Hace unos días, Intel, uno de los fabricantes de semiconductores más conocidos en España y todo el mundo, encontró el origen de un fallo en los ordenadores de sobremesa que provocaba incidencias en las CPU y que afectaba a sus procesadores Core de 13ª y 14ª generación. Y aunque en un principio parecía que un parche a que llegaría a mediados de agosto solventaría este inconveniente, ahora parece que éste finalmente no arreglará el problema

El pasado 23 de julio, Thomas Hannaford, empleado de Intel, señaló en un comunicado que habían determinado que "el elevado voltaje del funcionamiento" de sus chips estaba causando "problemas de inestabilidad en algunos procesadores de equipos de sobremesa". En aquel momento el fabricante aseguró que se encontraban trabajando en una solución en forma de parche de microcódigo que abordaría la "causa raíz". Algo que finalmente no hará, según señalan desde Tom's Hardware

Citando a fuentes anónimas, el medio ha informado que cualquier degradación del procesador es irreversible, algo que no negó un portavoz de Intel cuando fue preguntado por The Verge. El gigante tecnológico está confiado en que el parche de microcódigo evitará que ese alto voltaje y esa inestabilidad ocurran por primera vez, pero si la CPU defectuosa se ha dañado, no lo hará; por lo que la mejor opción será reemplazarla por otra nueva. Es decir, confían en que sea "una solución preventiva".

Procesador Intel Core Intel Omicrono Omicrono

Además de ello, la firma ha confirmado que los voltajes demasiado altos no son el único motivo por lo que algunos de sus procesadores de Core de 13ª y 14ª generación estén fallando. Hannaford explicó que sí que es una de las causas principales, pero la compañía aún sigue investigando todo este asunto. Por su parte, Lex Hoyos, responsable de la comunidad de Intel, ha revelado al último medio que algunos informes de inestabilidad se remontan a un problema de fabricación por oxidación que se solucionó el año pasado en una fecha no especificada.

Por el momento Intel no ha detenido las ventas ni ha recuperado ningún inventario. Además, la compañía ha indicado que no piensa retirar los productos sin dar ninguna explicación al respecto; aunque tampoco se ha pronunciado sobre si ampliará su garantía o cómo lo hará. En The Verge han preguntado igualmente al fabricante una estimación sobre el número de procesadores que pueden verse afectados de forma irreversible, pero no ha dado datos al respecto. 

Intel sí que ha confirmado que los voltajes elevados podrían afectar a cualquier procesador de sobremesa de la 13ª y 14ª generación que consuma 65 W o más, no sólo a los chips de la serie i9 más potentes que inicialmente parecían estar experimentando el problema. Mientras tanto, la compañía sigue recomendado a los clientes que experimenten o hayan experimentado síntomas de inestabilidad en sus procesadores que se pongan en contacto con el servicio de atención al cliente para obtener más ayuda.