Fedora Linux aplica su política "no preguntes ni digas tu procedencia" si quieres aportar código
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El movimiento open source, por definición, no entiende de fronteras, pero lamentablemente el mundo en el que vivimos las tiene prácticamente cada dos pasos. Por eso cuando ambos conceptos se enfrentan puede pasar lo que le ha pasado a la distribución Fedora Linux, que no ha tenido mas remedio que lanzar una dura política para evitarse malos tragos.
El problema es que la creadora de Fedora, Red Hat, es una compañía sita en EEUU, y por tanto está obligada a seguir sus leyes incluidas aquellas relativas a la prohibición de importar desde ciertos países como Cuba, Irán, Corea del Norte, o el país que esa semana haya caído mal al gobierno norteamericano. Es bien conocido el efecto que tiene esta política en países como Cuba, pero lo que no nos esperábamos es que fuese a afectar a un proyecto de software libre.
Poniendo fronteras al software libre
Todo empezó con la petición de un usuario proveniente de Sudán (país que está en la lista en la actualidad) para aportar código al proyecto, y a partir de ahí se inició un debate sobre si eso suponía un acto de “importar código”, y si se aplicaba a un proyecto de software libre. Al final Fedora ha tenido que dar un paso polémico pero necesario: implantar la política “Don’t ask, don’t tell”, no preguntes ni digas. Es decir, que nadie del proyecto te va a preguntar si eres de un país de la lista ni tú deberías decirlo.
Es una manera de lavarse las manos, sí, pero también de evitarse problemas legales que podrían acabar con la distribución. Lamentablemente esta decisión recuerda a los infaustos años en los que el ejército de los EEUU implantó esta política para evitar que los soldados homosexuales hablasen abiertamente de su orientación sexual, y que finalmente fue revocada en el 2010.
Fuente | Phoronix