La recta final de año es la más movida en el mercado de smartphones, y más en el fin de semana del Black Friday En los escaparates de las tiendas de toda España los teléfonos de clase media siempre son los más cotizados, aunque todas las miradas se van siempre a la gama alta.
Junto con los nuevos iPhone 12 o la familia Note de Samsung, en los estands de los centros comerciales está el Huawei Mate 40 Pro, el último buque insignia de la marca china. No sólo trae altas especificaciones para tratar de batirse con los pesos pesados del sector, sino que también viene acompañado de argumentos para hacernos olvidar su carencia obligada: los servicios de Google.
El precio del Huawei Mate 40 Pro no es para todos pues llega al mercado por 1.199 euros. Entonces, la duda parece lógica: ¿es la apuesta de Huawei con este teléfono suficiente como para conquistar a los usuarios más sibaritas de la tecnología pese a no contar con las ventajas del ecosistema Google?
Un diseño que atrae
Quien se compra un móvil de gama alta no sólo quiere que rinda bien o tome buenas fotos, eso se debería dar por hecho, sino que quiere que tenga un buen diseño, diferencial y único. Si los iPhone 12 han vuelto a unas líneas rectas reconocibles directas a sus raíces, Huawei también ha apostado por seguir uno de los patrones más reconocibles de la gama Mate: la simetría.
La parte trasera del Mate 40 Pro es única, se reconoce al instante. Lo logra gracias a integrar las cámaras en un módulo circular muy llamativo que hace que el diseño sea agradable y elegante. Su acabado en cristal pulido y metal en los bordes hacen que la sensación sea más que premium.
El planteamiento de Huawei con el Mate 40 Pro es hacerlo todo a lo grande. Tenemos un panel de 6,67 pulgadas y unas dimensiones a tener en cuenta: 75,5 mm de ancho, 162,9 mm de alto y 9,1 mm de grosor para un peso de 212 gramos. Es un teléfono grande y pesado, pero una vez nos acostumbramos a llevarlo es complicado volver a un tamaño menor.
En la pantalla sigue apostando por otra de las características de la familia Mate, la curvatura. La línea Mate suele ser la que mayor curvatura presenta en el panel, lo que hace que el diseño sea muy efectista y atraiga las miradas. Eso sí, en el día a día es quizá excesiva y acaba resultando poco práctica por los tonos verdosos en los bordes o la incursión de texto en la doblez que impiden leer con comodidad. En esta ocasión sí tendremos botones físicos para el volumen, algo que había desaparecido y que Huawei trae de vuelta.
Pese a la curva, la pantalla es excelente. El equilibrio y la fidelidad de color son muy buenos y tenemos una capacidad de refresco de pantalla de 90 Hz que, si bien no es la más rápida del mercado, se mueve con soltura e imprime una fluidez adicional al dispositivo.
Una cámara que conquista
En los últimos dos años Huawei ha avanzado a velocidad de crucero en el apartado de las cámaras y el reciente Huawei P40 Pro+, es la prueba palpable de ello. En el caso del Mate 40 Pro no contamos con un zoom tan asombroso, sin embargo, tenemos una cámara consistente y versátil.
Con una combinación de un sensor principal de 50 megapíxeles, un ultra gran angular de 20 megapíxeles, un teleobjetivo de 12 Mpx con un zoom óptico 5x y un láser para detallar mejor las fotografías, hace que la mezcla entre potencia bruta y software rinda entre los mejores del mercado.
Quedaron atrás los tiempos de HDR saturados e imágenes poco realistas. Las fotografías que hemos tomado con el Mate 40 Pro tienen una gran fidelidad de color, cuidado en los detalles y un buen recorte en modo retrato, donde el zoom es especialmente versátil.
También se mueve con soltura en el apartado de vídeo, aunque quizá es en el terreno que más camino tiene que recorrer. Tenemos grabación de vídeo HDR, una funcionalidad de estabilización adicional, así como la posibilidad de dejar el teléfono inmóvil y que éste nos siga la grabación.
