Cada vez son más las casas en España que integran cocinas abiertas. Unir esta estancia en el salón, por ejemplo, implica el riesgo de inundar de olores indeseados los muebles y decoración como el sofá o las cortinas. A la revolución que ha supuesto la inducción en el mercado de electrodomésticos, se añaden las placas con extracción: tecnología de inducción y campana extractora en una sola instalación y cooperando entre ellas de forma autónoma.
Miele es una de las marcas que propone esta nueva alternativa y asegura que se ha convertido en un boom en la renovación de las cocinas. La marca, con su serie KMDA de Miele asegura que la absorción de los olores es más rápida y eficiente gracias a este diseño. No es la única marca, Bosch también fabrica este tipo de electrodoméstico.
Es fácil diferenciarlas del resto de placas, las 4 zonas de cocción que ofrecen los modelos más baratos se separan por una franja con filtros que absorbe los vapores. Esta apertura está protegida para que las conexiones eléctricas y el motor no puedan alcanzarse.
En caso de accidentes al cocinar, la nueva posición de la campana extractora puede preocupar. Bosch, por ejemplo, dispone de dos depósitos, uno de 200 ml y otro de 700 ml, que recogen cualquier líquido que se pudiera derramar, para evitar que llegue al motor. En la parte de la campana, Miele ofrece un sistema de filtrado con 10 capas de acero inoxidable que pueden lavarse en el lavavajillas.
Por otro lado, los motores crecen en potencial mismo tiempo que se deshacen de ruidos molestos. El motor Silence de Miele promete evitar ruidos molestos incluso a usando una potencia elevada de absorción, con un ventilador de doble flujo. La marca asegura que este motor es un 25% más silencioso a máxima potencia que las versiones anteriores. Además, asegura un ahorro de hasta el 70% frente a los ventiladores convencionales.
En sus modelos, Bosch también promete silencio y funcionan con una la campana extractora integrada en la placa cuenta con una potencia máxima de 622 m3/h con salida de aire al exterior y 595 m3/h en recirculación. La recirculación sirve para que no sea necesario hacer obra en la cocina para expulsar el aire al exterior de la casa.
Como ocurre con otras marcas que vinculan sus placas y campanas extractoras, Miele cuenta con el sistema automático Con@ctivity 2.0 que vincula el extractor con la placa para que se regule de forma autónoma el nivel de potencia necesario en cada momento mientras se cocina. Bosch por su parte, apuesta por un sensor Perfect Air que regula la potencia de absorción dependiendo de la calidad del aire que detecta en cada momento.
Otras de las funciones que ofrece Miele es la tecnología TwinBooster que permite distribuir la potencia de inducción o concentrarla en una sola zona para llevar las recetas a ebullición en el menor tiempo posible. Algo que también aportan otras marcas. Las placas de Miele parte de los 2.899 euros, mientras que Bosch pide a partir 1.625 euros para su modelo más sencillo.