con esta alternativa de Samsung.
Este buen desempeño también se traslada a otras zonas en las que otros monitores pueden caer muy fácilmente, sobre todo hablando de paneles VA. Un claro ejemplo son los ángulos de visión. Muchas de las fotos que ilustran este análisis están tomadas en lateral a posta, ya que hemos querido comprobar cuán buenos son estos ángulos en la propuesta de Samsung. Para nuestra sorpresa, este problema que suele obviarse (debido a que solemos ver los monitores de frente) no lo hemos notado en este dispositivo; los ángulos de visión son, en general, muy satisfactorios.
Por lo tanto, los usuarios profesionales de rango medio y los más domésticos no tendrán problemas de ningún tipo en el uso de este Space Monitor. El monitor rezuma calidad, y su uso en el día a día consigue que cada día aprecies más el resultado de un panel bien trabajado. Y aquí Samsung ha echado el resto, y se nota.
El único punto "débil" que tiene este monitor se encuentra en el momento en el que nos ponemos a jugar. Le hemos dado mucha caña a este monitor, y hemos usado todo tipo de plataformas: PC, Nintendo Switch y PS4 Pro. Hay que aclarar que el problema no está en la reproducción de colores ni en la calidad de imagen; estos dos asuntos Samsung los tiene más que controlados.
No obstante, los jugadores más acostumbrados a diversas características echarán en falta un mejor desempeño. No tenemos una alta tasa de refresco, como los ya estandarizados 144 hercios, y los 60 Hz se notan mucho si vienes de un monitor con muchos hercios a sus espaldas. Algo similar ocurre con su tiempo de respuesta.
En juegos (sobre todo de PC) en los que no tengamos la necesidad de ser especialmente rápidos no habrá ningún tipo de problema, pero los 4 ms de tiempo de respuesta del Samsung Space Monitor no hace nque sea muy recomendable para juegos que precisen de una reacción rápida instantánea. No se nota en el día a día, siendo claros, y es un detalle que no eclipsa al resto de sus virtudes. Pero este es claramente superior al tiempo de otras alternativas, lo que desencantará a los más jugones.
Lo mismo ocurre con otro pequeño detalle: la incapacidad del monitor de ejecutar contenido en HDR. Es toda una pena, ya que hubiera sido la guinda del pastel para un panel sobresaliente que también hubiera sido aprovechada en consolas de última generación. Jugar a videojuegos con capacidades HDR y ejecutarlos sin estas se nota.
Otro pequeño apunte a destacar es que nos hubiera gustado un poco más de amplitud en los puertos; estamos limitados, esencialmente, a 3 (quitando el puerto de carga), siendo uno de estos algo menos común como es el mini-DisplayPort. Una minucia, por supuesto, pero que nos permitirá conectar poquita cosa al monitor si no queremos recurrir a accesorios de terceros como un splitter HDMI.
Un soplo de aire fresco
Es cierto que el ahorrarnos algo de espacio en la mesa no nos cambiará la vida. Sin embargo, hemos de aplaudir el esfuerzo de Samsung por ofrecer un producto de calidad, que sea sobresaliente en la gran mayoría de apartados y que además busque renovar cimientos más que establecidos en la industria. De hecho, un apunte gracioso: ahora que he vuelto a mi antigua pantalla, siento más que nunca la necesidad de tener mi escritorio más limpio debido a la realización de este análisis.
La idea es, cuanto menos, interesante. Y se ha sabido traer en un cuerpo atractivo, con buenas características que no dejará indiferentes ni a los usuarios más domésticos que busquen algo más de espacio en su mesa ni a los profesionales que quieran un buen monitor VA sin ampliar en exceso el gasto.
El Samsung Space Monitor se puede encontrar online por unos 449 euros. Un precio que, siendo honestos, nos parece más que correcto dado lo que ofrece este dispositivo y sobre todo con la idea que tiene detrás de sí. Si pensabas darle algo más de respiro a tu escritorio, no tienes excusa, ya que de paso satisfacirá más necesidades de las que crees.
Amazon | Samsung Space Monitor