Siendo una compañía relativamente nueva, Tesla se enfrenta a muchas desventajas que sus rivales no sufren; no es casualidad que durante décadas no naciesen nuevas marcas de coches, o que las que llegaron durasen tan poco.
Al mismo tiempo, partir desde cero también puede ser una ventaja si lo planteas bien, y eso es justo lo que Tesla ha hecho; puede que no tenga el alcance ni las redes de concesionarios de los fabricantes tradicionales, pero eso le da mucha libertad para hacer cosas que otros no se atreverían.
El mejor ejemplo lo tenemos en un reciente reportaje publicado por el medio japonés Nikkei Asian Review, que, con la ayuda de ingenieros de marcas japonesas, ha desmontado un Tesla Model 3 para comprobar qué es lo que lo hace especial.
Los chips, el arma secreta de Tesla
Normalmente, cuando se habla del Model 3 se destacan características como su autonomía, y se habla de cómo Tesla está muy avanzada en el desarrollo de baterías. El coste, con el desarrollo de una nueva plataforma y un proceso de fabricación único gracias a las "giga-factorías", también es muy importante.
Sin embargo, esos dos son aspectos que el resto de fabricantes ya está imitando o incluso superando en ocasiones. Es inevitable que las inversiones de los grandes fabricantes den resultado y empiecen a superar a los Tesla en autonomía y precio, obligando a esta última a reaccionar.
La verdadera arma secreta de Tesla, lo que realmente sorprendió a estos ingenieros que analizaron el coche, es una única tarjeta, oculta tras un conjunto de disipador con refrigeración por agua. Se trata del ordenador del Model 3, compuesto por los dos chips que se encargan de los algoritmos de Inteligencia Artificial y el sistema de control del coche.
Este es el nuevo sistema, integrado en todos los nuevos Model 3, Model S, Model X y el futuro Model Y vendidos desde abril de 2019. Los chips son fabricados por Samsung, pero han sido diseñados para cumplir tareas avanzadas de conducción autónoma usando las cámaras del coche.
Es gracias a este sistema que Elon Musk promete que este mismo año Tesla lanzará una nueva versión del Autopilot, capaz de conducción verdaderamente autónoma. Los chips son capaces de analizar la situación en tiempo real y tomar decisiones al momento, y para eso no vale cualquier cosa. Así nació Hardware 3, la tercera versión del ordenador de los Tesla.
De hecho, estos chips se han convertido en la pieza de tecnología más avanzada no solo de los Tesla, sino de toda la industria. Los ingenieros, de fabricantes que no han sido nombrados, se mostraron sorprendidos; uno llegó a decir "no podemos hacerlo".
El problema de los fabricantes
No es que un gran fabricante como Toyota o Volkswagen sea incapaz de desarrollar un sistema semejante: es que no puede hacerlo, en el sentido de que está demasiado atado de manos como para tomar una decisión semejante.
Decidir de repente el desarrollo de un sistema como el de los Tesla afectaría seriamente a la cadena de producción; concretamente, haría que las piezas de los suministradores fuesen obsoletas al instante. Un coche moderno no depende de uno o dos chips; es una compleja red de sistemas interconectados.
Y para un fabricante de coches, hay pocas cosas más importantes que cuidar las relaciones con sus suministradores; gracias a ellos consigues piezas más baratas y más rápido. Durante décadas, la industria automovilística ha dependido de esta relación; pero ya no es suficiente.
Es por eso que los ingenieros afirman que Tesla está "seis años por delante" del resto de la industria; porque ese es el tiempo que le costará a estos fabricantes dejar de depender de los suministradores, o al menos ponerse a la altura.