Basta con darse un paseo por las calles de España para darse cuenta de lo populares que se han vuelto los relojes inteligentes, sobre todo a la hora de analizar el rendimiento deportivo o tener controlados ciertos aspectos relacionados con la salud.
Pese a ello, se trata de dispositivos con un gran margen de mejora, especialmente en lo que a tamaño se refiere. ¿Acaso no triunfaría un gadget que ofreciese unas funciones similares pero siendo mucho más pequeño?
Aunque suene futurista, ya existe un dispositivo así. Se llama Oura y es un anillo inteligente que saltó a la fama hace unos meses debido a que ya lo usan multitud de famosos y jugadores de la NBA para intentar mejorar su estado físico, así como posible detector de la COVID-19 (o al menos de sus síntomas).
Resistente, cómodo y ligero
En lo referente al diseño, el anillo está fabricado con titanio ultraligero y dispone de un revestimiento resistente a los arañazos, ya que está pensado para estar las 24 horas del día en el dedo del usuario. Del mismo modo, es resistente al agua hasta 100 metros.
Oura está disponible en dos versiones y en tres terminaciones diferentes, siendo el Heritage-Black el modelo que hemos estado probando. Los diferentes anillos tienen un precio que parten de los 314 euros -sin importar el tamaño- y asciende hasta los 1.049€ si lo queremos con incrustaciones de diamante. Antes de realizar el pedido, envían a casa un kit de tamaño para averiguar cuál es la talla que más se ajusta a cada uno.
Me ha sorprendido gratamente lo cómodo que es este wearable, pues soy una persona que jamás había llevado ningún tipo de anillo. Si bien es cierto que es bastante más voluminoso que una alianza, éste no es demasiado llamativo, la mayoría de personas ni siquiera se dan cuenta de que es un anillo inteligente hasta que se lo decimos.
La única pega es que al hacer ejercicios con pesas o máquinas hay que quitárselo, ya que suele resultar incómodo y, como es lógico, podríamos llegar a estropearlo. Es bastante resistente y se nota que han utilizado buenos materiales, pero mejor no forzar la máquina.
¿Qué hace exactamente?
Una de las particularidades de Oura es que ofrece datos mucho más precisos que un reloj inteligente, ya que realiza las mediciones directamente desde las arterias de los dedos, mientras que los smartwatch lo hacen desde la superficie de la muñeca.
Para recabar toda la información este anillo inteligente incorpora un giroscopio, un acelerómetro y un sensor de temperatura NTC. Asimismo, utiliza la técnica conocida como fotopletismografía con luz infrarroja (PPG) en lugar de los LED con luz verde empleados en pulseras o relojes inteligentes.
Dichos sensores facilitan una gran cantidad de métricas que pueden revisarse desde una app para el móvil y que se dividen en tres grandes apartados: el sueño, la actividad física y la preparación para afrontar el día.
Asimismo, cabe recordar que al tratarse de un dispositivo electrónico habrá que cargarlo, aunque la batería dura aproximadamente una semana, por lo que no será un problema.
Preparación para el día y sueño
En base a todos los datos que ha recopilado el anillo, en la app se mostrará una puntuación sobre 100 que reflejará lo preparados que estamos para afrontar el día. Así, podremos revisar datos tan interesantes como la frecuencia cardíaca en reposo, la variabilidad de la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal o el ratio respiratorio.
El segundo conjunto de métricas está dedicado específicamente al sueño. También se muestra una puntuación sobre 100 e información como las horas de sueño totales, la eficiencia del sueño e incluso un desglose del tiempo que hemos pasado en cada fase del sueño (REM, sueño profundo y sueño ligero), además de la frecuencia cardíaca en esos períodos.
Aunque al principio los datos puedan parecer estériles, lo cierto es que con el paso del tiempo te ayudan a entender cómo funciona tu cuerpo, lo que sirve para cambiar hábitos y sentirte mejor.
Si bien es cierto que la app te envía notificaciones del tipo "Hoy intenta irte a la cama más pronto para recuperarte por el ejercicio que has hecho", también lo es que es mucho más importante aprender a interpretar los datos por nosotros mismos y ver cómo responde el cuerpo. Si te resulta complicado entender esa información, Oura cuenta con un blog con decenas de artículos de explicación.
Actividad física
El tercer grupo de datos que muestra el anillo está relacionado con la actividad física del usuario. Además de una puntuación sobre 100, aparecen las calorías quemadas, el número de pasos, la equivalencia en kilómetros y una gráfica que refleja la intensidad de nuestros movimientos durante el día.
Hemos de decir que este conjunto de datos sirve de sobra para entender si hemos hecho bastante ejercicio durante el día o la semana en cuestión, pero no ofrece la exactitud a la que sí llegan los smartwatch. Aquellos que quieran un seguimiento profundo del rendimiento deportivo verán mejor satisfechas sus demandas con un reloj inteligente.
En este sentido, Oura detecta bastante bien cuando corremos o hacemos cualquier actividad de cardio, pero no ocurre lo mismo al hacer ejercicios de máquinas. Aunque podremos añadir manualmente que los hemos hecho y la app nos mostrará una estimación de las calorías quemadas, repetimos que este anillo inteligente no está enfocado a ese uso.
¿A quién va dirigido?
Tras usarlo durante prácticamente dos meses y lograr mejorar algunos de mis hábitos, no me cabe ninguna duda de que la gran cantidad de información de Oura es oro puro. Eso sí, no en manos de cualquiera.
Se trata de un wearable muy útil para aquellos que quieran tener información extensa sobre cómo va evolucionando su cuerpo y respondiendo a los cambios, especialmente en lo relativo a mejorar la calidad del sueño. Como es lógico, la información del anillo es aún más valiosa para deportistas de élite, pues puede ayudarles a rendir mejor con el paso del tiempo.
Teniendo en cuenta sus ventajas y lo cómodo que resulta llevarlo, los 314 euros que cuesta parecen económicos y más si lo comparamos con los relojes inteligentes. Oura es el ejemplo perfecto de la revolución de wearables que está por venir.