Este monitor panorámico y curvado me ha hecho ser más productivo durante la cuarentena
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Un monitor ultrapanorámico o ultrawide no es sólo una pieza de hardware que los más 'gamers' suelen presentar en una abultada mesa llena de RGB. Son monitores con muchos usos, entre ellos el de la productividad. Estos monitores son ideales si como un servidor tienes muchas tareas que gestionar a la vez. Ahora Philips quiere llevar este concepto a otro nivel con su monitor curvo Philips 346P1CRH/01.
Quizás este dispositivo no tenga un nombre glamuroso como tantas otras propuestas sobre todo si nos fijamos, de nuevo, en el terreno 'gaming'. No obstante, este sin duda es un monitor repleto de sorpresas y buenas ideas. Esto es lo que hace a este monitor una de las mejores propuestas dentro del mercado de monitores dedicados a productividad que hemos visto en mucho tiempo.
Porque no, no estamos hablando solo de un monitor, sino de bastante más: un conmutador KVM, un 'hub' USB y un monitor excelente para creadores de contenido o artistas que dependan de un buen panel para trabajar con archivos multimedia.
Calidad exquisita
Lo primero de lo que nos damos cuenta nada más sacar el monitor de su embalaje (100% reciclado, por cierto) es su calidad de construcción. Sin duda Philips ha sabido echar el resto en este apartado; nos encontramos ante un monitor sobrio en diseño y excelente en acabados. Este monitor curvo con formato 21:9 rezuma calidad por todos sus poros, incluso en detalles tan triviales como su peana. Un plástico de muy buena calidad y metales todavía mejores rematan una construcción que nos encanta.
El monitor, hay que tenerlo en cuenta, no es pequeño; su panel es de 34 pulgadas y mide unos 86,36 centímetros. Al tener una relación de aspecto 21:9 es más alargado que los monitores convencionales, con los inconvenientes y ventajas que lleva.
El monitor consta de 3 partes y su montaje es extremadamente sencillo. Una peana a la que le dedicaremos un buen pedazo de este análisis, un brazo también reseñable y en sí, el monitor. Nos alejamos de diseños recargados y luces RGB para adentrarnos en una estética puramente empresarial, que agradecemos.
Muchos de los monitores ultrawide pecan de un problema: buscan ser vistosos en la mesa. En este caso Philips ha sabido dar con la clave sobre lo que es un monitor que pondremos, presumiblemente, en una oficina y no por ello tener un diseño aburrido en exceso. La curvatura del panel ayuda bastante en este sentido.
Philips ha apostado seriamente por la versatilidad en este modelo, ya que le da el control al usuario. Podremos subir y bajar el monitor a voluntad y aunque no podremos girar el monitor para ponerlo en posición vertical, sí podremos girar su panel de forma horizontal. La base de la peana es giratoria, lo que nos permitirá inclinar a los lados el monitor. Ah, el brazo tiene un hueco por el que pasar los cables, otro buen acierto.
También podremos inclinarlo varios grados arriba o abajo, para ajustar la pantalla tal y como queramos. Es cierto que, de nuevo, no podemos poner el monitor en vertical, pero no creemos que un monitor 21:9 tenga mucho sentido en esa posición, por lo que el resto de la versatilidad es muy bienvenida. Además, gracias a esta capacidad de movimiento conectar todos los cables es muy fácil. Y dado que estamos tremendamente provistos de conexiones, este no es un tema baladí.
De hecho, concretamente podremos mover el monitor o -5 o 25 grados de inclinación, 180 grados tanto a izquierda como a derecha y subirlo unos 180 milímetros. Además, tiene unas dimensiones de máxima) 807 x 601 x 250 mm (con altura máxima) y de 807 x 367 x 110 mm sin soporte.
La única pega que encontramos en el diseño es que, aunque tenemos unos marcos bastante reducidos, el inferior es bastante más grande que los superiores y laterales. Sin embargo, se justifica: el Light Sensor que se encargarán de regular la pantalla según las condiciones de luz de la estancia justifican la presencia de dicho marco.
