La tecnología bien utilizada puede ser una gran herramienta para el ser humano, pues puede mejorar directamente la vida de las personas. En ese sentido, en España se están desarrollando dos ideas bajo el mismo concepto: un bastón conectado. Son Pauto y Bastón Egara, proyectos que llegan con el objetivo de ayudar en el día a día tanto a enfermos de párkinson y alzhéimer como a personas ciegas.
Por un lado Pauto, creado por la empresa asturiana i4life, es un bastón inteligente capaz de emitir estímulos visuales y táctiles para ayudar a que las personas con párkinson y alzhéimer ganen confianza e independencia.
Por otro, Bastón Egara, desarrollado en Elche (Alicante), que se trata de un mango de asistencia inteligente que se adapta a los bastones guías blancos que utilizan las personas ciegas y que tiene como objetivo evitar colisiones dolorosas con obstáculos situados por encima de la cintura.
Pauto, un bastón geolocalizado
Los Pautos son seres mitológicos asturianos que guían a las personas en sus caminos, y también un bastón inteligente creado por la start-up i4life, con sede en Gijón (Asturias). Un dispositivo conectado diseñado con la finalidad de proporcionar autonomía, seguridad e independencia a las personas con párkinson y alzhéimer.
El funcionamiento del bastón Pauto es sencillo. El dispositivo hace una detección de caídas y "manda un mensaje de emergencia al móvil del cuidador en forma de SMS. Y, en otro sentido, el cuidador puede saber la actividad que tiene el bastón desde su ordenador. Por ejemplo, puede conocer si la persona ha salido a la calle o el lugar en el que se encuentra", explica a OMICRONO Marián García Prieto, doctora en Ingeniería de la Universidad de Oviedo y fundadora de i4life. Del mismo modo, el bastón incorpora una ayuda para enfermos de párkinson, que son las personas para las que se comenzó a desarrollar el producto.
Uno de los síntomas que genera mayor incapacidad en las personas que sufren Párkinson es el episodio de congelación de la marcha. Un trastorno que provoca pérdidas de equilibrio, incapacidad para avanzar el paso y riesgo de caídas. Como consecuencia, muchas personas optan por quedarse en casa para evitar situaciones de peligro. El bastón Pauto es capaz de desbloquear estos episodios gracias a la emisión de estímulos visuales y táctiles.
"Hemos metido tecnología a una herramienta habitual de las personas mayores: el bastón. Lo hemos conectado y convertido en un elemento de seguimiento, de localización y de conexión del usuario con su entorno, familiares y cuidadores", apunta Marián. Incluso permite conectarse con el médico, ya que el dispositivo registra la actividad del usuario, los síntomas que sufre, los recorridos que hace o si se cae.
Por otro lado, Pauto permite también geolocalizar al usuario, definiendo áreas de seguridad, y hacer un seguimiento de los síntomas para terapias de rehabilitación o consultas médicas. "Al final es un aparato geolocalizado, que te conecta, y para el episodio de congelación en marcha, al darle al botón de emergencia, las piernas vuelven a funcionar perfectísimamente. Son capaces de caminar", asegura Marián.
Conectados a una app
En España hay más de 150.000 personas afectadas por Párkinson, una enfermedad neurológica, crónica y progresiva; y que se cruzó en la historia familiar de Marián en 2015, momento en el que comenzó a visitar consultas de neurología. "Observé que la tecnología estaba fuera de los servicios y consultas. Me di cuenta que había cosas no tan difíciles de hacer y que podían resolver muchos problemas y ayudar a los mayores de edad. Ahí comenzamos a darle vueltas a una app para móvil para pacientes de párkinson y al bastón", afirma.
Un dispositivo capaz de mejorar la autonomía y seguridad del usuario con botones de emergencia, control de avisos y máxima estabilidad. "Poco a poco fuimos cambiando el diseño, haciendo testeos y valorando cosas técnicas, como la durabilidad. El resultado es un bastón conectado con una apariencia normal, y los enfermos de párkinson aseguran que este producto les mejora la calidad de vida muchísimo", concluye Marián.
