¿Te imaginas un robot capaz de realizar llamadas telefónicas y que sea imposible de diferenciar si se trata de un bot o una persona real? Ha ocurrido: la Inteligencia Artificial (IA) de Google tras Google Assistant ha pasado el test de Turing. Esta prueba, desarrollada por Alan Turing, ‘el padre de la Inteligencia Artificial’, determina si una IA es capaz de engañar a un humano haciéndole creer que también lo es; y Google lo ha logrado, y no solo mediante texto, sino también mediante voz.
Básicamente esta prueba consiste en que un interlocutor humano piense durante el 70% del tiempo de una conversación de 5 minutos que está hablando con otro humano. Google lo presentó por medio de una serie de llamadas telefónicas realizadas por la IA. Sí, la Inteligencia Artificial tras Google Assistant ya es capaz de llamar, y no notarás ninguna diferencia con respecto a una conversación entre dos humanos.
Las llamadas fueron concretamente a un restaurante y a una peluquería, y es completamente imposible identificar que quien está a un lado del aparato realizando la llamada es en realidad un robot. Ya no hablamos solo de la capacidad de realizar conversaciones fluidas y ‘humanas’, sino de generar voces artificiales que imitan a la perfección a una persona.
Nunca más tendrás que pedir una pizza, Google Assistant lo hará por ti
La IA no solo fue capaz de generar conversaciones completamente naturales, sino que además es capaz de imitar a un humano diciendo, por ejemplo «ums» o «ahh», como hacemos los humanos cuando asentimos o pensamos, algo que no cabría esperar en una conversación con un robot.
En el vídeo superior vemos a Sundar Pichai pidiendo a Google Assistant que pidiera cita para cortarse el pelo el martes a cualquier hora entre las 10 y las 12. La respuesta de Google es una llamada a la peluquería donde habla con la empleada del local y concertó una cita. También hubo otras llamadas de prueba.
Una de las finalidades principales de esta IA es atender llamadas en un call center. Google declara que «Para tales tareas [atender llamadas], el sistema hace que la experiencia conversacional sea lo más natural posible, permitiendo que las personas hablen normalmente, como lo harían con otra persona, sin tener que adaptarse a una máquina».
Duplex se entrenó con horas de escucha de llamadas telefónicas reales
No obstante, Duplex, como se llama esta IA, tiene un inconveniente: solamente puede llevar conversaciones de temas sobre los que ha sido entrenado. Es decir, no podremos preguntarle por todo aquello que queramos. Si nos atiende una IA especializada en arreglar problemas con el router, no podremos preguntarle por una portabilidad. Por desgracia, no puede llevar una conversación general, al menos por el momento.
Lo único que podríamos decir que falta es que la IA sea capaz de imitar nuestra voz, algo que al mismo tiempo que es útil, es muy muy peligroso, cuando menos. Imagina que alguien maligno lo hace y contrata servicios a nuestro nombre, o que accede a nuestra banca mediante el teléfono.
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