Las recientes lluvias torrenciales, además de la terrible tragedia en varios pueblos de la Comunidad de Valencia y en Letur, han dejado los embalses en España por encima de lo habitual en estas fechas. Sin embargo, la sequía persistente no se ha acabado en España, y eso que cada vez existen más métodos y nuevas tecnologías para desalar agua de mar o extraer hasta 500 litros diarios de agua potable del aire usando placas solares.
Aunque existen pequeñas desaladoras portátiles, pocas son tan compactas y fáciles de usar como QuenchSea, un gadget que cabe en tu mochila y transforma en potable el agua del mar, que acaba de llegar a su tercera versión y promete más capacidad y menos esfuerzo por parte del usuario. Los responsables de la empresa británica Hydro Wind Energy que están detrás de este singular invento han decidido dar el paso de distribuir esta nueva generación de su máquina a nivel internacional, y para ello buscan apoyos con una campaña de crowdfunding en Kickstarter.
El primer QuenchSea, lanzado en 2020, marcó el camino a seguir. Un artilugio alargado con una palanca que, accionada manualmente por los usuarios, hacía pasar agua de mar a través de un sistema de triple filtración y una membrana de ósmosis inversa. El agua entraba en el dispositivo por un tubo de silicona sumergido en el mar, mientras otro tubo se introducía en una botella o recipiente y era por donde salía el agua potable.
En el recorrido del líquido, los filtros y la membrana se encargaban de eliminar todo tipo de elementos, desde la sal y los microplásticos hasta los virus y bacterias. El problema era la cantidad de agua resultante tras una hora de bombeo, entre 2 y 3 litros de agua dulce lista para beber.
Tras probar una mejora con el QuenchSea Reel, de tamaño más compacto y capaz de funcionar solo gracias a la presión del agua del mar, el QuenchSea 3.0 parece el modelo definitivo y por eso han querido internacionalizar su distribución.
El concepto es similar al del dispositivo original, pero esta nueva versión incorpora un mecanismo de aumento de presión y un sistema de recuperación de energía. Así, no es necesario hacer tanta fuerza para hacerlo funcionar y es mucho más rápido durante la fase de desalinización y filtración, lo que multiplica por 3 su capacidad de producción hasta llegar a entre 6 y 8 litros de agua potable por hora.
Según la empresa, tras pasar por el sistema el agua resultante contiene menos de 1.000 miligramos de sólidos disueltos totales (TDS) por litro, lo que cumple las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para mejorar el resultado final, el sistema de filtración dispone de carbón activo, que se encarga de eliminar sabores y olores indeseados.
El dispositivo puede reservarse ya por un precio inicial de 250 dólares (unos 238 euros al cambio), justo la mitad de su precio de venta al público cuando esté disponible a gran escala. También cabe recordar que el cartucho filtrante y la membrana necesitan una sustitución periódica. La propia Hydro Sea Wind ofrece dos cartuchos por 20 dólares (19 euros) y un par de recambios de la membrana por 30 dólares (28,60).