Como anécdota, hemos de mencionar que la base de la peana nos ha sorprendido, ya que está hecha de forma muy robusta y es especialmente pesada, lo que tiene el inconveniente de que nos costará mover el monitor. Punto a favor en cuanto a construcción, pero algo engorroso si nos dedicamos a moverlo de sitio.
QHD y de gran calidad
Pasemos a hablar del panel en sí, ya que hay mucho que contar. Nos encontramos con un panel de altísima calidad, de 34 pulgadas y resolución QHD con formato UltraWide de 21:9. Tiene unos ángulos de visión de 178º/178º y una curvatura de 1500R, que no se hace demasiado exagerada. Cuenta con multitud de añadidos, como la tecnología CrystalClear para una imagen más nítida y real además de DisplayHDR 400, con certificación oficial de la Video Electronics Standars Association.
El panel es de tipo VA y cuenta con 100 Hz de tasa de refresco así como 4 ms de tiempo de respuesta, por lo que podría valer incluso para gaming. Tiene un brillo de 500 nits, una relación de contraste 3000:1 con tecnología SmartContrast 80 000 000:1, para una regulación del contraste más inteligente.
Philips se ha encargado de que este monitor cuente con una buena gama de colores y con una buena cobertura de los mismos. Tiene una cobertura BT. 709 del 96%, DCI-P3 del 90% y su gama de colores típica es NTSC al 98%, sRGB al 120% y Adobe RGB 88%. Por si fuera poco, el panel además es antirreflectante, y no tendremos ni un solo reflejo en la pantalla. También contamos con AdaptativeSync, una suerte de sincronización vertical similar a FreeSync de AMD para evitar parpadeos en pantalla y problemas en juegos como 'tearing'.
En general el panel nos ha gustado mucho, y creemos que es uno de los grandes puntos fuertes del dispositivo. Su colorimetría está bien y no nos encontramos ningún tipo de problema a la hora del visionado, como fugas de luz o ángulos de visión malos. La curvatura se nos ha hecho agradable, ya que no es demasiado pronunciada y en teoría nos permite tener mantener un enfoque constante en toda la pantalla.
El detalle que nos ofrece este dispositivo es muy bueno, con una calibración a la altura y una gestión del HDR digna de su certificación. Es cierto que si activamos el HDR su configuración dependerá más del software que usemos en nuestro ordenador, como Windows pero el rendimiento nos ha parecido sobresaliente cuanto menos.
Philips ofrece una gran variedad de opciones en sus menús para configurar hasta el último detalle, incluyendo el control con PowerSensor. Un sensor que reducirá la luminosidad cuando nos apartemos para gastar menos electricidad, y se podrá ajustar perfectamente desde estos menús.
Podremos configurarparámetros como la sincronización, el contraste inteligente y hasta la temperatura del color así como la calidad del sRGB. Está claro que este monitor tiene un foco importante hacia las personas que buscan una buena representación de colores e imagen en su monitor, y podremos toquetear hasta el último apartado.
En mi caso es así; soy fotógrafo amateur y para mí la representación del color fiel es muy importante. La verdad es que en este sentido el monitor Philips 346P1CRH/01 se ha comportado de manera sobresaliente, y me ha permitido editar de forma más precisa el color de mis fotografías así como la calibración de sus tonos. Su alta resolución en QHD también ayuda a que la definición tenga buenos resultados.
Incluso en el terreno del multimedia nos encontramos con buenas noticias. El monitor está perfectamente calibrado, y el HDR brillará en estos casos (siempre que veamos contenido en HDR), ya que nos ofrecerá contrastes brillantes y negros profundos. Hemos realizado diversas pruebas con contenido en HDR y no hemos notado problema alguno. A nivel personal prefiero los tonos fríos en los blancos del HDR, pero eso se ha podido configurar sin mayor percance.
Dos ordenadores
Pero que la pantalla sea buena no ayuda a la productividad, que es el principal 'late motiv' de este monitor. Esta es precisamente su gracia; no estamos ante un simple monitor de "oficina", ya que de esos hay a patadas en el mercado. Su gracia reside en los detalles que oculta bajo el capó.
