Que se sienta, pero no se vea. La colaboración entre Sonos e Ikea lleva tiempo dando como resultado una amplia colección de altavoces escondidos en lámparas y otros diseños para decorar la casa, creando un sonido envolvente por toda la habitación. La nueva incorporación es una lámpara alta con largas patas que sujetan un altavoz camuflado en la base de este complemento de decoración.
A partir de enero, llega a las tiendas de Ikea la última colaboración entre la marca sueca y la marca de sonido Sonos. Costará 260 dólares (unos 246 euros al cambio), según The Verge. Falta por confirmar cuánto costará exactamente en cada país de Europa cuando se lance en todos los mercados el próximo año.
Se trata de una evolución del anterior modelo que EL ESPAÑOL-Omicrono pudo probar y que no tenía patas, sino un diseño para colocar sobre una mesa, en una estantería o en un mueble. Las compañías han añadido altura a esta nueva generación para facilitar su colocación en un lugar adecuado en el salón o el dormitorio.
Sonido y luz con alturas
"Mucha gente quiere tener varias fuentes de luz en diferentes niveles y partes de la habitación para crear el ambiente adecuado. El desafío de no tener suficiente espacio para una mesa para colocar la lámpara nos llevó a crear la lámpara de pie", dijo Stjepan Begic de Ikea en un comunicado de prensa.
La nueva edición incluye una pantalla de bambú sobre la bombilla, aunque se pueden adquirir reemplazos con otros materiales y texturas para adaptar el estilo a cada casa. El diseño de esta nueva lámpara esconde el cable de alimentación en el suelo para no necesitar estar pendiente de baterías.
Como ocurre con el resto del catálogo Symfonisk de Sonos e Ikea, se pueden conectar entre sí para crear toda una red de sonido envolvente por la estancia y tener un cine en casa o una pista de baile. Para ello se puede optar por otros modelos de la gama anteriores o comprar varias lámparas de pie que custodien el sofá y se complementen con la barra de sonido del televisor frente al sofá.
Evolución de Symfonisk
Desde su primer modelo en 2028, ambas compañías han seguido este estilo camuflado para impregnar de música y cine las casas sin renunciar al diseño de moda en cada momento. Aunque los primeros modelos Symfonisk se reconocían más como altavoces normales, pronto llegaron las lámparas de mesa con diferentes formatos y colores, cuyos precios se sitúan cerca de los 200 euros, hasta la última propuesta con largas patas que sería la de mayor precio.
En años anteriores, para liberar las mesas y estanterías de los productos de bajo tamaño y poder colocar la fuente de sonido en una posición más elevada, ambas marcas lanzaron un altavoz para colgar de la pared, como un cuadro minimalista del que salía un cable. Se podía decorar con diferentes estampados según el gusto de cada cliente. Este año han unido ambas propuestas, altura y luz ambiental.