Apple ofrece a sus clientes un completo programa de reparación para cada uno de los productos que vende, pero esta opción no dura para siempre. Modelos como el HomePod y los AirPods, ambos de primera generación, que se han vendido durante años en España, han pasado a formar parte de la categoría "vintage", lo que significa que les queda poco para quedar desamparados en caso de que sufran alguna rotura o fallo de funcionamiento.

Según informa el medio MacRumors, la compañía de Cupertino ha añadido a la lista de productos "vintage" tres nuevos modelos: el iPhone X, el HomePod de primera generación y los AirPods de primera generación. El motivo es que estos dispositivos hace más de 5 años que dejaron de venderse en el mercado. Estos tres productos se empezaron a vender en 2017 y 2016 respectivamente.

La compañía marca sus productos en cuatro categorías de las cuales depende en gran medida el tratamiento que reciben para ser reparados por los establecimientos oficiales de la marca o proveedores autorizados. Estas categorías son como producto nuevo y a la venta, después dejan de distribuirse, años más tarde pasan a ser vintage y, en tercer lugar, se consideran obsoleto. Los dispositivos siguen funcionando en todas estas categorías, pero a medida que adquieren más edad, cuentan con menos garantías.

iPhone X

Si el modelo se dejó de distribuir en tiendas hace más de 5 años y menos de 7 años, se considera "vintage". Para el usuario no significa nada nuevo salvo porque se acerca el día que en sea más complicado reparar y proteger su equipo. La lista completa se puede consultar en la página de soporte de Apple.

Apple sigue ofreciendo reparaciones para los productos vintage durante un máximo de dos años desde que entra en esta categoría, y siempre que haya piezas disponibles. Pero a partir de ese momento, el producto pasa a clasificarse como obsoleto (7 años después de dejar de venderse) y ya no se puede reparar en las tiendas de Apple o por sus proveedores autorizados. 

AirPods de primera generación Apple Omicrono

Esta clasificación también implica que el producto ya no recibirá más actualizaciones de software, lo que supone un riesgo para la ciberseguridad del usuario. No solo ya no se reciben nuevas funciones con las que mejorar la experiencia del usuario, sino que, ante una brecha de seguridad, Apple ya no envía parches con los que proteger el software de posibles atacantes. Por lo tanto, es posible seguir utilizándolo, pero siendo consciente del riesgo que supone.