Apple ayudó a desarrollar un dispositivo con capacidades de espionaje y tráfico de datos, basado en su famoso iPod; es la impactante confesión de uno de los ingenieros que trabajó en el proyecto.
Puede que Apple sea mundialmente famosa por el iPhone, pero en su día era una marca muy asociada con la música, gracias al tremendo éxito de iTunes y al iPod, su reproductor multimedia personal. Aunque Apple sigue vendiendo el iPod Touch, ya no es tan popular ni de lejos.
El iPod fue el precedesor del iPhone, hasta el punto de ser igual de copiado por el resto de la industria; detalles como su control en forma de rueda aún son reconocibles por mucha gente. Así que no es de extrañar que, cuando el Departamento de Energía de los EEUU estaba buscando un dispositivo que no llamase la atención, eligiese un iPod.
El iPod secreto de Apple
El antiguo ingeniero de Apple, David Shayer, ha revelado la existencia de este dispositivo en una entrada de blog; lo llama "el iPod Top Secret", no solo porque hasta ahora no se había hecho público, sino porque sólo cuatro personas dentro de la compañía conocían su existencia.
De hecho, Shayer, que trabajaba como ingeniero de software en Apple en el 2005, tenía prohíbido contar a su jefe lo que estaba haciendo. La orden llegó directamente del director de software del iPod, y sólo otro ingeniero de Apple participó en el proyecto. Para evitar filtraciones, Shayer tuvo que saltarse el cortafuegos de Apple que filtraba todo el tráfico del edificio de la compañía.
El trabajo consistía en la modificación de un iPod, con el objetivo de poder recopilar información y almacenarla de manera secreta; una modificación que sería realizada por ingenieros de Bechtel, un contratista del Departamento de Defensa de los EEUU.
La función de Shayer era ayudar a esta empresa en todo lo que necesitase en esta modificación; el iPod no permitía la ejecución de apps de terceros, así que no había documentación sobre cómo crear programas para este dispositivo. Shayer fue seleccionado por la gran experiencia que tenía con el sistema del iPod.
¿Para qué sirvió este dispositivo?
El objetivo de la modificación era hacer que el iPod pudiese obtener datos de un hardware externo y almacenarlos en su memoria interna. El verdadero desafío era que tenía que hacer todo eso de manera indetectable; que si alguien cogiese el dispositivo, se crea que es un iPod normal y corriente.
Es por eso que el modelo escogido fue el iPod de quinta generación, que permitía reproducir vídeo en su pantalla a color. Este dispositivo se podía abrir y volver a cerrar sin dejar marca, y contaba con un disco duro de 60 GB, suficiente para almacenar datos.
Pero más importante, fue el último iPod cuyo sistema operativo no estaba firmado digitalmente; eso lo hizo muy popular entre entusiastas porque les permitía modificar el sistema o incluso instalar Linux. Para los contratistas del gobierno, les permitía almacenar datos de manera secreta y sin que se viesen en la interfaz del dispositivo.
Pese a trabajar directamente con estos contratistas, Shayer nunca fue informado de la función del iPod modificado; pero con lo que aprendió especula que es posible que fuese un contador Geiger, usado para medir la radioactividad de un lugar. Este tipo de dispositivos son especialmente importantes en zonas con posibles escapes radioactivos, como centrales nucleares.
Un iPod capaz de detectar radioactividad, posiblemente con un accesorio conectado, podría haber servido para que agentes estadounidenses midiesen la radioactividad sin despertar sospechas; un aparato que podrían demostrar que sólo sirve para escuchar música.
Este dispositivo podría servir para detectar el tráfico de uranio o para conseguir pruebas del desarrollo de una 'bomba sucia'. Sin embargo, todo esto no son más que elucubraciones, y ni siquiera está confirmado que el aparato fuese usado en una operación real.
Un 'favor' a regañadientes de Apple
Es importante aclarar que Apple no realizó estas modificaciones, sólo sirvió como una especie de 'servicio técnico' para los empleados de Bechtel, que son los que hicieron el trabajo.
Los contratistas recibieron acceso al código fuente de Apple en un disco, que no podían sacar del edificio. De hecho, el testimonio de Shayer indica que en Apple no estaban muy a gusto con esta colaboración, y que fue más bien un "favor" y no un contrato oficial con el gobierno. No hay rastro de esta colaboración, ya que no fue registrada en el papeleo de la compañía, y todo se hizo en persona.
Hoy en día, un iPod llamaría mucho más la atención, así que es poco probable que este dispositivo esté siendo usado por agentes, si es que lo fue en alguna ocasión.