¿Realmente merece la pena escuchar música en alta calidad o simplemente es un truco publicitario? Ahora podemos escuchar lo que se pierde cuando se comprime una canción en MP3.

Los algoritmos de compresión con pérdida como MP3 consiguen reducir drásticamente el tamaño de un archivo eliminando partes innecesarias que no vamos a echar de menos. O al menos esa es la idea. En el caso de MP3 se supone que sólo se eliminan las frecuencias que son imperceptibles para el oído humano, quedando un archivo de tamaño reducido sin perder calidad, algo muy importante, sobre todo en la era de los modems en la que reinó el códec.

Pero como demuestra el estudiante Ryan Maguire en su proyecto The Ghost in the MP3, en realidad estamos perdiendo más de lo que pensábamos al comprimir una canción en MP3. Maguire partió de un archivo wav (sin comprimir) de la canción Tom’s Diner. de la cantautora Suzanne Vega, y lo comprimió a MP3 a 320K. La diferencia entre el original y el comprimido podemos escucharla en el siguiente vídeo (aunque en realidad la diferencia es mayor por la conversión al archivo de vídeo).

Esto es lo que se pierde cuando se comprime una canción en MP3

Una vez que aislamos los sonidos perdidos los notamos, ¿verdad? Por comparar, el vídeo muestra algo similar con lo que se pierde al comprimir el vídeo en mp4.

mp3

Maguire hizo otros experimentos con ruidos y melodías. En este ejemplo comprime un archivo de audio a 8 kbps consistente en ruido blanco, rosa y marrón (cuidado los usuarios de auriculares porque es muy desagradable).

Por otra parte, aunque nos demos cuenta de lo importante que es no perder calidad de audio, tampoco deberíamos caer en el juego de los fabricantes, que en muchas ocasiones ofrecen productos más caros apelando a los audiófilos.