Samsung Galaxy Fit 2, análisis: una gran respuesta a la Xiaomi Mi Band
Analizamos la Galaxy Fit2, la última pulsera de ejercicio inteligente de Samsung. Es fiable, premium y sienta bien y una de las mejores opciones a considerar del mercado.
23 enero, 2021 02:37Noticias relacionadas
Si marcas como Xiaomi triunfan en España, es por su agresiva relación calidad-precio en sus productos. Pero los usuarios no siempre quieren eso; hay ocasiones en las que se va un paso más allá, buscando lo mejor de lo mejor y que no haya compromisos que empañen nuestra experiencia. Es justo lo que intenta la Samsung Galaxy Fit2, la última pulsera inteligente para ejercicio de la compañía coreana.
Samsung siempre se ha caracterizado por querer que sus productos tengan muy pocas carencias, incluso si esto repercute en el precio. Exacto, no estamos ante la pulsera inteligente más barata (49 euros, aunque se encuentra rebajada); pero a cambio nos llevamos a la muñeca un gran dispositivo.
Más de dos semanas de batería, sensor de ritmo cardíaco y quizás una de las mejores pantallas que podemos encontrar en una pulsera pensada para ejercicio. ¿Será suficiente para hacerle frente a la incontestable Xiaomi Mi Band?
Diseño: luces y sombras
Quizás el apartado del diseño sea una de las cosas menos importantes a la hora de hablar de un wearable dedicado al fitness. Al final, no vamos a estar mirándolo mucho, más allá de que queramos interactuar con él en alguna ocasión en mitad del ejercicio. Queremos que sea funcional, y en este apartado nos hemos encontrado peculiaridades.
El diseño de esta Galaxy Fit2 nos ha gustado en lo que se refiere a la construcción. Samsung tiene muy buena mano para en sus dispositivos, y aquí lo demuestra. Aunque tenemos plástico y goma como materiales, se siente muy sólida y robusta en la muñeca. Es cómoda y da la sensación de gran durabilidad pese a la caña que podamos darle.
Nos ha gustado menos el sistema de enganche de la correa, quizás demasiado sencillo, así como el sistema de acople del cargador magnético, que es mejorable. El factor de forma es algo extraño, y cuesta hacerse a él a la primera. A veces, si no te fijas muy bien, no consigues enganchar bien la pulsera al cargador, siendo poco intuitivo.
Lejos de eso, poco hay que decir, y esas son buenas noticias. Samsung obedece a las normas de lo que debería ser un gadget de ejercicio: funcional, cómodo y sin excesivos alardes. Y aquí, lo ha bordado.
La mejor pantalla en una pulsera
Un usuario que esté acostumbrado a dispositivos Galaxy sabrá que Samsung es especialista en paneles. No es casualidad que sus pantallas están entre las mejores del mercado y lo demuestra hasta en los gadgets más pequeños, como esta Galaxy Fit2. Tenemos un panel táctil AMOLED de 1,1 pulgadas con resolución (126 x 126) que es de las que mejor se ve y mejor respuesta podemos tener en este tipo de productos.
La pantalla tiene mucho contraste, una definición espectacular y un brillo lo suficientemente bueno como para que la información que leemos en ella se vea con claridad incluso a plena luz del sol. No notamos bordes de sierra en las letras ni se aprecian los píxeles como sí sucede en alternativas más baratas. Samsung ha demostrado su curtida experiencia en este apartado, y es un gustazo interactuar con ella.
Precisa y funcional
De nada sirve tener todas estas ventajas si tu producto no funciona bien. Bajo el 'capó' tenemos un sensor de ritmo cardíaco, un acelerómetro, un giroscopio y Bluetooth 5.0. La Galaxy Fit2 tiene además resistencia al agua (5 atmósferas) y al polvo IP68.
Todas estas estadísticas van vinculadas a nuestro smartphone mediante la aplicación Galaxy Fit. Un software funcional que, además, permite acceder a más de 70 personalizaciones del aspecto. Es complicado que encontremos a otro usuario con una Fit2 igual que la nuestra. Asimismo, se pueden personalizar el orden de los menús o consultar las métricas que la pulsera vaya recogiendo.
Cara pero fiable
Lo cierto es que la Galaxy Fit2 ha demostrado funcionar muy bien. Las métricas nos han parecido correctas y detalladas -incluyendo la del sensor de ritmo cardíaco- y se ha movido con soltura en todas las sesiones de ejercicio que hemos tenido.
La resistencia al agua y al polvo también ha mostrado sus capacidades, y no ha sufrido ningún daño en nuestras pruebas. Es precisa, funcional, sencilla de usar y cómoda. Podemos pasar horas con ellas y no notar que la llevamos puesta, algo fundamental para este tipo de dispositivos.
En estos momentos se puede adquirir por 34 euros en España, aunque el precio podría variar un poco dependiendo de la plataforma o tienda en la que la compremos. Su precio recomendado son 49 euros, algo más elevado que el de alternativas como la Xiaomi Mi Band o la Realme Band. No obstante, nos aseguramos de tener una experiencia sólida y fiable con el único coste de tener que pagar unos pocos euros de más. Todo usuario que se decante por ella acabará estando gratamente satisfecho.