Cuánto más fresca sea la cerveza, mejor es su sabor. El placer de tomar una cerveza de barril en un bar pocas veces se puede replicar en casa, pero para los amantes de esta bebida se ha creado la minifábrica de cervezas, capaz de fermentarla y elaborarla desde cero en poco tiempo y con una amplia oferta de sabores. Igual que las cápsulas Nespresso han simplificado la preparación de café en casa, tan populares en España, esta impresora lleva el arte de la cerveza a todo el mundo.

Diseñada como un pequeño barril con diferentes colores, Pinter ofrece un máximo de 12 pintas de gran tamaño para sorprender a los invitados a una fiesta con la cerveza más fresca. Porque no todo el mundo puede tener un bar en el garaje de su casa con barriles, pero hay poca gente que no disfrute de una buena cerveza fría.

Por el momento, la empresa se ha centrado en realizar los primeros 1.000 pedidos en Estados Unidos. Su precio en esta fase de financiación a través de Kickstarter está en 200 euros al cambio y las primeras unidades se entregarán en noviembre de 2023.

Pinter, impresora de cerveza Pinter

Tras encargar un paquete con los ingredientes en la web, según el tipo de cerveza que se quiera ofrecer, primero se vierte en Pinter el purificador y el agua sin necesidad de enjuagar el interior. Se pueden elegir muchos sabores, desde la clásica rubia, pasando por la cerveza negra o añadirles sabores como cereza.

Después, se juntan la levadura de cerveza, el agua y el resto de ingredientes prensados para su mejor conservación. El depósito se coloca en posición vertical sobre la base de fermentado durante un tiempo entre 4 y 7 días, esperando a que el exceso de levadura se deposite en la base y se elimine de la mezcla resultante.

Pinter azul Pinter Omicrono

El siguiente paso es retirar la base y colocar en posición horizontal el barril dentro de la nevera durante 3 días más hasta que llega el momento de servirla bien fría. La cerveza aguanta en buenas condiciones hasta 30 días.

Este curioso barril pesa 2,65 kilogramos y es algo más pequeño que un robot de cocina, con 354 mm de largo, 234 mm de ancho y 243 mm de alto. Este tamaño es importante para poder guardarlo en la nevera a lo largo del proceso de fermentación. El mango permite controla de forma manual la presión con la que se sirve la cerveza, como sucede en las barras de los bares, para servir la espuma como un profesional.

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