Mostramos cómo eliminar la contraseña de Windows 10 para ejecutar sesión sin ella (asumiendo los posibles riesgos de seguridad).
Tener una contraseña en el teléfono móvil, en la tablet o en la tarjeta de crédito es lógico: podemos perder cualquier objeto de estos y esa protección evita que cualquier otra persona pueda tener acceso a él. Igualmente en las tarjetas no sirve de mucho, porque podemos comprar por Internet sin ningún límite, además de que podemos hacer compras de hasta 20 euros si tenemos NFC.
En los ordenadores, sobre todo los de sobremesa, en cambio, no siempre es tan útil, pues no solo hay menos posibilidades de que se extravíe (por motivos obvios), sino que además, aún teniendo contraseña, a no ser que tengamos un cifrado en los archivos, sería totalmente inútil porque casi cualquier persona sabría acceder a los datos extrayendo el disco duro.
Cómo quitar la contraseña de inicio de sesión de W10
Si sois de los que nos molesta el inicio de sesión fortuito cada vez que desbloqueamos el ordenador o cada vez que lo encendemos, os vendrá muy bien este sencillo (pero útil) truco, aunque hay que destacar que hay que saber muy bien lo que hacemos, pues estamos eliminando el primer factor de seguridad de nuestro ordenador.
Basta de cambiar la contraseña por un PIN (que, aunque más fácil, también sigue siendo un engorro), pues con este método podrás directamente iniciar sesión sin tener que mover un solo dedo. Lo primero que tendremos que hacer será abrir el programa de Cuentas de usuario, por lo que teclearemos ‘netplwiz’ y darle a Enter.
Por último, tendremos que desmarcar el check box que encontraremos en la pestaña Usuarios y aplicar los cambios. Nos pedirá la contraseña de administrador y, una vez proporcionada, la próxima vez que encendamos o desbloqueemos el ordenador iniciaremos sesión de manera automática.
Contraindicaciones de quitar la contraseña
Un problema (que hay que destacar) es que al iniciar un programa como administrador tampoco nos pedirán la contraseña. Aunque tranquilos, pues tampoco es un agujero de seguridad tan grande como parece, pues aunque no pidan la contraseña, sí que necesitaremos autorizar la operación.
Esto es, ningún programa se podrá autoejecutar como administrador sin nuestro permiso (aunque cualquier persona podría hacerlo de forma manual si está frente al PC). Es una mejora en la libertad, pero también una disminución en la seguridad. Es como si aceptamos solamente instalar aplicaciones de Tienda de Windows: ganamos en seguridad pero perdemos libertad (todo tiene un precio).
En caso de tener varios usuarios, no tendremos que introducir la contraseña, pero sí que tendremos que seleccionar el usuario al que queramos acceder, por lo que tampoco se iniciará la sesión de manera automática. Por último, no podremos elegir qué usuarios entran con contraseña y cuáles no, sino que es o todo o ninguno.