Aunque en estos últimos años el sueño de los móviles plegables se ha hecho realidad en España, los fabricantes ya están intentando llevar este concepto más allá con los televisores y smartphones enrollables. Pero seguro que no habías visto un smartwatch enrollable. Pues esto es justo lo que está intentando hacer Samsung.
Según una patente de Samsung detectada por Let's Go Digital, la empresa coreana estaría trabajando en un reloj inteligente con una pantalla extensible. Es decir, un reloj que pudiera expandir su pantalla y hacerse más grande. Además, incorporaría una cámara en el cuerpo del dispositivo.
Samsung detalla en esta patente como funcionaría este concepto; unos simples gestos permitirían contraer y expandir la pantalla. Además, el factor de forma cambiaría, ya que en un principio la pantalla sería totalmente circular. No obstante, extendida tendría una forma más ovalada.
¿Un reloj enrollable?
Los dispositivos enrollables que ya se han visto anteriormente siguen un patrón muy sencillo. En vez de tener pantallas plegables, tienen paneles extensibles, es decir, que pueden aumentar su tamaño mediante mecanismos internos. Este reloj de Samsung seguiría exactamente esa misma idea. Esta patente fue presentada en junio y se ha publicado en diciembre.
La patente describe que con un gesto de pellizcar o el uso de la corona del reloj podría permitir la extensión de la pantalla. La parte superior se extiende hacia arriba y la inferior hacia abajo, y en la parte intermedia, se escondería una cámara que podría activarse con la pantalla totalmente desplegada.
La superficie del panel aumentaría en un 40%, y la patente imagina como este factor de forma permitiría tener una suerte de doble pantalla, en la que revisar distintas aplicaciones por separado. Algo parecido a lo que hace el Microsoft Surface Duo, ya que al tener dos pantallas, puede visualizar contenido por separado en cada una de ellas. Por supuesto, la extensión de las pantallas permitiría ver contenido de forma más amplia.
Una idea difícil
Aunque esta idea parezca muy interesante ya que resuelve algunos de los mayores inconvenientes de los smartwatches, lo cierto es que tiene muchos problemas a sus espaldas. Primero, la durabilidad; incluir mecanismos para extender estos paneles y que aguanten el trote del día a día puede ser algo muy complicado, costoso y peligroso de cara al usuario final. Especialmente teniendo en cuenta que este dispositivo, de salir al mercado, no será ni mucho menos económico (y que carecerá de protección al agua y al polvo).
Además, está la duda sobre la practicidad. El mecanismo, según la patente, obligaría a tener una parte separada en el medio, similar a lo que pasa con los pocos móviles enrollables que se han mostrado. ¿Cómo se adaptaría el software de este reloj a este factor de forma? ¿Realmente sería algo práctico de cara al usuario?
Como siempre, estas son preguntas sin respuesta. Y seguramente se queden así, ya que las patentes suelen quedarse como ideas para futuros muy lejanos que difícilmente se hacen realidad.
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