Debajo de la pantalla nos encontramos con un completísimo plantel de conexiones; un DisplayPort 1.4, un HDMI 2.0, 4 USB 3.2 (uno de ellos con carga rápida B.C) y la guinda del pastel: un USB-C 3.2 Gen 2 capaz de suministrar energía hasta 90 W. También tenemos un conector Ethernet Gigabit y un jack de 3.5 milímetros. Además, tendremos un conmutador KVM integrado.
A grandes rasgos, este conmutador nos permitirá usar el sistema MultiClient, que nos dejará controlar 2 ordenadores con una sola configuración e teclado y ratón. Con la base USBC integrada podremos suministrar energía a un portátil y mediante un simple cable (que por cierto, viene incluido) podremos unir todas las conexiones como el teclado, el ratón y el Ethernet en un mismo sitio. Así, nos ahorraríamos tener 2 monitores para 2 sistemas distintos, permitiéndonos conectar por ejemplo un portátil y un ordenador de sobremesa.
El monitor incluye otras ventajas, como un sistema PIP con el que podremos tener la pantalla del segundo monitor en un modo Picture-in-Picture. Mientras vemos un ordenador en primer plano, en una pantalla inferior podremos ver el segundo ordenador, para realizar una multitarea extrema. Hemos hecho pruebas y los resultados han sido sorprendentes.
Reconocimiento facial
Pero sin duda alguna la idea que más nos ha gustado del monitor ha sido su cámara integrada. En tiempos de coronavirus, el teletrabajo se ha convertido en pan del día a día. Por ende, las cámaras web se han agotado, y es prácticamente imposible encontrar alguna decente (aunque hay grandes alternativas como la Razer Kiyo). Este monitor tiene una cámara integrada en el mismo cuerpo.
Mediante un sistema rotatorio, podremos "ocultar" la cámara en la posición que veis en la imagen de arriba. Si pulsamos sobre ella (intentando que no se ensucie) se desplegará y apretándola hacia abajo la podremos posicionar. Es una cámara de 5 MPx que además nos dará soporte para Windows Hello, el sistema de autentificación biométrica de Windows. Así, evitaremos tener que poner contraseñas y usaremos nuestra cara para iniciar sesión. Detalle importante: para usar Windows Hello tendremos que conectar el monitor al ordenador mediante USB-C.
El rendimiento a la hora de reconocer nuestra cara nos ha parecido correcto, pero no esplendoroso. Es lógico, la cámara tiene que encenderse y empezar a reconocer nuestra cara. No obstante, al estar habilitada para Windows Hello, no falla casi nunca; incluso en condiciones de baja luz. La cámara se las arregla para iniciar sesión en Windows sin problema. En pocas ocasiones me he visto en la tesitura de tener que poner mi contraseña.
La calidad como tal no es destacable, aunque tampoco podemos pedir mucho más. Nos valdrá para videollamadas puntuales, y en general nos ahorrará tener que comprarnos una cámara adicional. Además, si nos preocupa que nos puedan espiar a través de la misma, su mecanismo nos ayudará a protegernos. Simplemente la plegamos en su hueco, y listo.
Aunque la idea nos ha parecido muy buena, es aquí donde nos encontramos los poquísimos fallos que le hemos encontrado al monitor Philips 346P1CRH/01. Para empezar, la construcción de este sistema (irónicamente) no nos ha gustado mucho. Se siente endeble, y debido a que la cámara se mantiene en su hueco con una pulsación, baila cuando está suelta. Además, no se queda perfectamente recta cuando la apuntamos hacia nosotros. Detalles que no ensombrecen una grandísima idea que otros fabricantes deberían considerar.
Otro detalle interesante es que este monitor viene equipado con altavoces de 5 W que aunque no son los más fieles en sonido, sí sirven en cuanto a potencia. Desde luego es un plus que no resta, y además nos salvará en caso de que queramos poner este ordenador en una oficina. Pero es de esperar que no tengan muy buena calidad de audio, por lo que no lo tendremos como un punto negativo.
¿Merece la pena el ultrawide?