Con respecto a su cámara frontal tenemos una lente de 13 megapíxeles junto a un sensor de profundidad. Con ella podremos grabar en cámara lenta, hacer modos retrato y, en general devuelve buenos resultados como cabría esperar de un gama alta.
Rendimiento: una bestia
A la cámara y pantalla le acompaña un rendimiento sobresaliente. Basado en el Kirin 9000, el chip propio de la compañía con conexión 5G y 8 GB de RAM. Es un móvil pensado para el futuro, para durar. El procesador permite moverse con total fluidez y que los procesos sean muy rápidos, entrando casi siempre en juego su chip neuronal propio.
El teléfono también está pensado para jugar. Tanto por los dos altavoces estéreo, como por la rapidez de respuesta táctil (240 Hz) así como por el motor de vibración. Factores clave para tener una buena experiencia de juego.
Eso sí, dentro del sistema encontramos algunas excentricidades a las que no le hemos encontrado mucho sentido. El móvil cuenta con un sistema que detecta los gestos de la mano, algo parecido a lo que tenía el Pixel 4. Con él podremos navegar o pasar canciones sin necesidad de tocar el teléfono, pero la verdad, que nunca hemos encontrado la ocasión idónea que primara esta opción para relacionarse con el teléfono ni cuando lo hemos probado iba con la suficiente precisión.
Donde sí destaca el Mate por encima del resto es en uno de los puntos angulares de cualquier teléfono: la batería. Con una capacidad de hasta 4.400 mAh tenemos una autonomía que ronda las 6 horas de uso, lo que nos asegura acabar el día sin problemas. Además, el Mate puede cargarse en -casi- un abrir y cerrar de ojos gracias a los 66W por cable o los 50W por conexión inalámbrica, un hito del sector.
Su punto flaco
El Mate 40 Pro es una bestia, pero arrastra el mismo gran punto flaco que lleva arrastrando la compañía en todos los móviles que ha lanzado desde el Mate 30 Pro: viene sin los servicios de Google. Lo cierto es que desde la generación anterior la compañía ha desarrollado un trabajo hercúleo yendo a un ritmo de desarrollo titánico, pero más dura es la tarea y aún se nota la brecha de Google cuando se aspira a la excelencia.
Huawei Mobile Services (HMS) es cada vez más completo con Petal Search a la cabeza, el buscador móvil que va más allá de los resultados de interenet para servir al usuario lo que verdaderamente están buscando: desde aplicaciones hasta dónde comprar productos. Sin embargo, para aquellos usuarios que están acostumbrados a Android, el salto requiere cierto aprendizaje.
Esto no quiere decir que no se pueda hacer vida exclusivamente con HMS, pero el usuario que se va al teléfono más caro del catálogo lo quiere todo, y ahora mismo no puede tenerlo si no es esquivando al sistema. Hay formas de poder instalar aplicaciones que no nos aparecen en la AppGallery, sin embargo, no todas funcionarán correctamente por su dependencia de Google.
Eso sí, gracias a aplicaciones como Phone Clone podremos tener casi las mismas aplicaciones funcionando desde un primer momento que lo teníamos en nuestro terminal anterior, entre las que se incluyen WhatsApp o Facebook.
¿Me lo compro?
El Mate 40 Pro sería el teléfono perfecto para la gama alta, si no fuera por el agujero que Google todavía deja en su experiencia. Tenemos buen rendimiento, buena cámara, impecable diseño y una sobresaliente batería, pero debemos de ser conscientes que a nivel de software estamos haciendo concesiones. Y la gran mayoría de consumidores que gastan 1.200 euros en un teléfono no están dispuestos a hacerla.
HMS es cada día más completo pero aún se está terminando de construir. Van a un ritmo acelerado pero no está listo para plantar cara de tú a tú a iOS y a Android. Si no te importa hacer concesiones -o instalar ciertas aplicaciones al margen del sistema- el Mate 40 Pro puede ser tu teléfono perfecto. Sin embargo, si quieres despreocuparte por completo es mejor buscar otras opciones en precios tan elevados.