Cuando los nuevos MacBook lleguen a España la semana que viene, los usuarios que los hayan reservado se encontrarán con dos modelos diferentes, pero al mismo tiempo, muy parecidos.
Estos nuevos portátiles destacan por ser los primeros en usar el procesador Apple M1, basada en arquitectura ARM; en cambio, todos los Mac actuales usan procesadores de Intel y arquitectura x86.
Hay muchas dudas sobre qué supondrá este cambio, y Apple no fue muy transparente al respecto; sus explicaciones y las cifras que supuestamente demuestran un salto de rendimiento fueron algo extrañas.
Diferencias de los nuevos MacBook
Por ejemplo, algo que confundió a mucha gente es que todos los nuevos Mac usan el mismo modelo de procesador, el Apple M1; y sin embargo, Apple dio cifras diferentes de rendimiento para cada modelo, indicando que hay diferencia en potencia. Tampoco ayudó que las comparativas de rendimiento en aplicaciones también eran distintas, así que no está muy claro cómo estos modelos se comparan entre sí.
La lógica nos dice que el MacBook Pro es más potente que el MacBook Air, pero Apple no ha especificado cómo. De hecho, si vamos a las páginas oficiales de cada modelo, veremos que las características son idénticas.
El MacBook Pro y el MacBook Air coinciden en tener el mismo procesador M1, la misma cantidad de memoria (8 o 16 GB), el mismo almacenamiento, una pantalla Retina de 13 pulgadas con True Tone, un teclado Magic Keyboard, Touch ID, y dos puertos Thunderbolt.
Lo único de lo que puede presumir el MacBook Pro es de contar con la Touch Bar. Ni siquiera ofrece más opciones de conectividad, con los dos mismos puertos a la izquierda, algo que ya ha recibido muchas críticas. E irónicamente, el modelo Pro es más fino que el Air (1,56 cm frente a los 1,61 cm como máximo del Air).
La importancia de un ventilador
Pero entonces, ¿qué hay de diferente en el MacBook Pro para justificar el mayor coste y especialmente, las promesas de un mejor rendimiento? La clave, aunque parezca mentira, está en un ventilador.
El MacBook Air no tiene refrigeración activa, y por lo tanto, es completamente silencioso; el calor de los componentes se disipa con disipadores metálicos y la propia carcasa. En el MacBook Pro, en cambio, hay un ventilador que se encarga de expulsar el aire caliente generado por los componentes y, concretamente, el procesador.
Es cierto que los procesadores ARM como el Apple M1 no se calientan tanto, y por lo tanto, no esperamos que el ventilador sea necesario con un uso ligero; pero si empezamos a usar aplicaciones pesadas y exigentes, notaremos cómo se enciende.
Ahí está la gran diferencia: el Apple M1 del MacBook Pro puede ir más rápido si tiene mejor refrigeración; de hecho, eso es cierto con la mayoría de procesadores modernos.
Si miramos las características de cualquier procesador actual, veremos dos cifras de frecuencias: la base y la "turbo" o "máxima". Eso es porque el procesador no está a una frecuencia fija, sino que la cambia dependiendo de lo que exijamos del sistema, y de la temperatura a la que esté. Si un procesador se calienta demasiado, se activa lo que se conoce como "CPU Throttling", y el sistema bajará la frecuencia automáticamente para bajar las temperaturas y no dañar los componentes.
En otras palabras, el M1 del MacBook Air no podrá ir a la máxima frecuencia, y será más lento que el del MacBook Pro; con el Mac Mini ocurre lo mismo, ya que también cuenta con un ventilador. Apple probablemente "capará" las frecuencias del M1 en el MacBook Air para evitar que alcance temperaturas peligrosas o molestas para el usuario.
Está por ver si realmente habrá una diferencia notable en el rendimiento. Teniendo en cuenta que el MacBook Pro básico cuesta 320 euros más que el MacBook Air básico, y sólo 50 euros más que el MacBook Air más completo, será importante ver qué efecto tendrá este simple ventilador.