Los semiconductores, el cerebro de todo dispositivo electrónico, se han convertido en el oro por el que pelean los países. Su demanda crece cada año con la aparición de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y las tensiones políticas agudizan esta competición, en la que España también quiere figurar. China se ha propuesto ser el principal fabricante de chips en los próximos años, por lo que está comprando la maquinaria necesaria para ello, muy por encima de sus principales competidores.
Según el organismo de la industria de semiconductores, SEMI, China ha gastado 25.000 millones de dólares en kits para fabricar procesadores en la primera mitad de 2024. La organización considera que este patrón continuará en la segunda mitad del año. Esto supone un gasto superior al de Estados Unidos, Taiwán y Corea del Sur juntos.
Las cifras publicadas durante el evento SEMICON celebrado por este organismo en Taiwán revelan que China será el mayor inversor en la construcción de nuevas fábricas de silicio, según detalla el medio Nikkei Asia. Sin embargo, este panorama puede cambiar en los próximos años, SEMI espera un crecimiento significativo del gasto anual en el Sudeste Asiático, América, Europa y Japón para 2027 debido a la tendencia de deslocalizar la producción de semiconductores.
Estados Unidos es el principal impulsor de este movimiento, cuya Ley Chips proporciona subsidios a las empresas de semiconductores para expandir y crear plantas de fabricación en suelo estadounidense. Las tensiones políticas entre el país americano y China son el detonante de esta ley.
Además, desde Washington se han fomentado medidas como la prohibición de exportaciones al país asiático de chips de alto rendimiento, como las GPU de gama alta de Nvidia. También se ha restringido el acceso a herramientas de diseño y fabricación de semiconductores que permitirían a las empresas chinas fabricar sus propios chips.
En La Unión Europea, otra ley persigue el mismo impulso en la creación de fábricas en suelo europeo. A esto se suma la propuesta del gobierno holandés de imponer restricciones a ASML; uno de los líderes mundiales en equipación para fabricar chips. De aplicarse la medida se le podría impedir que repare o mantenga la maquinaria que ha instalado en fábricas chinas al no renovar las licencias que permiten tales operaciones a final de año.
Se espera que la capacidad de fabricación de chips de China se duplique en los próximos cinco a siete años, según indica The Register. Gran parte de ese esfuerzo se emplearía en el proceso de producción de los llamados chips maduros de 28 nm para arriba. Estos procesos de fabricación más antiguos se utilizan ampliamente para fabricar chips menos avanzados para aplicaciones como electrodomésticos y la industria automotriz.