Este apartado, salvo los detalles explicativos, está basado en experiencia subjetiva. Creemos que es necesario para entender si necesitas o no un monitor de estas características. Como habrás podido notar, este monitor es más alargado que un monitor normal. Eso es debido a que está en formato 21:9, un formato mucho más panorámico que el clásico 16:9 que suelen llevar todas las pantallas actuales, o al menos, la gran mayoría.
Una gran parte de las películas y series que vemos está en este formato, el 21:9. De ahí que cuando veamos este contenido en monitores o pantallas más habituales veamos las ya clásicas bandas negras arriba y abajo. De igual forma, al ser una pantalla más larga, el 21:9 tiene otro problema. Y es que el contenido más popular, como los vídeos de YouTube están capturados en 16:9, por lo que veríamos otra vez bandas negras, esta vez, a los lados.
El 21:9 en general es un formato más panorámico que trae consigo varias ventajas. La primera es que tenemos más espacio a lo ancho manteniendo la altura, por lo que a efectos prácticos tenemos más espacio para trabajar en un ordenador. De hecho, dividiendo las ventanas en 2, conseguimos 2 "cuadrados".
Como es lógico, gracias a esto tenemos mucha multitarea. Podemos tener 2 ventanas de Google Chrome, una de Chrome y otra de Spotify, etcétera. Con imaginación, podemos tener más ventanas de distintos tamaños ya que en esencia tenemos más espacio. A nivel de multitarea y productividad, esto es muy beneficioso.
También se ve a nivel de interfaz. Por ejemplo, en el editor de vídeo tenemos una visión de la 'timeline' de eventos más larga, por lo que podemos movernos mejor por el metraje para editarlo. La interfaz también redimensiona los botones de tal forma que, por ejemplo, en Photoshop tenemos más espacio para la imagen central y más espacio para crear nuevos paneles de herramientas.
Por otra parte, tiene sus pequeños inconvenientes. De nuevo, si consumes mucho contenido de YouTube, vas a ver 2 bandas negras a los lados casi de forma permanente. Es cierto que hay contenido en 21:9, pero este es anecdótico y tienes que buscarlo. Además, aunque es mejor que tener 2 monitores en varias situaciones, sí que tiene un problema, y son las ventanas de Windows.
De forma tradicional un usuario con 21:9 usa dicho formato para crear cuadrados a los lados (de 4:3), y si eres como yo que navegas entre muchas ventanas te acabarás haciendo un lío. Creemos que si te manejas mejor con espacios separados entre sí, lo mejor es optar por 2 monitores individuales que tengan sus propios espacios diferenciados. O eso, o familiarizarte con los escritorios virtuales de Windows 10.
Por otra parte, una buena parte de los videojuegos que hay en el mercado no soportan este formato de imagen. Exacto, lo has adivinado: están creados en formato 16:9, así que verás 2 bandas a los lados bastante prominentes. Si todos estos inconvenientes para ti, valga la redundancia, no son inconvenientes, entonces no tendrás problema alguno.
Una propuesta ingeniosa y de calidad
El Philips 346P1CRH/01 ya está disponible para su venta y tiene un coste de 589 euros. Un precio en absoluto bajo, y que lo sitúa como una alternativa directa a la competencia de monitores de alta gama. Pero este precio se ve justificado, a nuestro parecer, por no sacrificar en nada.
Como podéis ver en este análisis no ha habido apenas puntos negativos. Este monitor recoge un poco de los mejores mundos sumándole un importante empeño por la productividad. Una buena tasa de refresco, un muy buen panel, una construcción sólida y mejoras que aprovechan el formato 21:9 para profesionales que opten por este dispositivo.
Es cierto que si nos vamos a otros terrenos, como el sector gaming nos encontramos opciones mejores, pero con funciones dedicadas que difícilmente una persona normal aprovecharía correctamente. Y eso es porque están dedicadas a los gamers que machacan sus ojos horas y horas frente a sus ordenadores precisando de tasas de refresco todavía más altas y de velocidades de respuesta más altos.
Si estás buscando un buen monitor ultrawide y que tenga unas buenas capacidades en lo que a multimedia se refiere, esta es una de las mejores opciones a tener en cuenta. Especialmente si quieres llevar tu multitarea a un nuevo nivel.