Egara, un mango de asistencia
En el mundo hay 285 millones de personas con discapacidad visual, de los cuales 39 millones son ciegos y 246 millones tienen baja visión. Antonio Alarcón es uno de ellos, y el creador de Bastón Egara, un mango de asistencia inteligente que se adapta a todos los bastones blancos tradicionales para personas ciegas y que evita colisiones dolorosas con objetos y barreras elevadas por encima de la cintura e indetectables para ellos.
"Egara nace de una necesidad propia. Me diagnosticaron un glaucoma bastante avanzado y tenía menos del 10% de campo visual. Me afilié a ONCE, donde tuve un acompañamiento y donde me enseñaron a manerjame en el día a día. Incluso a salir a la calle con seguridad con el bastón blanco", explica a OMICRONO Alarcón. Durante el curso para aprender a manejar el bastón, Antonio casi sufre un golpe en la cabeza y ante la falta de una solución para evitar esas situaciones nació Egara.
"Buscamos y encontramos algunas soluciones algo complejas, como un bastón con un radar. Era muy difícil acomodarse a ellos, por lo que decidimos crear algo muy sencillo, básico, que no fuera robusto y que fuese fácil de manejar", detalla el creador del Egara. En ese momento, logró poner tres sensores de ultrasonidos en la parte inferior del mango de un bastón que crean una barrera virtual frente al usuario. Cuando dichos sensores detectan un obstáculo, la persona recibe una señal de vibración en la pulsera conectada al mango por un conector imantado.
"El bastón solo avisa de aquellos obstáculos que realmente te van a golpear en el pecho, los brazos o la cabeza. Del resto de obstáculos no avisa, porque entendemos que esos se detectan con el propio bastón o van a pasar por un lado sin suponer un peligro. Si la pulsera vibra, entiendes que hay un obstáculo frente a ti, por lo que tan solo tienes que estirar la mano, detectar dónde se encuentra y decidir por dónde esquivarlo", comenta Alarcón.
Evitar obstáculos
En la actualidad existen algunos bastones inteligentes, pero "no consideran que el usuario deba centrarse por completo en sus movimientos. Por ello, Egara aborda aspectos ergonómicos, táctiles y de maniobrabilidad individuales", explica Antonio Alarcón. Para una persona con deficiencia visual, el oído y el tacto, son casi su única vía para recibir información del entorno. Hasta ahora, ya que gracias al sistema de vibración este bastón alerta de los objetos que son susceptibles de colisionar.
El Bastón Egara, finalista de los premios de innovación de Fundación Mapfre junto a Pauto, nació bajo la idea de que el usuario no tuviera que modificar nada, ya que se utiliza exactamente igual que un bastón blanco. "No pretendemos que cambie nada, únicamente que si alguien se va a golpear la cabeza o el pecho, que pueda evitarlo. El fin con Egara era ofrecer algo sencillo, que la gente no tuviera curva de aprendizaje, que fuera cogerlo, salir a la calle y que les protegiera", apunta Antonio.
En la actualidad existen cinco prototipos funcionales de este mango de asistencia inteligente, aunque su creador todavía trabaja en lograr que sea lo más parecido posible a un bastón normal, incluso al tacto. "En todo momento hemos intentado simular lo máximo posible un bastón blanco. No vamos a conseguir el alcolchado que lleva un bastón normal, pero hemos creado una especia de arenado del molde para intentar que sea lo más parecido, también al tacto", explica Antonio.
El objetivo ahora es lograr que el bastón esté en la calle, ofreciendo a las personas más opciones y el poder de decidir cuál se adapta mejor a sus necesidades. La filosofía de Enara es que el dispositivo únicamente avise en aquellos casos en los que el usuario se vaya a golpear con algo de cintura para arriba. "Si te vibra el bastón, te vas a golpear, por lo que tienes que parar. Nuestra filosofía es que el bastón nunca vibre", concluye.