El momento cumbre de la electrónica de consumo de 2023 lo marcó Apple. En su conferencia de desarrolladores (WWDC, por sus siglas en inglés) de junio desveló el producto más esperado de la compañía: las Apple Vision Pro. Sus gafas inteligentes habían llegado tras años de rumores y cábalas. Lo hacían como un producto real, premium y de altas prestaciones que iban más allá del propio hardware en sí: han llegado para cambiar la forma en la que las personas se relacionan con los dispositivos.
Computación espacial, lo denominó Apple. Un término idóneo que hace entender de primeras que la forma de interactuar con las diferentes interfaces que ahora mismo nos impactan desde la pantalla de móviles u ordenadores traspasarán el panel para integrarse entre nuestros quehaceres del día. Se colarán en el salón, la cocina o la oficina. Sin embargo, las Vision Pro son mucho más y, además de combinar el mundo virtual y real, también permitirán aislarse por completo y sumergirse en el contenido de forma similar a lo que lo hace la cancelación de ruido con la música, pero aquí a nivel audiovisual.
Lo cierto es que el concepto de la realidad mixta no es nuevo. Meta o Pico han trabajado con ellos y, en los últimos meses la gran mayoría de fabricantes han pisado el acelerador para tener sus propias gafas inteligentes. Cada una con un enfoque diferente, pero todas con la previsión de que las Vision Pro de Apple llegan para cambiarlo todo.
El reto de las Vision Pro es, probablemente, el último gran proyecto de Tim Cook al frente de Apple. Un desafío doble porque no sólo ambiciona a cambiar cómo entendemos la forma de interactuar con la tecnología al tiempo que crea una nueva categoría de producto como ya hizo con el Apple Watch o los AirPods, sino que también tiene como objetivo a largo plazo ocupar el hueco que puede dejar el iPhone.
El reto de las Vision Pro
Han pasado más de 16 años desde que el iPhone debutó en el mercado. Una dispositivo que ponía patas arriba el mercado y rompía los cánones de lo que eran hasta ahora los teléfonos. Supuso el fin de BlackBerry, Palm o Nokia, dominadores que no supieron ver cómo el usuario quería evolucionar en la forma de relacionarse con la tecnología y necesitaba una propuesta más ambiciosa e inmersiva.
Ahora, las Apple Vision Pro llegan en el mismo momento. Un punto de inflexión donde el mercado de teléfonos móviles empieza a estancarse y a mostrar signos de agotamiento. Pese al dominio del iPhone en cuota de mercado de venta global, los smartphones son cada vez más capaces en todos los rangos de precio, tanto, que cubren las necesidades de la mayoría de la población básicas durante más tiempo con lo que la carrera por renovar el teléfono se ha parado. Es aquí donde llega el gran reto de las gafas de Apple: cambiar la forma en la que nos relacionamos con el móvil, pero sin salir del ecosistema.
El cambio no será de un día para otro y, aunque las Apple Vision lleguen en los primeros meses de 2024, se trata de una carrera de fondo, del mismo modo que hablamos del iPhone 15 como el teléfono más completo de la historia más de tres lustros después del lanzamiento del primer modelo. Y es que, de entrada, será complicado hacerse con unas Vision Pro.
El primer problema de las Vision Pro será el precio, pues se pondrán a la venta por 3.499 dólares (unos 3.200 euros), más del triple de lo que cuesta el iPhone 15 más barato. El siguiente reto para los que quieran hacerse con ellas será la disponibilidad ya que en un primer momento quedarán restringidas a la venta en EEUU y no hay planes inmediatos de apertura a nuevos países, en parte por el suministro limitado en el que la demanda superará —con creces— a la oferta. Por último, el cambio disruptivo en la tecnología, y en cómo el usuario la entiende también requiere un proceso de aprendizaje, es por ello que Apple les guiará en este proceso para ajustar su adaptación a estas gafas disruptivas.
Pese a todo Apple confía en que estas gafas sean el futuro de la tecnología de consumo y ya tiene marcada la hoja de ruta para hacer evolucionar el producto y que se convierta en la nueva piedra angular de la empresa. Un dispositivo que viene a marcar un antes y un después en la historia de la tecnología.
Una tecnología que lo cambiará todo
Para quien no haya probado alguna vez la realidad mixta, la sensación —de primeras— es extraña. La tecnología pone a mano del usuario un lienzo infinito para las aplicaciones estmos donde estemos. Este sistema, denominado en las gafas de Apple como visionOS permite liberar a las aplicaciones de los límites de una pantalla para que el usuario pueda ser más productivo y sentir que todo le rodea. Bastará girar la cabeza, por ejemplo, para pasar de una gigantesca pantalla virtual donde tenemos las estadísticas de las ventas de nuestro ecommerce, para volver nuevamente a la tortilla que estamos cocinando. Una mezcla de mundos que, de primeras, puede resultar abrumador.
De igual modo, el visor de Apple permite al usuario aislarse por completo de la realdad y abstraerse para sumergirse al 100% en un entorno de trabajo o en el consumo de películas y series como si estuviese en el cine, pero sin salir de casa. Esa es la magia de las Vision Pro, tener los dos mundos en un único dispositivo que no tenga límites.
Para lograr que la experiencia alcance la excelencia que Apple busca es clave la implicación de dos comunidades fundamentales: desarrolladores y usuarios. Para los primeros, el kit de desarrollo que permite acceder a las herramientas con las que crear aplicaciones en las Visión Pro llegó el mismo mes de junio, el mismo mes en el que se presentaron las gafas. Para los usuarios por su parte ha sido este mes de diciembre cuando pueden empezar a grabar en vídeo espacial para almacenar recuerdos inmersivos en tres dimensiones.
La visión para ambos es la misma lograr esa experiencia que permita "integrarse con el mundo que nos rodea (...) la computación espacial ofrece oportunidades nunca vistas a los desarrolladores y les permite imaginar formas novedosas de ayudar a los usuarios a comunicarse, desatar su productividad y disfrutar de nuevos tipos de entretenimiento. Tenemos muchas ganas de ver cómo hacen realidad sus sueños", explicaba Susan Prescott, vicepresidenta de relaciones con desarrolladores internacionales de Apple.
La clave aquí es que los desarrolladores pueden crear nuevas experiencias que sacan todo el partido a las prestaciones del Apple Vision Pro usando los mismos entornos que ya dominan en otras plataformas de la compañía, incluyendo tecnologías tan potentes como Xcode, SwiftUI, RealityKit, ARKit y TestFlight.
2024, arranca el camino
En cualquier caso Apple ha puesto todos los mimbres para que las Vision Pro, pese al gran reto al que se enfrentan, sean un éxito. No necesariamente inmediato, pero sí a largo plazo. Ha logrado unir un avanzadísimo producto a nivel técnico que bebe de todos sus productos en uno sólo, de la fortaleza de su ecosistema y servicios para dar la experiencia que los usuarios esperan; así como atraer y mantener a la comunidad de desarrolladores que quieren que sus aplicaciones estén en el futurista visor de Apple.
La prueba de fuego estará en la respuesta del público que, aunque en un primer momento esté compuesta por early adpoters, Apple confía en que poco a poco la experiencia de la computación espacial haya llegado para quedarse y cambiar para siempre la forma en la que entendemos la tecnología, igual que el iPhone lo consiguió a partir de 2007.